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Valerón, todo un ejemplo de ‘fair play’ y señorío
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AL JUGADOR GRANCANARIO DEL ‘DEPOR' LE MUESTRAN UNA CARTULINA SIETE AÑOS DESPUÉS

Valerón, todo un ejemplo de ‘fair play’ y señorío

En el mundo del balompié hay futbolistas, buenos futbolistas y magos del balón. Juan Carlos Valerón pertenece a esta última categoría, un hombre elegante, que conduce

Foto: Valerón, todo un ejemplo de ‘fair play’ y señorío
Valerón, todo un ejemplo de ‘fair play’ y señorío

En el mundo del balompié hay futbolistas, buenos futbolistas y magos del balón. Juan Carlos Valerón pertenece a esta última categoría, un hombre elegante, que conduce el balón con la cabeza erguida, que parece que represente 'El lago de los cisnes’ sobre un terreno de juego. El de Arguineguín no camina sobre el césped, planea sobre el verde dejando destellos de una calidad suprema. Salvando las distancias, un Zinedine Zidane al estilo canario, pausado, sin aspavientos, pero resultando ser la misma delicia para el espectador.

Lógicamente, como cualquier mortal, Valerón tiene sus defectos. Algunos le achacaron que no se echara a la espalda aquella selección española de la Eurocopa de Portugal, y quizá tengan parte de razón, pero de lo que no hay duda es de que este futbolista, de 36 años, ha dejado huella en nuestro fútbol, y aún lo sigue haciendo en el Deportivo de La Coruña, aunque sea en Segunda División.

Y Melero se equivocó

Ahora bien, de lo que nunca podrán acusar al media punta canario es de agresivo, protestón con los árbitros o de declaraciones polémicas. Su carácter tímido e introvertido provoca que todo lo anterior no entre en su manual de estilo. Sin ir más lejos, la gran prueba de ello la hemos tenido este fin de semana en Riazor. Transcurría el minuto 65 del partido entre el Depor y el Barcelona B, cuando Colotto cometía una falta sobre Rafinha. El colegiado del encuentro, el andaluz Melero López, decretaba la falta y mostraba cartulina amarilla a… Valerón, que en esos momentos casualmente pasaba por allí. Evidentemente, el jugador deportivista ni rechistó, como mandan los cánones de su saber estar. Lo máximo que salió de su boca, lo confirmó él mismo tras el partido, fue “disculpa, pero creo que te has equivocado”.

Hasta aquí todo puede parecer algo normal, un error humano del colegiado por falta de apreciación. Lo más destacable de esta acción es que suponía la primera tarjeta amarilla del ‘mago de Arguineguín’ en los últimos ¡siete años! La anterior amonestación que recibió Valerón databa del 6 de marzo de 2005, fecha en la que el madrileño Velasco Carballo le mostraba una tarjeta en un Deportivo-Málaga. En total, la novena en doce temporadas como deportivista.

Este singular hecho refleja la trayectoria de un enorme futbolista y un ejemplo de comportamiento. Seguro que Melero López se arrepiente de haber tenido el gatillo fácil con el bueno de Valerón, pero esto nos ha servido para recordar una carrera limpia, sin borrones, cuando menos en lo que al aspecto disciplinario se refiere. La perplejidad de los espectadores de Riazor se queda pequeña ante la que todos experimentamos al descubrir este dato.

En el mundo del balompié hay futbolistas, buenos futbolistas y magos del balón. Juan Carlos Valerón pertenece a esta última categoría, un hombre elegante, que conduce el balón con la cabeza erguida, que parece que represente 'El lago de los cisnes’ sobre un terreno de juego. El de Arguineguín no camina sobre el césped, planea sobre el verde dejando destellos de una calidad suprema. Salvando las distancias, un Zinedine Zidane al estilo canario, pausado, sin aspavientos, pero resultando ser la misma delicia para el espectador.