McLaren, esa montaña rusa a la que Hamilton intenta someter

El año pasado la montaña rusa era Lewis Hamilton; su escudería representó la estructura sólida por donde circulaba. En 2012 las tornas han cambiado y si existe algo fiable y consistente en el equipo ese es el piloto británico. Porque el equipo ha sufrido constantes altibajos: comenzaron dominando el campeonato en Australia, bajaron su rendimiento a partir de la tercera carrera aunque tres pruebas después volvían a dejarse ver por los puestos punteros; las estrategias les han quitado más puntos de los que le han dado; las paradas en boxes han sido un desastre y, sin embargo, esta misma campaña han batido un récord de velocidad en un cambio de neumáticos; Jenson Button ha subido tres veces al podio, las mismas veces que ha terminado un gran premio fuera de los puntos… ¿habrá logrado el verano ordenar algo la caótica primera mitad de los de Woking?

En una entrevista a El Confidencial, Alejandro Agag reconoció que abandonó el mundo del fútbol (era accionista del QPR, actual equipo de Granero) porque “dependes de once personas. En el automovilismo todo está más controlado”. Este no parece ser el caso de McLaren en 2012, donde sus resultados son impredecibles, como la escuadra que un día gana al líder y al siguiente pierde contra el colista de la liga.

Empezando por Button, que dominó en Australia y nunca más se supo de él salvo sus apariciones por el segundo cajón en China y Alemania. Los neumáticos están resultando un caballo difícil de domar para el inglés y en más de una ocasión ha expresado su frustración en público. "Ha sido muy difícil, especialmente para mí, ya que mi estilo de conducción no se adaptaba inicialmente a los neumáticos; he tenido que cambiarlo un poco. El coche, si consigues temperatura en los neumáticos y que funcionen, es bueno en cualquier condición; el problema es que si no logras eso no vas a ninguna parte, lo cual es incomprensible", reconocía Jenson este mes de agosto.

El vehículo, salvo algún caso puntual, también es de fiar

El monoplaza comenzó siendo simplemente el mejor. Además del más estético. Pero algún bajón de rendimiento puntual provocó que Hamilton, tras la modesta actuación de su equipo en el GP de Gran Bretaña (octavo, y Button fue décimo), explotara y señalase a sus aerodinamistas. "Tienes que mirar los coches al detalle… tan sólo mirándolos a ellos y a nosotros se ve que el nuestro es diferente a los demás. La diferencia es significativa. Yo no me dedico a la aerodinámica, pero tiene que haber algo que se pueda hacer, y eso es lo que tenemos que buscar". Una carrera más tarde, Button acabó segundo en Alemania y otra a la siguiente, en Hungría, Hamilton venció. La montaña rusa de McLaren está en nivel ascendente en este momento.

"Antes del parón de agosto vimos a McLaren muy fuerte". Fernando Alonso expresó este jueves el sabor de boca con el que se fue de vacaciones, confirmando que la ‘vagoneta’ de McLaren estaba subiendo. Si continúa esta progresión y Hamilton no baja el ritmo de esta temporada será un firme candidato al título a pesar de estar a 47 puntos… una distancia que sería mucho menor si no llega a ser por sus compañeros de trabajo.

McLaren debe algo a Hamilton. El británico podía estar en el mismo escalón que Alonso si no hubiera sufrido una serie de ‘atropellos’: desde errores estratégicos para entrar a boxes, a realizar algún pit-stop que se convertían en pit-stop-stop-stop… pasando por cálculos fallidos para echar combustible (en Montmeló salió último pese a haber sido ‘pole’ por sanción).

Tras la victoria en Hungaroring, Hamilton será uno de los hombres a tener en cuenta para este fin de semana en Spa-Francorchamps y lo que resta de temporada. Aunque, atendiendo a la segunda mitad de 2010, cuando Hamilton marchaba segundo en el campeonato y había también cinco pilotos en la pomada, la escudería inglesa se desinfló dejando la batalla en manos de Ferrari (Alonso) y Red Bull. ¿Ocurrirá lo mismo este año?