El recorrido del Tour centenario imita a la Vuelta con la idea de olvidar el ‘caso Armstrong’

El ‘caso Armstrong’ está devolviendo al ciclismo al oscuro panorama que parecía haber olvidado tras la última edición de la Vuelta Ciclista a España, donde no se dio ni un solo caso de dopaje, aspecto lamentablemente extraño en el ciclismo de los últimos tiempos, y en la que primó el espectáculo y lo deportivo por encima de todo. La decisión de la UCI de desposeer al corredor americano de sus siete triunfos en el Tour de Francia ha terminado por dar oficialidad a todas esas informaciones que apuntaban a que Lance Armstrong estaba sumido en una perfecta red dopaje. El ‘juicio’ ya está consumado y la caída del mito ha supuesto un nuevo y durísimo golpe al deporte de la bicicleta. Con este paisaje tan desolador, la ronda francesa ya se ha puesto en marcha en su edición número 100.

Dado el éxito de la Vuelta hace escasamente un par de meses, Christian Proudhomme y los suyos han decidido optar por un recorrido espectacular, con una amplia dosis de montaña y pensando mucho en el espectador, imitando la ronda española. Así, la edición 2013 contará con cinco finales en alto, destacando las llegadas al Mont Ventoux y Alpe D’Huez (se subirá dos veces en la misma jornada), además de una antepenúltima etapa que no acaba arriba pero en la que se subirán puertos míticos como el Glandon, la Madeleine o la Croix Fry. A eso hay que añadir tres contrarreloj, una de ellas por equipos, y un final ‘nocturno’ en los Campos Elíseos.

Los mandamases de la ronda francesa, tan egocéntricos en ocasiones, han admitido con este recorrido el acierto de Abraham Olano y su equipo en la pasada Vuelta a España y encuentran en etapas más cortas y plagadas de dificultades (orográficas) para los ciclistas un filón para atraer al público. Todos los esfuerzos son pocos para devolver la credibilidad a un deporte que está muy tocado, pero que se resiste a morir. La primacía del deporte y la lucha por la limpieza del mismo es una obsesión para los cabezas visibles del ciclismo actual, que quieren y deben pasar página de todo lo sucedido hasta ahora y hacer que, a partir de estos momentos, tan sólo se hable de deporte.

El Tour cumple cien años y qué mejor regalo para la gran ronda mundial por etapas que esta edición suponga un punto de inflexión en la historia de este deporte y que la sombra del dopaje desaparezca de una vez por todas y el ciclismo sea ejemplo de limpieza y transparencia. Sólo de esta manera se atraerá de nuevo a parte del gran público que se ha desencantado con los acontecimientos que vienen sucediendo de un tiempo a esta parte. Proudhome busca recuperar la magnificencia que siempre ha rodeado al Tour y que la ha convertido en la mejor carrera de la historia. Y, casualmente, el modelo a seguir lo han encontrado en… España.