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Felix Baumgartner, el hombre que quería volar y fue más rápido que el sonido
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EL AUSTRIACO ALCANZÓ LOS 1.342 KM/H DE VELOCIDAD

Felix Baumgartner, el hombre que quería volar y fue más rápido que el sonido

Felix Baumgartner se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del fin de semana. El austriaco ha pasado a la historia después de convertirse en

Foto: Felix Baumgartner, el hombre que quería volar y fue más rápido que el sonido
Felix Baumgartner, el hombre que quería volar y fue más rápido que el sonido

Felix Baumgartner se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del fin de semana. El austriaco ha pasado a la historia después de convertirse en el primer hombre capaz de superar la velocidad del sonido y en el poseedor del salto más alto jamás realizado por el ser humano. A sus 43 años, ha demostrado que no hay nada imposible y que los sueños simplemente están para conseguirlos.

Este austriaco ha destrozado todos los registros existentes en un espectacular salto realizado este domingo. Capaz de superar los 1.100 kilómetros por hora en su descenso y de llegar a los 1.342 km/h, Baumgartner ya forma parte de la historia espacial, en una misión harto complicada que lleva preparando más de cinco años y que este domingo completó con final feliz: el primer hombre capaz de saltar desde la estratosfera.

El austriaco tardó más de dos horas y media en alcanzar una altura de 39.000 metros. Una vez comprobado que todo estaba correcto, Baumgartner se lanzó al vacío en una caída que superó los cuatro minutos y en la que alcanzó el récord de velocidad. De hecho, en dicha caída hubo momentos de tensión cuando Baumgartner comenzó a girar de manera muy violenta hasta que consiguió estabilizarse.

Tras cambiar la densidad del aire y con su experiencia, consiguió mantener la posición para abrir el paracaídas que le iba a llevar a tierra firme. Una vez alcanzado el suelo, los signos de emoción del austriaco eran evidentes. Acababa de entrar en la historia gracias a su valentía, tras superar con el proyecto Red Bull Stratos una altura y una velocidad nunca antes conseguidas por un ser humano.

Un experto en el salto con paracaídas

Antes de llevar a cabo este complicado desafío, Baumgartner aseguraba que realizar un salto desde 39.000 metros de altura era "uno de los pocos retos que me queda por conseguir". Apasionado de las alturas y un verdadero amante de los retos imposibles, el austriaco ha sumado en su haber un nuevo logro que tardará muchísimos años en volver a ser superado. Su nombre ha pasado a convertirse en una leyenda viva.

"Superar la velocidad del sonido es una de las pocas cosas que me quedan por conseguir. Siempre me gustó la libertad y siempre quise ver el mundo desde arriba. Desde muy pequeño, ya trepaba a los árboles. Siempre quise volar", aseguraba antes de iniciar la misión. Algunos años después de comenzar a prepararse, Baumgartner ha demostrado ser capaz de superar sus límites y llevar al extremo su gran pasión.

En su brazo se puede leer el tatuaje 'nacido para volar', y lo cierto es que lo ha demostrado. Su primer salto lo realizó con 16 años, y en 1999 se convirtió en el primer hombre en saltar desde la mano de la estatua del Cristo del Corcovado en Rio de Janeiro, siendo el récord de salto BASE. También ha saltado desde las Torres Petronas y la Torre Taipei, además de hacerlo desde el puente más alto del mundo, el Viaducto de Millau, en Francia.

Este domingo, su nombre pasará a la historia como el del hombre que fue capaz de superar la barrera del sonido. Nunca antes un salto en paracaídas había destapado tanta expectación. Baumgartner ha sido el encargado de hacer posible un sueño en el que muy pocos creían. Querer es poder y este austriaco de 43 años ha vuelto a demostrar que, si hablamos de alturas, es un mito sin comparación alguna.

Felix Baumgartner se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del fin de semana. El austriaco ha pasado a la historia después de convertirse en el primer hombre capaz de superar la velocidad del sonido y en el poseedor del salto más alto jamás realizado por el ser humano. A sus 43 años, ha demostrado que no hay nada imposible y que los sueños simplemente están para conseguirlos.