El Real Madrid ya no transmite la sensación de poder pasar por encima de cualquier rival

En pocas canchas se habrá llevado el Real Madrid la ovación que recibióel domingo en Miribilla (por el gesto de apoyodel club cuando peor estaban las cosas en el Bilbao Basket). Y en muy pocas (seguramente solo el Palau Blaugrana) habrá sufrido en las últimas temporadas como en el mismo pabellón bilbaíno. Allí se fue al traste el primer asalto a la Euroliga con Pablo Laso en el banquillo, un año después de perder dos veces en semifinales de la Liga Endesa y quedar eliminado. Si hay una plaza capaz de sacar los colores al equipo blanco, esa es la de Bilbao. Por eso no debe extrañar que todas las debilidades actuales del equipose destaparan allí en la última jornada.

"Creo que nos ha faltado desde el inicio... todo", dijo Laso en la rueda de prensa, casi tan transparente como lo es en el banquillo durante los partidos. La derrota del Madrid no es tan grave por lo que enseña, sino por lo que sugiere. Con los resultados en la mano, no hay motivo para alarmarse. El equipo solo ha perdido dos partidos en 11 jornadas de la Liga Endesa y otros tantos en la Euroliga, donde tiene en su mano acabar primero de grupo. Pero las comparaciones son odiosas. Y en este caso, también reveladoras. Donde hace un año había una sensación de seguridad aplastante, ahora hay dudas, demasiadas para una seccióncapaz de devorarse a sí mismay que ya en verano estuvo a punto de dar un volantazo.

Vídeo: resumen del Bilbao Basket-Real Madrid.

El Real Madrid ya no transmitelasensación de que es capaz de pasar por encima de cualquier rival. Y lo que es peor: sí da la sensación de ser más vulnerable;esmás débil en defensa, aspecto en el que más se nota la diferencia con respecto a la temporada pasada. En los primeros 20 partidos de la 2013-2014 (11 de Liga Endesa y 9 de Euroliga), el Real Madrid recibió 80 puntos o mássolo en uno. En la 2014-2015, los rivales del Madrid ya han llegado a esa cifra en9 encuentros. El Bilbao Basket anotó 53 puntos en la primera mitad, los mismos que el Estudiantes en la segunda parte del derbi jugado una semana antes. En total, 106 puntos en 40 minutos y dos derrotas consecutivas en Ligapor primera vez desde abril de2013.

Tras perderen la finales de la Euroliga y la Liga Endesa, alrededor del Real Madrid se llegó a un consenso: mejor comenzar la temporada sin pisar el acelerardor a fondo que exprimir el motor al máximo y arriesgarse a una avería en el tramo más importante, como pasó el curso pasado. Hasta los jugadores reconocieronque habían aprendido la lección. Pero a la hora de la verdad, las derrotas pesan demasiado en un equipo que la temporada pasada situóel listón de la exigencia en un lugar inalcanzable incluso para él mismo.

Al nivel de hace un año, el equipo tenía margen para levantar el pie del acelerador y mantenerse por encima de resto. Sin embargo, tras un comienzo de competiciónque encajaba en ese esquema, el último mes ha demostrado que el equipo tiene problemas más allá de la exigida autorregulación para estar bien en el tramo decisivo de las competiciones.Y ahora, elMadrid está atrapado entre la lección de la pasada temporada y las exigencias de esta. Solo Felipe Reyes ha mejorado. El resto está peor. Rudy Fernández, afectado por una lesión, aún no ha alcanzado su mejor nivel. Y el rendimiento de los fichajes solo tiene un calficativo: irregular. Si a eso se suma lo vivido en verano, con las dudas en torno a Laso y el despido de sus dos ayudantes, tenemos la explicación al ambiente que se vive ahora.

Tras 78 jornadas, el Madriddejó el domingode ser líder, puesto que pertenece ahora al Unicaja Málaga.Desde que ganara en la primera jornada de la Liga Endesa 2012-2013, el equipo madridista no se había bajado de los más alto de la clasificación: dos ligas completas y lo que se llevaba de la actual. Ese es el tiempo que el Real Madrid había dominado con mano de hierro la clasificación de la Liga Endesa.

A pesar de eso,los ánimosen el equipo son buenos. Los malos resultados en las últimas semanas pueden servir como un toque de atención para evitar que al finalsuceda lo mismo que en la temporada pasada. Si aún hay confianzaenPablo Laso (hace solo unos meses noparecía haberla),lo mejor que pueden hacer es dejarle trabajar para que las dudas de ahora se conviertan en certezas mañana. De otra manera, la vacilación puede acabar haciendo mucho daño a un equipo que transmite más inseguridad de lo que dicen sus resultados.