Un día en la oficina para el Real Madrid

Con suma facilidad. Así resolvió el Real Madrid su segundo enfrentamiento de semifinales de la Liga Endesa ante el CAI Zaragoza. Los blancos fueron muy superiores de principio a fin y pasaron por encima de su rival, al que dejan al borde del ko, a expensas del duelo (o los duelos) que ahora tendrán lugar en la capital aragonesa. El arsenal ofensivo de los blancos y su gran defensa durante buena parte del encuentro fueron un obstáculo insalvable para un rival que, eso sí, ya ha firmado una campaña fabulosa con estar en esta ronda de la competición, un CAI al que quizá le está faltando gasolina.

Sin embargo, los primeros compases del duelo se asemejaron, y mucho, a lo sucedido 48 horas antes en el mismo escenario. El Palacio de los Deportes era testigo de cómo el CAI Zaragoza saltaba a la pista con la perversa intención de poner en un brete al líder de la liga regular. Pero dos aspectos cambiaron el decorado mediado el primer cuarto: el acierto madridista en el triple y el rebote ofensivo. Ambas facetas fueron capitalizadas por los hombres de Pablo Laso para abrir brecha en el marcador y empezar a decantar el segundo punto de la semifinal. Cuatro triples del Madrid en este primer episodio llevaron el marcador hasta un contundente 24-13. Lo mejor para el conjunto de José Luis Abós era que llegara un impás en un envite que se estaba poniendo muy cuesta arriba.

CAI necesitaba una solución, y su técnico tiró de recurso con una defensa zonal que rápidamente fue agujereada a base de triples por el Madrid. Al inicio del segundo período, los blancos se anotaban un 50% en el tiro desde más allá del 6,75, con siete lanzamientos anotados. La zona parecía un suicidio, el Madrid se despegaba en el marcador (41-23), pero el técnico maño seguía creyendo en ella. Ahora bien, algo sí cambio en las filas zaragocistas para bien, y es que los Roll, Aguilar y compañía empezaron a ver el aro adversario. Una de las revelaciones de la temporada comenzaba a anotar con cierta frecuencia, lo que provocaba que la sangría no fuera mayor por parte de un Real Madrid que cuenta con un auténtico mago, un maestro en la dirección. La temporada del 'Chacho' está siendo sencillamente espectacular, y será uno de los bases que Juan Antonio Orenga se lleve al Europeo de Eslovenia del próximo mes de septiembre.

Competición continental al margen, de la mano del canario los blancos estaban pasando por encima de su adversario. El camino parecía allanado hacia una nueva victoria y quedarse ya muy cerca de una nueva final de la Liga Endesa. Pero quedaba mucho y, teniendo en cuenta las desconexiones que suele sufrir el equipo de Laso, ni a uno ni a otro le convenía dar nada por finiquitado a pesar de la brecha abierta durante los primeros veinte minutos de juego (49-35).

Despegue definitivo

Eso sí, este Real Madrid es mucho más maduro y esos lapsus que antes eran habituales ahora aparecen cada vez menos sobre la pista. Los blancos son conscientes de que están ante su única oportunidad de llevarse algo a la boca esta temporada, a excepción de la Supercopa. Perdidas la Copa del Rey y la Euroliga, la Liga Endesa es el clavo ardiendo al que se agarra el equipo merengue para cerrar, eso sí, una gran temporada caso de adjudicarse este último título. Por eso no quiere sorpresas y, por mucha voluntad y ganas que le ponga el CAI, no quiere conceder ni una sola opción a su adversario. Los maños salieron tras el descanso con ganas y arrancaron con un parcial de 0-4, pero fue un espejismo. Rudy, Mirotic y compañía sacaron la artillería y empezaron a bombardear el aro visitante sin compasión. Consecuencia, la ventaja del Madrid ya se iba por encima de los veinte puntos.

El partido estaba visto para sentencia. Por delante, trece minutos en los que lo único que quedaba por dilucidar era la diferencia en el luminoso a favor del conjunto local. El 2-0 era cuestión de que los minutos fueran cayendo como una losa en el lomo de los pupilos de José Luis Abós, que tendrán que apelar a la heroica en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza para voltear un marcador que se antoja más que complicado.

Con el 'bocinazo' final, un marcador apabullante (93-65) que provoca que el Madrid ya esté saboreando la final, en la que tiene pie y medio. En el horizonte, y si se cumple la lógica, se vislumbra un nuevo duelo entre los dos grandes de nuestro baloncesto. De ella, puede desprenderse el gran triunfador de esta campaña 2012-2013, Barça o Madrid. Pero no corramos, para que esto suceda aún quedan varias batallas por librarse en Zaragoza, Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria.