El Real Madrid viajó sin aficionados por primera vez por Europa

El Real Madrid ya está en Moscú. Nada más pisar suelo de la capital rusa comprobó que el anunciado frío era el esperado, la nieve acompañó al equipo desde el aeropuerto hasta la llegada al hotel, pero lo que bajó la temperatura fue la soledad del avión. Y es que por primera vez desde que el Real Madrid fleta vuelos charter (más de veinte años) para sus viajes europeos excepto finales, la expedición blanca viajó sola, sin compañía alguna. 

Desde el club alegan que Mourinho quería espacio para que los jugadores viajaran cómodos y que aficionados, los de toda la vida, y compromisos publicitarios de los patrocinadores no tenían sitio. En la expedición solo jugadores, técnicos, empleados del club y directivos. Ni los habituales bocadillos del Mesón Txistu, ni el jamón (este para el viaje de regreso) de la peña Los Dos. El técnico quería que la plantilla fuera poco menos que tumbada, que no pesaran las cinco horas de avión que supone el desplazamiento hasta la ciudad rusa. Los seguidores lo han tomado como el preludio de su salida de los viajes, algo que se había convertido en un clásico en la historia reciente del Real Madrid. El viaje paralelo organizado por la agencia de viajes del club blanco no gustó a los aficionados.

El técnico portugués decidió primero que la prensa se bajara del avión, siguiendo el modelo inglés de nulo contacto con los medios de comunicación. En su primer año, y debido a compromisos comerciales ya adquiridos no lo pudo ejecutar pero nadie se podía acerca a hablar de manera distendida con los jugadores. La presencia de dos guardias de seguridad impedían que ni prensa ni aficionados se acercaran a nadie con el escudo blanco en el pecho. En esta campaña los periodistas ya no pueden acompañar al equipo. 

Al menos cuarenta seguidores residentes en Moscú esperaron ayer al Real Madrid en el aeropuerto. Poco importó los ocho bajo cero que señalaba el termómetro, que hasta allí se desplazaron en busca de la foto con él ídolo de turno. Hoy también estarán en el entrenamiento que ha programado Mourinho en el estadio Luzhniki para aclimatarse al frío y al césped artificial en el que tendrán que disputar la ida de los octavos de la Champions ante el CSKA de Moscú. Di María no viajó. Al parecer no sufre rotura, pero si nuevas molestias en la zona dañada desde el pasado mes de diciembre. No quieren volver a arriesgar y el objetivo es recuperarle para el partido ante el Rayo del próximo domingo, pero sin correr riesgo.