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DreamWorks vuelve a hacerlo con 'Los Croods'
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LA PELÍCULA QUE SE ESTRENA ESTA SEMANA RECUPERA LA ESENCIA DE LA CASA

DreamWorks vuelve a hacerlo con 'Los Croods'

Las preguntas empiezan pronto en Los Croods, la última cinta de Dreamworks Animation que esta semana se estrena en España. El espectador se pregunta en primer lugar qué

Foto: DreamWorks vuelve a hacerlo con 'Los Croods'
DreamWorks vuelve a hacerlo con 'Los Croods'

Las preguntas empiezan pronto en Los Croods, la última cinta de Dreamworks Animation que esta semana se estrena en España. El espectador se pregunta en primer lugar qué clase de animales son esos tan raros con los que tiene que lidiar esta familia prehistórica (el primero que aparece es una suerte de avestruz con cuernos) y después en qué parte de la Tierra estarán (demasiado seco para ser Europa y después demasiado selvático para tratarse de Norteamérica). Incluso el espectador más curioso se preguntará si esta familia de personas anchotas y de andares simiescos no serán neandertales que se encuentran con Guy, un inteligente y joven homo sapiens más inteligente y refinado que ellos (incluso decora su cuerpo con pinturas) y, siguiendo tal razonamiento, si el cataclismo que a todos se les viene encima no será la causa de su extinción final.

Craso error, inducido en parte por la pobre representación que su tráiler hace de esta película. Los Croods no habla de homo sapiens, neandertales, extinciones o animales. O lo hace, sí, pero solo como acotaciones en los márgenes de la historia principal, que es la de un padre de familia y orgulloso hombre de las cavernas que se niega a abandonar el refugio de su cueva y su impulsiva hija adolescente, Eep, que encarna frente a él el deseo de explorar el mundo y, con ello, a la propio pulsión de la humanidad. 

Por una vez (quizá por primera vez) la prehistoria no es aquí el escenario fundamentalmente científico que compusieron para la ficción otras fantasías antediluvianas (como Ice Age: La edad de hielo de Twentieth Century Fox o En busca del valle encantado, de Universal Studios), sino el referente estético de una construcción puramente imaginativa, como la Edad Media hiperbólica que vemos en las parodias de cuentos de hadas (en esto Dreamworks ya sentó un importante precedente con Shrek) o el fondo del mar antropomórfico y luminoso de ejemplos como La Sirenita de Disney o Buscando a Nemo, de Pixar. Los Croods, así, no es ni mucho menos una versión en comedia de animación de En busca del fuego o El clan del oso cavernario, sino que habla más bien de las aventuras de una familia de cavernícolas en un universo natural manierista, barroco que se parece más a la Pandora de Avatar que a la propia Tierra del Pleistoceno.

Hay guiños, claro. El tigre que acosa a la familia es una versión gigante y colorista de un smilodon o tigre de dientes de sable y en la cinta aparecen varios otros animales que recuerdan vagamente a la fauna que asociamos con la era cuaternaria, como mamuts y aves elefante. Y por supuesto Los Croods, durante su viaje físico desde su cueva hasta una montaña que se alza en el horizonte (es posible que ninguna película haya contado jamás un trayecto tan simple) acometen otro interior que les lleva al descubrimiento del fuego, la domesticación, el vestido y el humor. Y uno filosófico, además, que los guionistas y directores de la cinta (Kirk DeMicco y Chris Sanders) ponen en boca de sus protagonistas en frases demoledoras como la que Grug, el pater familias, explica a los pocos minutos de comenzar: "Nunca hay que estar no asustados. El miedo nos mantiene vivos". 

Pero vivir con miedo no es vivir, o al menos es lo que propone esta cinta de DreamWorks que retoma así el mismo tema de algunas cintas de animación recientes como Enredados (la historia de Rapunzel firmada por Disney en 2010, con la que Los Croods mantiene un extraordinario paralelismo), la exitosa Los Increíbles de Pixar, Up o Buscando a Nemo: la reclusión de un protagonista en una cárcel familiar y la exploración como única vía de huida, detonada aquí (como en Enredados) por el motor romántico. Lo hace y lo hace bien, y por esa razón DreamWorks consigue con Los Croods volver a medirse en calidad (veremos si en taquilla) con el gigante de dos cabezas Disney Pixar, algo que no hacía desde la primera entrega de la saga Shrek y a lo que solo pudo aspirar, sin llegar realmente a conseguirlo, con algunos de sus éxitos más recientes, como Madagascar o Kung Fu Panda. Ha encontrado la fórmula, por lo que parece, y era tan sencilla como contar las historias que, hasta ahora, solo contaba Pixar. Otra cosa será que, en lo sucesivo, quiera explotarla.

Las preguntas empiezan pronto en Los Croods, la última cinta de Dreamworks Animation que esta semana se estrena en España. El espectador se pregunta en primer lugar qué clase de animales son esos tan raros con los que tiene que lidiar esta familia prehistórica (el primero que aparece es una suerte de avestruz con cuernos) y después en qué parte de la Tierra estarán (demasiado seco para ser Europa y después demasiado selvático para tratarse de Norteamérica). Incluso el espectador más curioso se preguntará si esta familia de personas anchotas y de andares simiescos no serán neandertales que se encuentran con Guy, un inteligente y joven homo sapiens más inteligente y refinado que ellos (incluso decora su cuerpo con pinturas) y, siguiendo tal razonamiento, si el cataclismo que a todos se les viene encima no será la causa de su extinción final.