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Las chicas no son tan guerreras
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'SPRING BREAKERS', LA ÚLTIMA COMEDIA DRAMÁTICA SOBRE ADOLESCENTES

Las chicas no son tan guerreras

Las películas que explotan la belleza adolescente por la vía escandalosa no son nada nuevo. Larry Clark ya demostró que, tras la poesía y el candor

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Las chicas no son tan guerreras

Las películas que explotan la belleza adolescente por la vía escandalosa no son nada nuevo. Larry Clark ya demostró que, tras la poesía y el candor de esos cuerpos que no han llegado a los 20, había deseo y una predisposición a la mala vida. Sus películas van de la lubricidad al retrato en crudo de esa difícil edad y una de ellas, seguramente la mejor, Kids, estaba firmada en su guión por Harmony Korine. El director de Spring Breakers ha crecido en todos los sentidos y ahora es el responsable de convertir a dos chicas Disney como Selena Gómez y Vanessa Hudgens en parte de un cuarteto desmadrado. Las jóvenes viven unas ‘vacaciones primaverales’, que las conducen al desenfreno y la delincuencia con el mecenazgo de un traficante de drogas que tienen la sonrisa metalizada de un James Franco versión chunga.

Korine cuenta con el aliciente de ser autor de un personalísimo cine, como ya demostró, por ejemplo, aquel Gummo que acababa resultando una curiosa y esperpéntica radiografía de la América marginal. Aquí juega a la sobreexposición de cuerpos y formas, a la repetición de planos y frases y al derroche de belleza videoclipera acompañada de una estimulante música ambiental. Sin embargo, no se sabe hasta qué punto el resultado final, de efectos lisérgicos, es más una explotación injustificada de los cuerpos de las protagonistas que un retrato objetivo de la mala vida adolescente.

Cierto es que la ‘fumada’ de Korine posee la virtud de tener un estilo visual llamativo, provocador y envolvente, pero también que escenas como la que acompaña el Everytime de Britney Spears, con pasamontañas rosas y escopetas incluidas, rozan peligrosamente el ridículo. Además, parece haber una deliberada falta de background en las protagonistas (ni siquiera llegamos a ponerle cara a sus, seguramente, ‘sufrientes’ padres) que acaba perjudicando el conjunto. Selena Gómez y Vanessa Hudgens no pasan de estar correctas en su reconversión a la maldad, aunque el riesgo de la transformación parece haber sido calculado para que no enseñen un centímetro más de carne. Queda como resultado la sensación de haber vivido una experiencia que, peor o mejor, tiene los colores y las formas de una droga dura. Quizá demasiado.

Las películas que explotan la belleza adolescente por la vía escandalosa no son nada nuevo. Larry Clark ya demostró que, tras la poesía y el candor de esos cuerpos que no han llegado a los 20, había deseo y una predisposición a la mala vida. Sus películas van de la lubricidad al retrato en crudo de esa difícil edad y una de ellas, seguramente la mejor, Kids, estaba firmada en su guión por Harmony Korine. El director de Spring Breakers ha crecido en todos los sentidos y ahora es el responsable de convertir a dos chicas Disney como Selena Gómez y Vanessa Hudgens en parte de un cuarteto desmadrado. Las jóvenes viven unas ‘vacaciones primaverales’, que las conducen al desenfreno y la delincuencia con el mecenazgo de un traficante de drogas que tienen la sonrisa metalizada de un James Franco versión chunga.