La guerra psicológica desatada por Abel pone de los nervios a Depor y Zaragoza

La última jornada de la Liga va a tener dos protagonistas claros: el transistor y el miedo al descenso. Cuatro equipos, Deportivo, Celta, Zaragoza y Mallorca, han llegado con opciones de salvarse en el último partido de la temporada pero sólo uno podrá hacerlo. Aunque falta prácticamente una semana para se disputa última jornada, algunos clubs ya han empezado a mover sus fichas en las salas de prensa. La tensión está servida.

Abel Resino fue el primero en abrir fuego y poner sus cartas sobre la mesa. El entrenador del Celta de Vigo jugó la baza de la rivalidad histórica que existe entre los celestes y el Deportivo de La Coruña: "Es una paradoja que en la última jornada nos vayamos a jugar la permanencia dos equipos gallegos, el Depor y nosotros, eso añade más motivación a la lucha por la permanencia. Le deseo lo mejor al Deportivo pero en Segunda a partir de la próxima temporada", apuntaba el técnico la intención de añadir presión a los vecinos de Coruña, los únicos que no mirarán a otros campos en la jornada unificada, para todos los que se juegan algo, del sábado a las 21:00.

Los de Riazor, lo tienen todo a favor para salvarse, dependen de sí mismos y jugarán en casa ante una afición que ha apoyado al equipo de forma indiscutible durante toda la temporada y que no faltará a la cita más importante del año. La Real Sociedad visitará a los de Fernando Vázquez con la Champions en el punto de mira y con un ojo puesto en el partido que el Valencia, su rival por los puestos de Liga de Campeones, disputará ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. En un partido en el que los dos se juegan tanto, los nervios también tendrán mucho que decir.

En Balaídos, el Celta se medirá al Espanyol, que ya no se juega nada. Las palabras de Abel no han sentado bien en Coruña. El dardo lanzado se puede volver en su contra y motivar, aún más, a los jugadores coruñeses. Después de un año con los dos conjuntos gallegos en plena lucha por sobrevivir, en la última jornada sólo podrá quedar uno. A la espera del fallo de ambos se encuentran Real Zaragoza y Mallorca, que dependen del error de Dépor y Celta. Su permanencia roza el milagro.

Si el Celta tiene que ganar y que el Deportivo no consiga los tres puntos, los maños dependen de que ninguno de los dos equipos de Galicia consiga la victoria. El Zaragoza recibe la visita del Atlético de Madrid y la resignación se ha apoderado de los maños tras el 4-0 del pasado domingo. Saben que tienen su última opción y ya han estado dos temporadas seguidas en esta situación pero parece que a la tercera será la vencida y se ven abocados a Segunda. Entre la polémica por las protestas que tiene preparada la afición contra el presidente, Agapito, y lo complicado de la misión, la moral está mermada a orillas del Ebro.

Si el Zaragoza lo tiene difícil, en Mallorca el descenso es casi virtual. Los de Gregorio Manzano no pudieron romper el empate en el Calderón y ahora necesitan que no gane ninguno de los tres equipos que tienen delante y conseguir los tres puntos en casa ante el Valladolid. Manzano no lo da todo por perdido: "Esperanza hay que tenerla, lógicamente. Matemáticamente no hay nada perdido, pero está súper difícil. Esa es la realidad. Nosotros en nuestro último partido en casa tenemos que ganar. Que no sea porque nosotros no hacemos nuestra obligación el próximo sábado". En la noche del 1 de junio, a las 21:00 se disputará la última jornada con cuatro equipos al borde del abismo y de un ataque de nervios. Después, ya no habrá marcha atrás.