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De la desaparición del baloncesto blanco a la triunfal aparición de Pablo Laso
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FERRERAS Y GARCÍA COLL, CLAVES EN LA LLEGADA DEL TÉCNICO VITORIANO

De la desaparición del baloncesto blanco a la triunfal aparición de Pablo Laso

Hoy es un equipo victorioso, que no sabe lo que es perder tras 15 partidos de la Liga Endesa y con un destacado papel en la

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De la desaparición del baloncesto blanco a la triunfal aparición de Pablo Laso

Hoy es un equipo victorioso, que no sabe lo que es perder tras 15 partidos de la Liga Endesa y con un destacado papel en la Euroliga. Hoy este Real Madrid que gana y divierte es un equipo, con un Pablo Laso al frente al que nadie discute y con unos jugadores que se lo pasan en grande y, lo que es más importante, hacen recordar a una sección que en su día era imbatible. Hoy se enfrentan al eterno enemigo, al Barcelona (19.00 horas, TVE-1), el enemigo que pasaba por encima de los blancos y que ahora puede certificar el fin del actual proyecto azulgrana con Xavi Pascual en el banquillo. Para llegar a este momento, la sección de las 30 Ligas y las 8 Copas  de Europa, la que vive a la sombra de la locomotora del fútbol blanco, pasó tiempos duros y complicados que llegaron a apuntar a la desaparición o, al menos, a la drástica reducción de presupuesto.

Junio de 2011. El equipo de baloncesto del Real Madrid, tras quedarse a un paso de la final de la Euroliga, cae derrotado ante el Bilbao Basket en las semifinales de la Liga Endesa. Decepción y desencanto total en Florentino Pérez. 22 millones de euros de presupuesto para nada, piensan algunos por la zona noble del Santiago Bernabéu. "Es hora de reducir el presupuesto", afirman algunos. Otros, los directivos más radicales sentencian. "Es el momento de dar carpetazo a una sección que sólo genera pérdidas". La duda encuentra hueco en la mente del presidente, que tras días de debate y tras comprobar cómo el proyecto Messina y su continuador Molin han fracasado, duda del futuro de la sección. 

En su vuelta a la presidencia blanca, Florentino Pérez puso el baloncesto en manos de Ettore Messina. Una cena junto a Jorge Valdano sirvió para convencer al todavía candidato de lo idóneo del técnico italiano. A su lado llegó Antonio Maceiras para dirigir la sección. Los métodos absolutistas del entrenador chocaron con la mentalidad de los jugadores y del club. Los jugadores no le aguantaban. Dirigía los entrenamientos desde un palco acristalado y desde allí, vía walkie, mandaba los mensajes pertinentes a sus ayudantes. Algo muy de la NBA, pero poco de la ACB. Quería todo el poder. Fichaba, deshacía y hacía todo. Su manera de entender el baloncesto chocó con la de una plantilla mayor y sin ganas de pelear contra un técnico que un año después ya quiso abandonar, cosa que hizo en marzo de 2011. Emanuele Molin se quedó al frente del equipo, culminando su etapa con una prematura eliminación en la Liga ACB.

La sección había tocado fondo, se tambaleaba. Sonaban nombres de lustre como Rapesa, Blatt, Pesic, Pianigiani e incluso Pepu Hernández, que entraban en la quiniela de la sección ya dirigida por Juan Carlos Sánchez, con la impagable presencia de Alberto Herreros desde 2005 como director deportivo. Los nombres no convencían, pero llegó el momento que ha sido clave en la transformación de la sección. Antonio García Ferreras, director de La Sexta y eterno consejero de Florentino Pérez, escuchó el consejo que le dio Javi García Coll, exjugador de la sección y actual ejecutivo blanco, apuntando el nombre de Pablo Laso como el entrenador idóneo para el banquillo. Laso había vestido la camiseta blanca durante dos temporadas y media, coincidiendo con García Coll, y ya contaba con cierta experiencia en la ACB como técnico del Pamesa y del Lagun Aro. Ferreras trasladó el nombre al presidente que, tras un par de días de debate y consenso con los dirigentes de la sección, se inclinaron por la opción Laso.

Ya con el vitoriano en el banquillo, todo empieza a cambiar pronto. Los jugadores se vuelven a sentir importantes, todos participan. Sánchez y Herreros hablan y escuchan al entrenador a la hora de hacer la plantilla, pero el verdadero mérito de este renacer de un equipo que ha sido santo y seña de este deporte es el carácter de grupo que Laso ha dado a los 12 jugadores que hoy en día forman la plantilla del equipo. Reparte minutos, hace que todos se sientan importantes e incluso mira a la cantera.  Reparte funciones con el club y capitanes y, pese a que también tiene sus dejes de jefe (no quiere que nadie coma con el equipo, ni directivos, ni jefe de prensa, ni nadie ajeno al vestuario), ha dado a la sección otro aire, el de un equipo que aspira a todo, incluida la Euroliga, título que no conquista desde hace 17 años.

Hoy tiene una nueva prueba de fuego en Barcelona. Una victoria pondría en peligro a Pascual y la clasificación azulgrana para la Copa del Rey. No le asusta eso de ganar en la Ciudad Condal como demostró en la pasada Copa cuando sólo Florentino Pérez, el citado consejero Ferreras y el directivo Gumersindo Santamaría se atrevieron a acompañar al equipo al Palau Sant Jordi. Quiere ganar para quitarse el mala sabor de boca de la pérdida de la pasada Liga, título que según su opinión nunca debió perder. Ahora, Mirotic, Llull, Carroll, Felipe Reyes, Sergio Rodríguez, Suárez y compañía tienen la ocasión de dar la razón a su técnico.

Hoy es un equipo victorioso, que no sabe lo que es perder tras 15 partidos de la Liga Endesa y con un destacado papel en la Euroliga. Hoy este Real Madrid que gana y divierte es un equipo, con un Pablo Laso al frente al que nadie discute y con unos jugadores que se lo pasan en grande y, lo que es más importante, hacen recordar a una sección que en su día era imbatible. Hoy se enfrentan al eterno enemigo, al Barcelona (19.00 horas, TVE-1), el enemigo que pasaba por encima de los blancos y que ahora puede certificar el fin del actual proyecto azulgrana con Xavi Pascual en el banquillo. Para llegar a este momento, la sección de las 30 Ligas y las 8 Copas  de Europa, la que vive a la sombra de la locomotora del fútbol blanco, pasó tiempos duros y complicados que llegaron a apuntar a la desaparición o, al menos, a la drástica reducción de presupuesto.

Pablo Laso