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Cuatro años que cambiaron la historia de España
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LOS PROTAGONISTAS HAN LOGRADO LO QUE NO HAN PODIDO LOS POLÍTICOS

Cuatro años que cambiaron la historia de España

La historia de España ha cambiado en los últimos cuatro años. No voy a hablar de lo que han hecho algunos que se ponen corbatas todos

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Cuatro años que cambiaron la historia de España

La historia de España ha cambiado en los últimos cuatro años. No voy a hablar de lo que han hecho algunos que se ponen corbatas todos los días, se sientan en sillas de pieles de calidad y que ocupan escaños. Prefiero el olor a fruta -así huelen los vestuarios de hoy en día- al Heno de Pravia del Congreso. Me han decepcionado con sus mentiras y aunque ellos también tiene un hueco en los sucesos recientes de España, su negro pasado, presente y futuro no les hace merecedores de formar parte de estos cuatros años que han cambiado la historia de nuestro país. Lo quieran o no algunos puristas, a día de hoy la marca España -la que más vende por no decir que la única- es la del fútbol, la de la Selección, que está escribiendo una de las páginas más bonitas de este país.

Los complejos de los que hemos hecho gala durante casi toda nuestra existencia han quedado en el olvido. Seguimos siendo igual de bajitos, no hay más que darse una vuelta por Europa para comprobarlo, pero ahora todo el mundo nos respeta, nos tiene miedo. Es más, lo bajito y hasta con aspecto enclenque está de moda. Atrás queda esa valentía de la que Alfredo Landa hizo gala en el cine y que terminaba con la cara estampada con cinco dedos. Ahora nuestra simple presencia vale para asustar, para lograr que los demás huyan. Alemanes, franceses y hasta italianos no nos quieren ver. Nos huyen. Y todo se inició un caluroso 23 de junio de 2008. El día que cambió la historia de España, con Ángel María Villar, como presidente de todo este invento y que corrió peligro el pasado 18 de agosto, momento en el que dos tipos normales llamados Iker y Xavi decidieron salvar a un país y lo hicieron con una llamada, la que puso fin a la guerra en la que se encontraban inmersos Real Madrid y Barcelona, con la campeona del mundo como gran perjudicada. "Hay que hacer algo. Esto no puede seguir así", comento el número uno. "De acuerdo" respondió el director de orquesta.

Hasta ese día, grandes generaciones de futbolistas españoles, con Hierro Raúl a la cabeza, se quedaron con las ganas, se ahogaban en la orilla. Árbitros, codazos, fallos absurdos.... siempre ocurría algo y teníamos el argumento para apelar a la maldita mala suerte. Pero una tanda de penaltis y una generación acostumbrada a competir para ganar desde los 16 años, han logrado que el sino deportivo y social de este país cambie. Dirán que antes estuvieron los Juegos de Barcelona, cierto, pero ninguno de esos éxitos conseguidos a la sombra de Cobi, logró que millones de personas salieran a la calle, que pasear con la rojigualda por casi todas las ciudades españolas se convirtiera en algo que no llamara la atención o que se identificara con el pasado y el águila.

Estos futbolistas, los artífices de esta metamorfosis social y deportiva, responde a un trabajo hecho por la Federación desde finales de los 80. No han nacido por generación espontánea. Todo obedece a una labor por la que Villar apostó y que fue obteniendo créditos y títulos con los más pequeños hasta que esos mismos niños han logrado dar el paso y ganar a lo grande. El éxito ha quedado retratado junto a la imagen (noche y día por cierto) de Luis Aragonés y Vicente del Bosque, pero tras ellos hay un trabajo de décadas, un modelo de territoriales que ha sido copiado por selecciones tan potentes como la de Alemania o Inglaterra. Teodoro Nieto, Juan Santisteban, Iñaki Sáez, Fernando Hierro, 

Antes de esa Eurocopa, la de Austria y Suiza, el jugador español se tomaba las grandes citas como una más. Aceptaban todo tipo de promesas en caso de ganar el título. Raparse el pelo, pintarse la bandera de España en la cabeza, hacer el camino de Santiago, invitaciones en El Bulli... aceptaban todo tipo de retos. "Si no las vamos a ganar", repetían. Ahora todo es distinto y sin arrogancia alguna, rechazan apuestas porque se ven y se sienten los mejores. Luis les empujó a serlo y Del Bosque lo ha ratificado. "Nos han dado hostias por todos lados, vamos a salir y demostrar", gritaba Aragonés a los suyos. 

"No olvidéis que millones de niños estarán pendiente de vosotros, sois sus ídolos", comentaba el exmadridista a sus jugadores. Dos maneras de gestionar, de llevar a un grupo. Desde la tensión y desde la normalidad. Igual camino hacia el éxito. Un último apunte a quien corresponde. En días en los que en Cataluña se habla más que nunca de independencia, o en los que Euskadi se habla en términos parecidos, el apoyo a la selección española ha crecido más que nunca. Reflexionen. La Roja esta viva y no hablamos de Dolores Ibárruri.

La historia de España ha cambiado en los últimos cuatro años. No voy a hablar de lo que han hecho algunos que se ponen corbatas todos los días, se sientan en sillas de pieles de calidad y que ocupan escaños. Prefiero el olor a fruta -así huelen los vestuarios de hoy en día- al Heno de Pravia del Congreso. Me han decepcionado con sus mentiras y aunque ellos también tiene un hueco en los sucesos recientes de España, su negro pasado, presente y futuro no les hace merecedores de formar parte de estos cuatros años que han cambiado la historia de nuestro país. Lo quieran o no algunos puristas, a día de hoy la marca España -la que más vende por no decir que la única- es la del fútbol, la de la Selección, que está escribiendo una de las páginas más bonitas de este país.

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