Hamilton, tras su podio en Malasia, calmó su 'mala conciencia' con trabajo extra

"Días después, no me sentí bien por la situación. Incluso mandé un par de correos electrónicos a mi 'team principal', Ross Brawn, diciéndole que no me sentía bien con lo ocurrido". Lewis Hamilton, en su columna en la BBC, fue sincero a la hora de reconocer que el capítulo de Malasia le había marcado. Como dijo en el podio de Kuala Lumpur, era Nico Rosberg el que debía de ocupar el tercer puesto. Su integridad como piloto pasa por ganar pero no a cualquier precio.

"En Malasia el problema fue que yo peleé con Red Bull así que gasté más gasolina durante un buen periodo para mantenerme con ellos. En el stint final, Nico y yo estábamos en una posición en la que si luchábamos entre nosotros, tendríamos problemas para acabar la carrera. Así que el equipo dijo que nos quedáramos como estábamos", comenta el inglés de Mercedes.

Pero los razonamientos del equipo no parecieron convencerle del todo a tenor de su insatisfacción por su primer podio con Mercedes. De ahí que recurriese al email para charlar con su jefe y tener una respuesta que le transmitiera tranquilidad y confianza sobre lo ocurrido. Su conciencia no estaba tranquila y por eso, al domingo siguiente acudió a la factoría, "en lugar de pasar un día agradable en casa para realizar trabajo extra del equipo conmigo. Trabajamos en el simulador estrategias con gasolina y creo que la gente verá diferencias en las siguientes carreras. Uno siempre puede mejorar y este es uno de los pasos más grandes que he dado. Estoy ansioso por poner en práctica lo que he aprendido".

Trabajo extra, es la terapia que ha llevado a cabo para compensar la mala conciencia que tenía desde que subió a un podio, quizás, de una manera que él considera inmerecida. "No me gusta que me regalen nada. Cada punto, cada posición que he tenido en mi vida me la he ganado".