Lance Armstrong pagará cara su traición al orgullo de Estados Unidos

Lance Armstrong pasó de héroe a villano el pasado mes de enero cuando confesó que se había dopado para ganar sus siete Tour de Francia en una entrevista concedida a Oprah Winfrey. El exciclista confirmaba las sospechas que se cernían sobre su figura a cambio de varios millones de euros y buscando un perdón que según las encuestas no logró: el 70% de los ciudadanos no creyó en su arrepentimiento según publicó en su momento USA Today. Armstrong no sólo ha tenido que hacer frente a la falta de indulto sino a la disminución de ingresos provocada por la retirada de sus patrocinadores y a las numerosas demandas que han surgido desde entonces. Tal y como informó El Confidencial días después de la confesión de Armstrong, el Gobierno de Estados Unidos quiere hacer pagar a Lance su traición y ya ha presentado formalmente su denuncia.

Nada más ser reelegido, Barack Obama sopesó la idea de sumarse a la acusación particular lanzada en su momento por Floyd Landis y este miércoles, el departamento de Justicia de Estados Unidos presentó su caso contra Armstrong alegando que violó su contrato con el Servicio Postal del país (que pagó 40 millones para ser patrocinador del exciclista) y se enriqueció injustamente mientras incumplía las normas para ganar el Tour de Francia. Diez años atrás, Lance formó parte del equipo U.S. Postal, de patrocinio gubernamental, por lo que argumenta que Armstrong cometió fraude contra el Ejecutivo por violar las reglas estrictas contra las drogas ilegales. El Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a conseguir que el exciclista pague cara su traición y podría reclamarle la devolución del dinero con cifras que pueden ir de los 40 invertidos a los 120 millones.

Corren tiempos difíciles para Lance Armstrong que ha dejado de percibir cuantiosos ingresos de sus patrocinadores y ahora se ve obligado a hacer frente a una serie de reclamaciones económicas. Nike no esperó para poner punto final a su contrato con el deportista. A la multinacional estadounidense le siguió la marca de bicicletas Trek, la de nutrición Honey Stinger o la marca de gafas Oakley.

La revista Forbes estimó en su momento que el exciclista dejaría de ingresar una media de 126 millones de euros. Sin este colchón económico, devolver el dinero que le exige la Federación Francesa de Ciclismo (2’95 millones de euros) por los siete títulos conquistados en el Tour se antoja complicado. No son los únicos que quieren su dinero de vuelta: la aseguradora SCA le reclama 10 millones de euros por daños y prejuicios y The Sunday Times espera que Armstrong devuelva los 740.000 euros que la publicación tuvo que pagar al deportista cuando le acusó de dopaje. El ya citado Floyd Landis reclama una cifra de 5 millones de dólares mientras que Australia del Sur se plantea exigir la devolución de los millones invertidos en los tres años que participó en el Tour Down Under, cita en la que regresó a la actividad deportiva en 2009 tras dos años de inactividad.

Armstrong no sólo pagará las causas económicas derivadas de su dopaje. Estados Unidos también espera que el peso de la justicia caiga sobre Lance.