Ulissi, el ciclista que honra a Maradona

La llegada a Viggiano ha servido para que los grandes nombres de este Giro de Italia comiencen a asomarse en las retransmisiones de televisión. Joaquín Rodríguez y Cadel Evans, dos de los aspirantes a la victoria final, fueron protagonistas en los metros finales de la quinta etapa. Sin embargo, la victoria no fue para ninguno de los dos, sino para Diego Ulissi. El italiano del Lampre es, sin duda, uno de los corredores con mejor futuro en el pelotón y con esta victoria, su segunda en el Giro, no hace más que refrendar esa hipótesis.

Ulissi lleva el gen del triunfo desde que nació un caluroso 15 de julio de 1989 en Cecina -el mismo pueblo de Paolo Bettini-. Ese año, en Italia, los grandes ‘tifosi’ del Calcio no hablaban de otra cosa que de lo bien que jugaba el Nápoles de Maradona, que acababa de ser segundo en la Liga y conquistar la Copa de la UEFA. Mauro, el padre de Ulissi y fiel seguidor de la Juventus -como después lo sería su hijo-, no iba a ser menos y para honrar a su ídolo puso a su primogénito el nombre del astro argentino: Diego Armando.

El pequeño Ulissi dio sus primeros pasos con el apogeo del ‘Pelusa’, el futbolista que llevaba su nombre y que en la temporada 89-90 llevó a su equipo a conquistar su segundo ‘scudetto’. Mauro no tardó en compartir su entusiasmo futbolístico con su hijo, pero sin saberlo también le transmitiría su pasión por la bicicleta. Sus largos paseos por el campo pedaleando sobre una pesada bici de montaña embelesaron al pequeño Diego Armando, que a los seis años aprendió a montar en ella para llegar a ser una estrella, quizás no como lo fue Maradona al fútbol, pero acercarse lo más posible a él y a quien eligió como referente para hacerse ciclista: un navarro llamado Miguel Indurain.

Un día de Navidad en Cecina, la localidad que baña sus pies en el mar Tirreno, Paolo Bettini -el legendario ciclista italiano- salió de su casa para dar un paseo y bajar la pesada comida del 25 de diciembre. Mientras estiraba las piernas, observó cómo un pequeño chaval perseguía obstinado a una moto, como el galgo que sigue a la liebre mecánica que nunca alcanzará, a primera hora de la tarde de un día tan señalado. El que daba pedales era Diego Ulissi y quien pilotaba el ciclomotor su padre Mauro. El’ Grillo’, como se conoce a Bettini, había descubierto a una estrella, aunque éste por aquel entonces, antes de que Bettini le viera perseguir a su padre Mauro en moto, ya sabía lo que era ser campeón de Italia de cadetes. Después llegaron más éxitos, como los dos campeonatos del mundo juvenil en 2006 y 2007. Estaba claro que Diego Uilissi, porque en el mundo ciclista el Armando se quedó descolgado, también estaba llamado a encandilar a los ‘tifosi’, como lo hizo en su día el 'crack' argentino con un balón en los pies.

Pese a su sueño de ser ciclista, el joven corredor no descuidó los estudios y alternó la bicicleta con los libros para diplomarse en lenguas. También siguió los pasos de su madre, Donatella, que trabajaba en la bodega de Ornelaia -uno de los vinos más famosos del mundo- y pronto se convirtió en todo un experto vinícola. De hecho, su aspiración una vez que cuelgue la bici será la de hacerse sumiller. Antes, aún le quedan muchas carreras por catar. En el Giro ya lleva dos victorias, la primera la consiguió en 2011 tras una polémica llegada con Visconti. Pero más allá de la ‘corsa’ rosa Ulissi ha ganado el GP Camaiore, una etapa en el Tour Down Under o el GP Industria y Comercio -triunfo con el que se estrenó en el profesionalismo-, entre otras carreras. Ahora, el nombre de Diego Ulissi -porque Armando sigue descolgado- suena con fuerza en las gargantas de los ‘tifosi’ que tanto han esperado de él desde sus comienzos y que confían les haga soñar despiertos como cuando el ‘Pelusa’ agarraba la pelota en el centro del campo y comenzaba a driblar rivales sin que nadie le parase, aunque el joven Diego haga los driblingsdando pedales.