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Pablo Laso, el éxito de un proyecto 'silencioso' para el Real Madrid
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LLEGÓ SIN HACER RUIDO (2011) Y YA SUMA 3 TÍTULOS Y UN SUCAMPEONATO DE EUROPA

Pablo Laso, el éxito de un proyecto 'silencioso' para el Real Madrid

Recién concluida la temporada, es momento de hacer balance. En el caso del Real Madrid se produce nada más proclamarse campeón de la Liga Endesa, un

Foto: Pablo Laso, el éxito de un proyecto 'silencioso' para el Real Madrid
Pablo Laso, el éxito de un proyecto 'silencioso' para el Real Madrid

Recién concluida la temporada, es momento de hacer balance. En el caso del Real Madrid se produce nada más proclamarse campeón de la Liga Endesa, un título recién salido del horno tras el triunfo de anoche en el Palacio de los Deportes ante el Barcelona Regal en el quinto partido de una serie apoteósica. Se trata del trigésimo primer campeonato doméstico que poblará las repletas vitrinas del club de Chamartín. Y hay un hombre capital en este nuevo resurgir de los blancos, Pablo Laso.

El técnico vitoriano llegó a la disciplina blanca en el verano de 2011 tras una convulsa etapa de Ettore Messina al frente del banquillo merengue. Realmente quien dio el relevo a Laso fue Emanuele Molin, ayudante del italiano, después de la espantada de este último nada más sufrir una sonrojante derrota ante Montepaschi Siena en Euroliga. Con Messina se apostó fuerte por un proyecto basado en un entrenador mediático, a quien se pagó un sueldo de estrella, y que venía de ganarlo todo con la Virtus de Bolonia, la Benetton de Treviso y el CSKA de Moscú. Nada más y nada menos que ocho Ligas, nueve Copas y cuatro Euroligas traía en el zurrón el entrenador transalpino. Pero nada salió bien. Antonio Maceiras, en su momento director deportivo de los blancos, firmó a Messina por tres temporadas con la idea de devolver al Madrid a la élite nacional y, sobre todo, continental, pero el italiano no acabó ni la segunda. Y lo peor de todo, se fue sin un solo título bajo el brazo.

En estas llegó Pablo Laso, un entrenador diametralmente opuesto a Ettore. Nada mediático, sin apenas experiencia en un banquillo grande y, por tanto, una apuesta arriesgada en esta ocasión a cargo de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros. Sin embargo, se confió en el buen hacer de un hombre que ya conocía la casa (fue jugador durante dos temporadas y media) y cuyos métodos y forma de actuar gustaban y gustan en el seno del club. El reto no era nada sencillo: acabar con la sequía del club más laureado en España y Europa, que duraba ya nada más y nada menos que cuatro temporadas, algo impensable para un club de las dimensiones y el prestigio del Real Madrid.

Atrás quedan las declaraciones altisonantes y el aura de estrella de Messina y aparecía un 'currela', un Laso que desde un primer momento conectó con la plantilla y con la grada. Su propuesta de baloncesto atractivo, el famoso 'run & gun', es una delicia para el espectador, aunque bien es cierto que siempre hay cosas que corregir (el juego interior, entre otras cosas). Desde esa perspectiva, el proyecto del nuevo Real Madrid empieza a coger forma. 

Tres títulos en dos temporadas

Y la primera campaña del vitoriano tuvo más luces que sombras. Comenzó con la conquista, diecinueve años después, de la Copa del Rey. Además, con el aliciente añadido que se la ganó al FC Barcelona y en el Palau Sant Jordi, por lo que el golpe de efecto no pudo ser más efectivo. Un buen síntoma para la estabilidad del 'planning' diseñado por el propio Laso, Sánchez y Herreros. Esto parecía marchar.

La Liga Endesa, sin embargo, cayó del lado del eterno rival en una final muy parecida a la jugada este año. El factor cancha volvió a ser determinante, y aunque el Madrid tuvo la opción de finiquitar el título en el cuarto partido en el Palacio, los Navarro y compañía vencieron y sentenciaron unos días más tarde en el Palau. A pesar de ser dolorosa, no fue le pérdida de este título lo que dolió en la casa blanca, sino la Euroliga. Los blancos cayeron en el Top-16 y ni siquiera jugaron las eliminatorias de cuartos para buscar un puesto en la Final Four de Estambul, que curiosamente también ganó Olympiakos. Ahí quedaba la gran asignatura pendiente de Laso y sus chicos para la siguiente campaña.

La 2012-2013 no pudo empezar de mejor manera, con la conquista de la Supercopa ante el Barça (segundo título del vasco) allá por el mes de septiembre. Y siguió con un dominio absoluto en la liga regular, donde los blancos acabaron primeros sin apenas oposición. Por el camino, una nueva china en el zapato, la Copa del Rey. Vitoria asistió a un nuevo y apasionante duelo entre Madrid y Barça en los cuartos de final y que cayó del lado azulgrana, adjudicándose finalmente el título. Sin duda, un golpe duro para un Real Madrid que llegaba a la ciudad natal de su entrenador como máximo favorito al título.

Olvidado esto, los blancos se centraron en la Euroliga para quitarse la espina de la temporada anterior. Y a fe que lo hicieron. Impecable la actuación de los madridistas en la máxima competición continental, lástima que se quedaran a las puertas del título. Dieciocho años después, el equipo se plantaba en la final por el máximo cetro europeo, pero no pudo ser. Olympiakos se vestía de verdugo y dejaba sin título a un Madrid que de la mano de Laso volvía a colocarse entre los más grandes del 'Viejo Continente'. El resultado final fue un palo, pero visto con perspectiva todo el mundo aplaude la trayectoria de los blancos en la Euroliga.

Y el título de ayer cierra el círculo del actual técnico merengue en su, de momento, corta trayectoria en el banquillo. Era el que faltaba, la Liga, y lo consiguió nuevamente ante el Barça. No es mal bagaje, tres campeonatos en dos temporadas, lo cual avala la apuesta por el actual proyecto en el Real Madrid. Una idea basada en "la constancia, el trabajo, el talento, por supuesto" como dice el propio técnico, y todo ello sin hacer demasiado ruido, sin darse importancia. Así se ha hecho a sí mismo el actual campeón.

Recién concluida la temporada, es momento de hacer balance. En el caso del Real Madrid se produce nada más proclamarse campeón de la Liga Endesa, un título recién salido del horno tras el triunfo de anoche en el Palacio de los Deportes ante el Barcelona Regal en el quinto partido de una serie apoteósica. Se trata del trigésimo primer campeonato doméstico que poblará las repletas vitrinas del club de Chamartín. Y hay un hombre capital en este nuevo resurgir de los blancos, Pablo Laso.

Pablo Laso