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Los capos del vestuario aconsejaron la táctica de Mestalla y Schuster tomó nota
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Los capos del vestuario aconsejaron la táctica de Mestalla y Schuster tomó nota

No da puntada sin hilo Bernd Schuster. Las cosas le están saliendo bien, sobre todo después del 1-5 en Valencia y por ahora puede permitirse lujos

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Los capos del vestuario aconsejaron la táctica de Mestalla y Schuster tomó nota

No da puntada sin hilo Bernd Schuster. Las cosas le están saliendo bien, sobre todo después del 1-5 en Valencia y por ahora puede permitirse lujos como llamar ignorante a toda esa profesión periodística que sí debía saber de fútbol cuando apostó claramente por su llegada al Madrid. En verano esos periodistas que defendían su candidatura debían de ser muy listos. El caso es que el alemán, que conoce perfectamente los códigos de un vestuario de fútbol se ha echado en manos del sector duro de la plantilla, de los caciques. Y éstos le están respondiendo con goles y fútbol. Pero no sólo le ayudan en el campo, sino también fuera de él. El alemán escucha siempre los consejos de Raúl, Guti, Casillas y Míchel Salgado, los jefes, los capos. Y fueron ellos lo que le recomendaron emplear la táctica que tan buen fruto dio en Valencia.

Míchel y Raúl ya alertaron de los riesgos de jugar con un solo pivote defensivo y toda la artillería arriba, con cinco hombres de clara vocación ofensiva. "El equipo está muy partido y cuando perdemos el balón tenemos problemas", llegó a comentar Raúl tras el partido ante el Depor, el último de una larga serie en la que el Madrid fue zarandeado, aunque al final acabó ganando.

Salgado y Guti también plantearon la necesidad de blindarse un poco más porque el equipo no tomaba la iniciativa y le costaba hacerse con el mando y el balón. Lo hicieron públicamente, pero es que durante los entrenamientos de la semana, como quien no quiere la cosa, también comentaron esa posibilidad a Schuster y a su segundo, Manolo Ruiz. Si esa sugerencia hubiera sido de algún otro jugador, el alemán habría pasado olímpicamente. Pero cuando Raúl, Guti y Salgado, hablan, las paredes del vestuario tiemblan y los técnicos escuchan atentamente. Schuster no les dijo nada, simplemente que se lo pensaría. Pero las pruebas del día anterior ya dejaron entrever esa opción. Para despistar también probó con cinco hombres de ataque, incluido Sneijder, pero a la hora de la verdad, el entrenador obedeció las consignas. Diarrra y Gago para robar y presionar, Sneijder en el banquillo y arriba Robinho, Raúl, Van Nistelrooy y Guti. Al final, Schuster sacó pecho. Sus improvisados colaboradores simplemente sonrieron. Ya saben que el técnico es un buen demócrata y está abierto a todo tipo de elección táctica. Por cierto, estos veteranos fueron los que dieron el grito de guerra necesario el pasado año para pasar por encima de Capello, liarse la manta a la cabeza y ganar la Liga. Alguno de ellos acabará como entrenador.

No da puntada sin hilo Bernd Schuster. Las cosas le están saliendo bien, sobre todo después del 1-5 en Valencia y por ahora puede permitirse lujos como llamar ignorante a toda esa profesión periodística que sí debía saber de fútbol cuando apostó claramente por su llegada al Madrid. En verano esos periodistas que defendían su candidatura debían de ser muy listos. El caso es que el alemán, que conoce perfectamente los códigos de un vestuario de fútbol se ha echado en manos del sector duro de la plantilla, de los caciques. Y éstos le están respondiendo con goles y fútbol. Pero no sólo le ayudan en el campo, sino también fuera de él. El alemán escucha siempre los consejos de Raúl, Guti, Casillas y Míchel Salgado, los jefes, los capos. Y fueron ellos lo que le recomendaron emplear la táctica que tan buen fruto dio en Valencia.

Bernd Schuster