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Lance Armstrong, aquel 'superhéroe' rodeado de enemigos
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LA SOMBRA DEL DOPAJE SIEMPRE HA PLANEADO SOBRE EL NORTEAMERICANO

Lance Armstrong, aquel 'superhéroe' rodeado de enemigos

Por h o por b, el caso es que Lance Armstrong nunca ha sido un hombre querido, ni ha destacado por su simpatía. Ahora bien, de

Foto: Lance Armstrong, aquel 'superhéroe' rodeado de enemigos
Lance Armstrong, aquel 'superhéroe' rodeado de enemigos

Por h o por b, el caso es que Lance Armstrong nunca ha sido un hombre querido, ni ha destacado por su simpatía. Ahora bien, de eso a “la caza de brujas” de la que habla el exciclista norteamericano tras ser declarado culpable de dopaje por parte de la USADA, va un trecho. No hay duda que, a lo largo de su trayectoria profesional, Armstrong ha ido aglutinado enemigos al mismo tiempo que logros deportivos. “Lance Armstrong tiene muchos enemigos y en lugar de ser una persona que admirar, porque a un deportista como él habría que respetarlo y admirarlo, algunos entornos siempre han ido a por él, a buscarle las vueltas”, declaraba Perico Delgado nada más conocer la noticia de la sanción.

La sombra de la duda siempre ha acompañado al todavía heptacampeón del Tour de Francia (veremos qué dice la UCI) desde que en 1999 se enfundará su primer maillot amarillo en París. En aquel entonces, L’Equipe, uno de los periódicos deportivos de referencia en el mundo y organizador de la ronda gala, acusó al corredor de utilizar sustancias dopantes. Fue el primer capítulo de una historia poblada de desencuentros entre el ciclista y el medio francés, que volvería a insistir en la ‘ilegalidad’ de los triunfos de Lance años más tarde (2002 y 2004). “Los franceses me tienen envidia”, afirmó el norteamericano en una de las numerosas acusaciones contra él.

Pero, por si no tenía suficiente con L’Equipe, entró en escena Le Monde, año 2006. El medio escrito más prestigioso en Francia también puso en duda la limpieza del ciclista tras publicar las acusaciones de Frankie Andreu, excompañero del estadounidense, quien aseguraba que Lance habría “tomado EPO, testosterona, cortisona, esteroides…”. Aquellas acusaciones también se fueron al limbo al no ser respaldadas por otros supuestos testigos del caso.

Y es que desde un principio, en Francia, nunca vieron de buen grado la relación entre el corredor y el médico Michele Ferrari, condenado por fraude deportivo, motivo por el cual Lance Armstrong decidió romper su relación profesional. El italiano reconoció haber realizado prácticas ilegales con deportistas para incrementar su rendimiento. Este aspecto y el de su famosa lucha contra el cáncer han lastrado al ex de US Postal. El uso de EPO para la prevención de la enfermedad ha sido uno de los argumentos utilizados por sus detractores, aunque nadie ha llegado a demostrarlo. El propio ciclista comentaba en su biografía que “cualquiera que conozca los tratamientos contra el cáncer sabe que ese tipo de medicamentos debilitan mucho a la persona. No entiendo que utilicen este tema para acusarme”.

Antiguos compañeros ‘mercenarios’

Y si la prensa, fundamentalmente la francesa, ha tirado con bala en contra de Armstrong, también hay que hacer mención a algunos de sus excompañeros de equipo. El primer de ellos, lo hemos comentado, Frankie Andreu, pero detrás de él se han colocado unos cuantos, buscando quién sabe qué. Algunos la limpieza de este deporte, pero otros simplemente su beneficio personal. Ha sido el caso de los George Hincapie, Levi Lepheimer, David Zabriskie o Christian Vandevelde, quienes aceptaron declarar ante la USADA en contra de su otrora jefe de filas con tal de no recibir sanciones económicas y deportivas.

Precisamente ha sido la Agencia Antidopaje de EEUU la que ha llevado el ‘caso Armstrong’ hasta sus últimas consecuencias, de tal manera que el exciclista ha decidido no seguir en la lucha por su inocencia. La pregunta en el aire y en la cabeza de todo el mundo es: ¿su silencio es la admisión de culpabilidad? La USADA ya ha dado su veredicto en forma de una sanción de por vida y una propuesta a la UCI para que retire todas sus victorias, y es que debe ser el máximo organismo del ciclismo mundial quien tome la siguiente determinación.

El organismo norteamericano ha sido respaldado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), pero UCI ha pasado la patata caliente, al afirmar que no se pronunciará hasta que la USADA no proporcione una “decisión razonada”. Quien se ha mantenido completamente al margen ha sido el Tour de Francia, que en un comunicado oficial ha decidido esperar a las “importantes decisiones” que tomen USADA y UCI. El culebrón no ha hecho más que empezar y no debiéramos olvidar otro organismo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), última instancia a la que se podría recurrir para obtener el veredicto final.

Por h o por b, el caso es que Lance Armstrong nunca ha sido un hombre querido, ni ha destacado por su simpatía. Ahora bien, de eso a “la caza de brujas” de la que habla el exciclista norteamericano tras ser declarado culpable de dopaje por parte de la USADA, va un trecho. No hay duda que, a lo largo de su trayectoria profesional, Armstrong ha ido aglutinado enemigos al mismo tiempo que logros deportivos. “Lance Armstrong tiene muchos enemigos y en lugar de ser una persona que admirar, porque a un deportista como él habría que respetarlo y admirarlo, algunos entornos siempre han ido a por él, a buscarle las vueltas”, declaraba Perico Delgado nada más conocer la noticia de la sanción.