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Los trabajadores de RCS culpan a la compra de Recoletos del origen de todos sus males
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COMUNICADO CONJUNTO EN ITALIA

Los trabajadores de RCS culpan a la compra de Recoletos del origen de todos sus males

Denuncian que la gran deuda del grupo con la banca arranca en 2007 con la compra de Recoletos por parte de Unidad Editorial por 1.100 millones de euros

Foto: Sede de RCS Mediagroup, en Milán (EC).
Sede de RCS Mediagroup, en Milán (EC).

Desde Italia apuntan con bala para señalar el principio de los dolores que atraviesa RCS Mediagroup, la dueña del diario 'El Mundo' que acaba de fulminar a su consejero delegado, Pietro Scott Jované, con apenas tres años en el cargo. Y ese culpable, en opinión de los trabajadores del grupo, que han suscrito un comunicado conjunto a través de sus consejos de redacción, no es otro que “la desastrosa operación Recoletos” o, lo que es lo mismo, la compra en 2007 de 'Marca', 'Expansión', 'Telva' y otras revistas temáticas por 1.100 millones de euros en una cuestionable inversión de la que el grupo -y su filial española, Unidad Editorial- todavía no se ha recuperado.

Los trabajadores de RCS han respondido al cese de Pietro Scott Jovane con una dura carta publicada en varios medios del grupo como 'Il Corriere' o la versión italiana de 'Io Donna'. En ella, se preguntan qué va a quedar del conglomerado mediático después de que se haya ejecutado el plan de “recortes, lágrimas y sangre” llevado a cabo por Scott Jovane y que ha consistido, a su juicio, en vender las principales joyas de la Corona de RCS. La última, la entrega de la división de libros a Mondadori (Berlusconi). Último hito de una serie de operaciones que incluyen también la venta de la sede histórica de 'Il Corriere' en Vía Solferino 28 (Milán), el cierre de la agencia multimedia Rcd, la desinversión en acciones de la radio RCS o la cesión de cinco grandes cabeceras y el cierre de otras seis “renunciando al valor económico de las marcas prestigiosas”.

“El resultado de este plan de recortes está a la vista de todos: el empobrecimiento de Rizzoli -suscriben los trabajadores-. Y la pérdida de muchos puestos de trabajo. Quien releve a Scott Jované al frente de RCS Mediagroup tendrá que asumir un reto: diseñar y construir el futuro de nuestra empresa, que sigue siendo una parte importante de la industria de la información italiana”, añaden.

Este nuevo gestor, cuyo nombre se conocerá en los próximos días, hereda -según recuerdan los trabajadores- “una gran deuda” con los bancos que tiene su origen, precisamente, en España con la operación Recoletos de Jaime Castellanos (hoy sentado en el consejo de Vocento). El comunicado critica duramente esta adquisición y recuerda que fue diseñada por el anterior consejero delegado, Antonello Perricone, “premiado con un despido millonario”.

“La deuda con los bancos se queda -añaden-, a pesar de los grandes recortes que han sido llevados a cabo, sobre todo en la división de periódicos. En estos años, Pietro Scott Jované y el consejo de administración han apostado por un plan de ahorro que ha tenido como único eje la reducción del coste del trabajo dependiente y la venta de las joyas de la corona con el claro objetivo de no ir hacia la segunda ampliación de capital que habría garantizado a RCS el desarrollo necesario para recuperar la rentabilidad y la fuerza de la primera empresa editorial del país”.

Por todo ello, el comunicado solicita a la empresa que acometa lo antes posible un “plan industrial serio” que se aleje del recorte masivo de las colaboraciones, el 'outsourcing' y la “precariedad laboral”.

“Necesitamos un cambio de mentalidad para anticiparse y detectar las nuevas formas que caracterizan a las necesidades de información y de cultura de los lectores de hoy y de mañana”, añaden a la hora de enumerar los retos que debe asumir el futuro gestor del grupo. “Tenemos que invertir en tecnología y capacitación, imaginar y poner en marcha nuevas revistas -en papel y digital- para crear nuevos puestos de trabajo, repensar la publicidad en un mercado que se mueve y cambia rápidamente. Debemos dar respuestas innovadoras a una profunda crisis del sector”.

Pietro Scott Jovane en una imagen de archivo. (EFE)

Un año de cláusula de no competencia

El consejo de administración de RCS aceptó el pasado jueves la renuncia presentada por Scott Jované, que acabará su vinculación laboral con el grupo este jueves. Su influencia sobre nuestro país también ha sido pronunciada durante los últimos años. De hecho, a él se atribuyen, en última instancia, todos los cambios de timón registrados en el periódico 'El Mundo' durante el último año, tras el despido de Pedro J. Ramírez y el relevo posterior de Casimiro García Abadillo por David Jiménez. Relevo que se llevó a cabo el mismo día en el que RCS cambiaba también al director del diario 'Il Corriere'.

A la espera de que la compañía nombre a un nuevo ejecutivo, todos los poderes pertinentes para la administración ordinaria de RCS serán traspasados “con carácter provisional” al presidente del grupo, Maurizio Costa. RCS abonará a Jované una suma bruta de 150.000 euros en concepto de liquidación. Jované también estará sujeto a una cláusula de no competencia durante 12 meses que se extiende a todos los competidores de la compañía en el sector editorial, tanto en Italia como en España. En consideración de estas obligaciones de no competencia, percibirá también una suma bruta de 600.000 euros, que se pagarán en cuotas trimestrales iguales en mora, a partir de la fecha de terminación de su contrato.

Desde Italia apuntan con bala para señalar el principio de los dolores que atraviesa RCS Mediagroup, la dueña del diario 'El Mundo' que acaba de fulminar a su consejero delegado, Pietro Scott Jované, con apenas tres años en el cargo. Y ese culpable, en opinión de los trabajadores del grupo, que han suscrito un comunicado conjunto a través de sus consejos de redacción, no es otro que “la desastrosa operación Recoletos” o, lo que es lo mismo, la compra en 2007 de 'Marca', 'Expansión', 'Telva' y otras revistas temáticas por 1.100 millones de euros en una cuestionable inversión de la que el grupo -y su filial española, Unidad Editorial- todavía no se ha recuperado.

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