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Hay vida después de Contador, pero "hay que llorar, llorar y llorar"
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la complicada situación del ciclismo español

Hay vida después de Contador, pero "hay que llorar, llorar y llorar"

Cristóbal Sánchez y Pascual Momparler, Director Técnico de la Federación Española de Ciclismo y seleccionador Sub 23, respectivamente, analizan la complicada situación del ciclismo español

Foto: Alberto Contador tras una etapa del Giro de Italia 2015 (Reuters)
Alberto Contador tras una etapa del Giro de Italia 2015 (Reuters)

“Me quedan dos años”, disparó Alberto Contador en una entrevista concedida a El Mundo, marcando 2016 como el año de su despedida. Líder del ciclismo español durante los últimos años, el deporte de las dos ruedas perderá más pronto que tarde a su gran referente. En los últimos tiempos, castigado por la crisis y por otras circunstancias, el ciclismoestá obligado a reinventarse para que en el futuro aparezcan otros grandes que tiren del carro. La Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) trabaja con los medios justos para que Contador, Valverde y Purito Rodríguez tengan un relevo de primer nivel. Entusiasmo e imaginación se convierten en dos herramientas fundamentales para que un deporte de primer nivel en España continúe alumbrando estrellas en el futuro.

Hace meses, Pascual Momparler -seleccionador español Sub 23 y junior de ruta y ciclocross- lanzó un SOS en una carta abierta publicada en Marcaviendo cómo un deporte con miles y miles de practicantes en España corre el peligro de no encontrar un relevo generacional de la élite actual. Sin embargo, tanto él como Cristóbal Sánchez -Director Técnico de la RFEC- envían un mismo mensaje de aliento en conversación con El Confidencial. “Sí, hay vida después de Contador”, aunque también mucho trabajo por hacer. “Alberto, Valverde y Purito nos han acostumbrado mal apareciendo en el mismo momento”, comenta para empezar Pascual, pero dejando claro que “hay jóvenes ciclistas con buenas piernas, aunque estos tres citados son top y pasarán años hasta encontrarnos un panorama similar”.

Considera que es muy grave que se estén “perdiendo las pruebas de categorías inferiores, lo que nos obliga, literalmente, a tirarnos a la calle a pedir. Si se organizan carreras, saldrán ciclistas porque de la cantidad sale la calidad”. Destaca que “hay personas que trabajan en la organización de carreras de manera altruista, pero las instituciones pasan. Hay que ir a pedir a ayuntamientos y comunidades autónomas, pero falta esa persona anónima que antes apostaba por organizar carreras”.

Un presupuesto de 30.000 euros

“Sí hay futuro, pero la situación es complicada a pesar de la colaboración de equipos familiares y federaciones que llevan a corredores a pruebas internacionales”, comenta Cristóbal, que incide en este asunto porque “aunque hay base, los corredores no tienen oportunidades de participar en campeonatos internacionales”. Y llegado a este punto, recuerda que “hay pocos equipos profesionales en España y dar el salto definitivo es difícil. Espero que poco a poco esto vaya mejorando”. “El salto a la categoría profesional es complicado por esta circunstancia, pues el corredor no sabe dónde va a ir”, recalca.

“Han bajado las subvenciones y se han reducido los presupuestos, tanto de la RFEC como de las territoriales, pero no bajamos los brazos porque tenemos corredores de bastante calidad, aunque les falta experiencia. Repito de nuevo, los mejores deben salir fuera de España para evolucionar”, explica Sánchez, apuntando Momparler un dato demoledor: “Tengo un presupuesto de 30.000 euros; si tuviera los 200.000 del ciclismo en pista, seguro que no estaríamos haciendo esta entrevista”. Y para rematar, pone “el ejemplo de Kazajistán, cuya federación destina 1 millón de euros para hacer el trabajo que yo hago aquí. Y así sucede con otros países sin tanta tradición ciclista. En fin, hay que tomar medidas ya… o ya”.

“Mi trabajo es llamar a 1.000 organizadores para que nos inviten. En una palabra, llorar, llorar y llorar”, comenta el seleccionador Sub 23, en permanente contacto con directores para estar informado de la evolución de los ciclistas. “Estoy todo el día al teléfono, visitando recorridos para las diferentes pruebas… Soy un loco del ciclismo y gracias a que me aguantan en casa, porque de lo contrario ya me hubieran echado. Soy un afortunado porque me gusta lo que hago”, significa Momparler. La vida de Cristóbal es similar, reconociendo que “hay que tirar de imaginación para mantenernos en pie. Tenemos los recursos que tenemos y por ello debemos reinventarnos y tocar muchas puertas para intentar que los jóvenes compitan en el extranjero”.

La oscura sombra del dopaje

A la hora de buscar soluciones, Pascual tiene claro que es fundamental “la creación de escuelas que enganchen a los niños como sucede con otros deportes. No se trata de competir, sólo de entrenar y de disfrutar. Creo que es una asignatura pendiente de nuestro deporte. La gente se debe poner el mono de trabajo para organizar carreras de juveniles, de chicaso buscar sponsors”. Mientras, Cristóbal, que recuerda que “la crisis nos tocó de llenó”, apunta “a la imagen de nuestro deporte para entender la huida de patrocinadores. Hubo una etapa oscura por culpa del dopaje, pero esta tendencia está cambiando porque ahora hay más educación en esta materia; desde la base se va educando a los jóvenes corredores y ahí está nuestro proyecto ‘Prevenir para ganar’, impulsado por la RFEC, que ha sido referencia a nivel nacional e internacional”.

En este complejo e incierto escenario, hay lugar para el optimismo porque “cada vez se celebran más marchas de cicloturistas”, dice Pascual, que “ve ilusión en los jóvenes aunque no son como los de antes, pues ahora son más elitistas. Antes se corría para ganar dinero y ahora muchas veces hay que pagar por participar. Pero hay gente buena y con ganas, aunque desde la federación tenemos que estar detrás de ellos apretando”. Y recalca Cristóbal Sánchez que “sigue subiendo el número de licencias”, lo que habla de un deporte muy vivo. “Y no sólo hablo de ciclismo en ruta, también sucede en otras disciplinas”, remarca. “Eso significa que hay futuro, aunque Contador, Purito y Valverde han dejado el listón muy alto. Ojalá aparezcan otros como ellos”, subraya para acabar.

“Me quedan dos años”, disparó Alberto Contador en una entrevista concedida a El Mundo, marcando 2016 como el año de su despedida. Líder del ciclismo español durante los últimos años, el deporte de las dos ruedas perderá más pronto que tarde a su gran referente. En los últimos tiempos, castigado por la crisis y por otras circunstancias, el ciclismoestá obligado a reinventarse para que en el futuro aparezcan otros grandes que tiren del carro. La Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) trabaja con los medios justos para que Contador, Valverde y Purito Rodríguez tengan un relevo de primer nivel. Entusiasmo e imaginación se convierten en dos herramientas fundamentales para que un deporte de primer nivel en España continúe alumbrando estrellas en el futuro.

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