Es noticia
El Bayern ya cuenta con más finales pérdidas que títulos
  1. Deportes
  2. Fútbol
CINCO SON YA LAS DERROTAS DEL CONJUNTO BÁVARO EN EL PARTIDO CLAVE

El Bayern ya cuenta con más finales pérdidas que títulos

“Las finales no se juegan, se ganan”. Es una de las máximas del fútbol que seguro llevará rondando la cabeza del Bayern de Múnich y su

Foto: El Bayern ya cuenta con más finales pérdidas que títulos
El Bayern ya cuenta con más finales pérdidas que títulos

“Las finales no se juegan, se ganan”. Es una de las máximas del fútbol que seguro llevará rondando la cabeza del Bayern de Múnich y su entorno en las últimas 24 horas. De nada sirvió jugar en su propio estadio y ser mejor que el rival, el balompié volvió a ser cruel con el conjunto alemán. Y ya son cinco las ocasiones en las que los bávaros saborean el lado amargo de este deporte. Anteriormente lo había hecho el Aston Vila, el Oporto, el Manchester y el Inter. Ahora se une a esa lista negra el Chelsea de Roman Abramovich.

Se está convirtiendo el conjunto muniqués en un experto a la hora de desaprovechar grandes oportunidades. El 'Maracanazo' de anoche lo eleva a la quintaesencia del infortunio, ya que un rácano Chelsea le robó un título que ya parecía en sus vitrinas. El tanto de Muller así lo hacía indicar, pero Drogba se interpuso. Luego una pena máxima a favor en la prórroga parecía ponerle a la ‘orejona’ los lazos rojos, pero ahí estaba Cech. Y para rematar el desaguisado, Schweinsteiger fallaba el último lanzamiento de su equipo en la tanda de penaltis y Drogba anotaba el definitivo para cambiarle los colores de los lazos a la Copa.

Dolor y consternación a raudales en el Allianz Arena. El Bayern de Múnich perdía ‘su’ Champions, la que todos quieren y pretenden ganar en su casa y que nadie ha conseguido hasta el momento (en el actual formato de Liga de Campeones). Pero, desafortunadamente para ellos, ésta no es la primera vez que los bávaros viven algo semejante. En 1982, otro equipo inglés, el Aston Vila, se interponía en su camino hacia el máximo entorchado europeo. Aquello fue en Róterdam.

Cinco años más tarde, en la célebre final de Madjer y Paolo Futre, los alemanes volvían a hincar la rodilla. A pesar de adelantarse en el marcador con un gol de Kogl, el Oporto levantaba el partido con dos goles en tres minutos y hacía estallar de júbilo a la afición portuguesa en el Prater de Viena. La Copa de Europa encumbraba por aquel entonces a un histórico conjunto luso.

Tras muchos años sin aparecer por la final del gran torneo continental, el Bayern se citaba con el Manchester United en el Camp Nou, temporada 98-99. Tras dos perdidas, los alemanes creían que ya había llegado su turno, y todo el mundo lo daba por hecho cuando en el minuto noventa vencían por 1-0, con gol de Mario Basler. Pero no. La Diosa Fortuna se aliaba nuevamente con los ingleses, y dos tantos de Sheringham (91) y Solksjaer (93) daban la vuelta a la final más increíble de la historia de esta competición. El título viajaba para las islas y suponía un varapalo monumental para las huestes alemanas. Afortunadamente, el fútbol se la devolvió dos temporadas después, tristemente para nosotros venciendo en Milán al Valencia por penaltis.

Y el penúltimo mazazo para los chicos de Baviera es bien reciente. Estadio Santiago Bernabéu, temporada 2009-2010, frente al Inter de Milán. Un gran Diego Milito se bastó y sobró para no dar ni una sola opción a los alemanes, que sucumbieron ante el gran conjunto italiano dirigido por José Mourinho. El Coliseo Blanco era escenario de nuevas lágrimas derramadas por los alemanes, que decían adiós a un nuevo entorchado.

Lo de anoche, una prueba más. No sólo de una final perdida por parte del Bayern de Múnich, sino de que el fútbol es imprevisible, de que no siempre gana el mejor o el favorito (sucedió en semifinales con Madrid y Barça). Quizá por eso este deporte sea tan grande y levante tantas pasiones, aunque lo más seguro que hoy no piensen lo mismo por Baviera.

“Las finales no se juegan, se ganan”. Es una de las máximas del fútbol que seguro llevará rondando la cabeza del Bayern de Múnich y su entorno en las últimas 24 horas. De nada sirvió jugar en su propio estadio y ser mejor que el rival, el balompié volvió a ser cruel con el conjunto alemán. Y ya son cinco las ocasiones en las que los bávaros saborean el lado amargo de este deporte. Anteriormente lo había hecho el Aston Vila, el Oporto, el Manchester y el Inter. Ahora se une a esa lista negra el Chelsea de Roman Abramovich.

Bayern Múnich