Es noticia
De padre republicano a Marqués de Del Bosque
  1. Deportes
  2. Fútbol
EL REY RECONOCE LOS MÉRITOS DEPORTIVOS Y HUMANOS DEL SELECCIONADOR NACIONAL

De padre republicano a Marqués de Del Bosque

El de ayer no fue un día normal para Vicente del Bosque. No lo digo por aquello de dar a conocer el nombre de los convocados

Foto: De padre republicano a Marqués de Del Bosque
De padre republicano a Marqués de Del Bosque

El de ayer no fue un día normal para Vicente del Bosque. No lo digo por aquello de dar a conocer el nombre de los convocados para el partido ante Colombia del próximo miércoles. Eso forma parte de su rutina, la de un seleccionador al uso. Lo que ya no es tan normal es lo de recibir un título, una distinción como la de Marqués. Y es que el entrenador que nos hizo a todos los españoles campeones del mundo se levantó ayer como un ciudadano más, pero a eso de la una de la madrugada del 5 de febrero se acostó como un Marqués, por obra y gracia de Su Majestad el Rey don Juan Carlos.

El título es el segundo en el rango de la nobleza tras el de Duque y por delante de Conde. Dio el sí a la Casa Real hace un mes, tal y como hicieron Mario Vargas Llosa y Juan Miguel Villar Mir. El seleccionador pasa a formar parte de las 2.894 españoles con título nobiliario. No recibirá dinero, ni tierra alguna por su nueva condición y su familia podrá mantener la condición pagando una cantidad que ronda los 600 euros anuales tras su fallecimiento.

La vida de Del Bosque nada ha tenido que ver con la nobleza. Hijo y nieto de ferroviarios, nació en Salamanca en 1950. Ha tenido dos ocupaciones fundamentales: fútbol y familia. A los 16 años decidió dejar Salamanca, su entorno, para probar fortuna en el Real Madrid. Sus padres confiaron en la educación que Santiago Bernabéu podía dar a su hijo y accedieron el viaje a la antigua residencia madridista. "Era un hombre bueno e inteligente", dice Del Bosque sobre el mítico presidente. El contacto con la familia se reducía a una llamada semanal. Al técnico le hubiera encantado que sus padres disfrutaran de este momento que está viviendo, tal y como pueden hacer su esposa Trini y sus hijos Vicente, Álvaro y Gema.

Los siguientes 36 años los pasó vestido de blanco. Primero como jugador, después como director de la cantera y, por último, como entrenador. En 2003, tras ganar la Liga, su contrato no fue renovado y fue despedido tras toda una vida en el club blanco. Las formas dejaron muchos que desear. Su adiós se filtró antes a la prensa y recibió forma en el despacho de Carlos Martínez de Albornoz, director general, entidad que todavía tiene pendiente con él un homenaje, un tributo por todo lo hecho en su época y en los tiempos recientes. "No tienen ninguna obligación", afirma huyendo de cualquier tipo de enfrentamiento.

El hoy Marqués de Del Bosque se inició en el fútbol por vocación. Ninguno de los que empezaron con él en Salamanca pensaban en el dinero que hoy en día acompaña al fútbol. "Eran otros tiempos", sentencia. Eran momentos de pocas distracciones, de fútbol y toros. Su padre no lo veía así y tuvo algún problema por reivindicar los derechos de los trabajadores. Fermín, así se llamaba el padre de Del Bosque, vivió la Guerra Civil y sufrió la posterior represión, pasando por la cárcel en Álava durante tres años. El motivo no fue otro que ser republicano. Curioso. Durante unos años fue gerente de la fábrica de La Casera. El técnico aprendió de su progenitor la rectitud y el compromiso. Era radical en alguna de sus ideas, pero bueno, confiesa el seleccionador.

Forjar personas y después futbolistas

Para triunfar en el Real Madrid antes tuvo que pasar por Córdoba y Castellón. Internacional con la selección española se perdió el Mundial de Argentina por decisión de Kubala. A mitad de temporada se lesionó, pero llegó a tiempo para la cita mundialista, pero Kubala decidió no convocarle. Lo admitió con naturalidad, dejando patente el rasgo fundamental de su carácter como entrenador. Del Bosque se hace como técnico en la que fue Ciudad Deportiva blanca. Controlaba a los chavales y charlaba con los Miljanic, Boskov, Beenhakker, Toshack, Antic, Floro, Capello, Valdano, HeynckesHiddink durante su estancia en el Real Madrid. De todas aprendió algo, pero su sello es el del antiguo Real Madrid, el que forjaba primero personas y después futbolistas.

Hierro pensó en él como máximo responsable técnico de la Federación. Ya como seleccionador, Del Bosque hizo de la transición un arte. Llegó tras el éxito de la Eurocopa conquistada por Luis y el complicado adiós a la Federación del ex rojiblanco. Poco le importaron los mensajes y la indiferencia mostrada por Aragonés. Nada le importaba, seguía su camino marcado que culminó el pasado 11 de julio cuando Casillas levantó la Copa del Mundo. España entera salió a la calle para celebrar el éxito, pero a Del Bosque le quedaba un asunto pendiente, que no pudo saldar hasta la entrega del premio Príncipe de Asturias.

Era el día que tenía señalado. Los campeones del mundo llenaban el escenario del teatro Campoamor de Oviedo, pero ahí faltaba alguien. Del Bosque lo sabía y por eso invitó a Luis Aragonés a compartir el reconocimiento que la selección estaba recibiendo. Otros no lo harían. Este gesto define a la perfección al que hoy es Ilustrísimo Marqués de Del Bosque, aunque algunos le seguiremos llamado míster o simplemente Vicente.

No se entendería a Del Bosque si a su lado no estuvieran Toni Grande, Javier Miñano y Paco Jiménez, sus tres colaboradores y marqueses consortes ellos a partir de ayer. Los que mejor le conocen y en los que más confía. Grande, su segundo, muestra el lado oscuro del seleccionador. "No veas si tiene mala leche. No lo parece", confiesa entre risas. Igual es ese el secreto mejor guardado del Marqués de Del Bosque, el responsable del éxito de la selección. "La imagen de España como país, en un mal momento, salió reforzada". Todo un ejemplo.

El de ayer no fue un día normal para Vicente del Bosque. No lo digo por aquello de dar a conocer el nombre de los convocados para el partido ante Colombia del próximo miércoles. Eso forma parte de su rutina, la de un seleccionador al uso. Lo que ya no es tan normal es lo de recibir un título, una distinción como la de Marqués. Y es que el entrenador que nos hizo a todos los españoles campeones del mundo se levantó ayer como un ciudadano más, pero a eso de la una de la madrugada del 5 de febrero se acostó como un Marqués, por obra y gracia de Su Majestad el Rey don Juan Carlos.

Vicente del Bosque