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El poder de una cerveza para sostener un equipo de Fórmula 1
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LOS INVERSORES DE FORCE INDIA ATRAVIESAN POR UN BACHE

El poder de una cerveza para sostener un equipo de Fórmula 1

La escudería Force India existe porque el obstinado dueño de la empresa licorera UB, gran aficionado al automovilismo, quiso subir a su cerveza Kingfisher a bordo

Foto: El poder de una cerveza para sostener un equipo de Fórmula 1
El poder de una cerveza para sostener un equipo de Fórmula 1

La escudería Force India existe porque el obstinado dueño de la empresa licorera UB, gran aficionado al automovilismo, quiso subir a su cerveza Kingfisher a bordo de un monoplaza de Fórmula 1. A Vijay Mallya, el patrocinio en Toyota le gustó y pensó en algo más grande: fundar su propio equipo. 88 millones hicieron posible que, desde la temporada 2008, Spyker pasara a llamarse Force India, con bandera del país de Mahatma Gandhi. Ese equipo que peleaba por no quedar último, hoy en día es casi un fijo en los puntos, gracias también al impulso que recibió con el apoyo financiero de Sahara Group. La historia de esta escudería –Sahara Force India- es casi idílica, teniendo en cuenta su crecimiento deportivo y que el capital procede de un país sin arraigo al automovilismo. Sin embargo, es precisamente el sobrado potencial económico el que ha posibilitado este ascenso y el que puede provocar su estancamiento e incluso desaparición. No tienen otras vías de ingreso y si caen ellas, cae todo el equipo.

"Es casi el final del camino para Fly Kingfisher", declaró un oficial de aviación a Times of India y que recogió este jueves TheF1.com. No se refiere a la marca de cerveza si no a la aerolínea que, al igual que diversas bebidas espirituosas de UB, forman parte del patrocinio del monoplaza que conduce Paul di Resta (su compañero está aún por confirmar). La que fuera segunda aerolínea del país ahora es la última (séptima) y ha generado una deuda de la que los analistas indios ven difícil solución. El representante de los prestamistas, el director del Banco Estatal, ha asegurado esta semana que se las ha dado “tiempo suficiente y no se está diciendo nada nuevo ni creíble”. Un par de diarios de la región afirman que Mallya ha puesto a la venta dos propiedades suyas.

Sahara Group, el otro inversor que a finales de 2011 adquirió el 42% del equipo con un desembolso de 100 millones de dólares, saltó este jueves a escena también por motivos económicos: a dos de sus empresas se le han congelado las cuentas bancarias por una maniobra ilegal.

¿Se está quedando pequeño el paraguas?

Por mucho que Fly Kingfisher quebrara y cerrara, parece tremendamente complicado que el imperio ‘alcohólico’ de UB caiga. Desde fuera, la escudería está bajo un paraguas muy grande. Pero si hace poco más de un año ya sorprendió al paddock vendiendo casi la mitad del equipo…

“Un equipo de Fórmula 1 no está concebido para ganar dinero”, señaló hace un par de años Gerard López, dueño de Lotus, en una entrevista a El País. Directamente no, pero sí está “concebida” para obtener un beneficio a través de ella. A los fabricantes les interesa por la publicidad y confianza que genera de cara a sus coches. Además de esto, también realiza otras prácticas, -igual que otros equipos (Lotus y sus accionistas, por ejemplo)- como es cerrar negocios en el paddock durante un gran premio.

Sin activación del patrocinio, no tiene sentido la actual F1

Tanto el grupo inversor Sahara como las bebidas espirituosas de UB no van a incrementar su negocio por las ‘pegatinas’ que lleve el VJM06, sino por la activación de dicho patrocinio en cada país que pisa la Fórmula 1. Si no existe este modelo en Sahara Force India, la sostenibilidad y viabilidad de la escudería estará demasiado condicionada a lo que suceda a ambas compañías fuera de la Fórmula 1.

A pesar de las dos malas noticias para los inversores del equipo, no se ha encendido ninguna alarma en el futuro de Force India. Sin embargo, sin ninguna otra gran marca ajena a estos grupos en el equipo y sin la mencionada activación de patrocinio, Force India significaría ser un juguete, un pasatiempo, en el que sus capitalistas gastan su tiempo y dinero.

¿Aterrizó Force India hace más de cinco años para quedarse o hasta que se lo permitan los negocios de sus dueños? Su amor por la Fórmula 1 quedó patente en 2008 y el tiempo dirá si esta relación aguantará tanto en la salud como en la enfermedad.

La escudería Force India existe porque el obstinado dueño de la empresa licorera UB, gran aficionado al automovilismo, quiso subir a su cerveza Kingfisher a bordo de un monoplaza de Fórmula 1. A Vijay Mallya, el patrocinio en Toyota le gustó y pensó en algo más grande: fundar su propio equipo. 88 millones hicieron posible que, desde la temporada 2008, Spyker pasara a llamarse Force India, con bandera del país de Mahatma Gandhi. Ese equipo que peleaba por no quedar último, hoy en día es casi un fijo en los puntos, gracias también al impulso que recibió con el apoyo financiero de Sahara Group. La historia de esta escudería –Sahara Force India- es casi idílica, teniendo en cuenta su crecimiento deportivo y que el capital procede de un país sin arraigo al automovilismo. Sin embargo, es precisamente el sobrado potencial económico el que ha posibilitado este ascenso y el que puede provocar su estancamiento e incluso desaparición. No tienen otras vías de ingreso y si caen ellas, cae todo el equipo.

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