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Cómo irse de vacaciones 'low cost' de verdad (y dormir por cinco euros)
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Cómo irse de vacaciones 'low cost' de verdad (y dormir por cinco euros)

Otra opción es la de apuntarse a trabajar en una granja a cambio de alojamiento. Podemos hacerlo desde Ourense a Baleares

Foto: Relajándose en el mar. (iStock)
Relajándose en el mar. (iStock)

Es temporada alta, hace calor. La Semana Santa se ha metido en abril y todo es carísimo. Bueno, que no cunda el pánico vacacional. Siempre hay soluciones para viajar a buenos precios. Aunque algunas suenan bastante, digamos, originales. Hay cientos de pistas diseminadas por internet sobre cómo conocer mundo por muy poco dinero. Eso sí, ninguna habla de comodidad.

Por ejemplo, podemos optar por acampar en el jardín de alguien. Es una fórmula aún más barata que el tradicional 'camping' y ofrece muchísimos sitios en casi cualquier parte del mundo. El precio varía, pero parte de unos cinco euros el día. Por ejemplo, se puede uno instalar en el jardín de Carlos, en Cariñena (Zaragoza), y beneficiarse de forma económica de sus 1.000 metros cuadrados "con sombra". También te muestran las bodegas de la zona. La mayoría de los jardines, algunos con bonitas terrazas con mesa y sillas, están en Europa, pero los hay por todo el mundo.

¿Que no nos convence por demasiado caro o porque no queremos ir con la tienda de campaña y todas esas cosas? No hay problema. Otra opción es la de apuntarse a trabajar en una granja a cambio de alojamiento. Podemos hacerlo desde Ourense a Baleares. También fuera de España. En algunas de estas explotaciones agrarias, la estancia mínima es de un solo día y te piden que trabajes cinco horas. Eso sí, la mayoría no aceptan niños, así que si la idea era un plan playero con su paella, su balón y sus críos revoloteantes, mejor buscar otra opción.

Pero no todas las ofertas son para el mundo bucólico y pastoril. También podemos encontrar chollos en las grandes ciudades. En tal caso, nos podría interesar limpiar la casa de alguien a cambio de que nos deje quedarnos unos días. Hay planes mejores, eso está claro, pero recuerde que no tiene un duro y que las vacaciones son para el que se las trabaja.

En plan urbano, también puede probar a alojarse en algún hotel de su ciudad por horas. No son exactamente unas vacaciones, pero podrá probar cómo se sienten los turistas en el hotel Las Letras de Gran Vía, de Madrid, pagando 79 euros por tres horas. Los hay mucho más baratos, eso sí. Y también en cualquier ciudad del mundo (aunque es probable que no le compense coger un vuelo a Nueva York para estar tres horas alojado en Manhattan).

Y si directamente las cosas están muy mal, pero usted está empeñado en viajar, siempre puede consultar los mejores lugares de su ciudad para hacer 'autostop' y aprovechar para dormir durante el trayecto. No es el plan ideal, pero reconozca que se ha ahorrado una buena cantidad de dinero. Peor lo pasó Ignacio Dean, autoproclamado primer español que ha dado la vuelta al mundo a pie (y luego ha publicado un libro para contarlo).

Que no le convence lo de ir a pie o a dedo, pues también puede ir en bicicleta y aprovecharse de la desinteresada comunidad de cicloturistas que se prestan asistencia en el viaje y le dejan un rato para que se de una buena ducha, lave la ropa y organice un poco su mochila. También le pueden dejar el sofá para dormir. O un trozo del jardín para acampar. En caso de tener espíritu de lobo marino, puede enrolarse en la tripulación de un barco y a cambio de trabajar en la embarcación llegar a su lugar de destino (en este caso, su lugar de destino debe ser un puerto de mar, claro). Si, directamente, lo que uno desea es vivir una vida nómada, puede encontrar todas las pistas en la Nomadwiki, que le explica desde cómo comer sin un duro a pasar la aduana sin problemas.

Tampoco hay que descartar pasar la noche en un aeropuerto. Es gratis y hay máquinas expendedoras de comida. La web sleepinginairports.net acaba de publicar su tabla de los mejores y peores aeródromos para pernoctar. Aviso: casi todos están muy lejos, en Asia, así que si la idea es ir para dormir gratis, puede resultar una ocurrencia un poco deficitaria. El ganador es el Changi de Singapur. No tiene sillas, sino una especie de mullidas tumbonas de playa. En segundo lugar figura el Incheon, de Seúl, Corea del Sur. En este caso, lo que hay para recostarse son unos sillones anchos y alargados, casi como unas camas de matrimonio. Y el primero que aparece en la lista un poco más próximo es el de Tallin, en Estonia. El más exótico es el de Helsinki, que tiene una especie de cintas para correr, pero mucho más gruesas, en las que uno se puede echar a pierna suelta.

Es temporada alta, hace calor. La Semana Santa se ha metido en abril y todo es carísimo. Bueno, que no cunda el pánico vacacional. Siempre hay soluciones para viajar a buenos precios. Aunque algunas suenan bastante, digamos, originales. Hay cientos de pistas diseminadas por internet sobre cómo conocer mundo por muy poco dinero. Eso sí, ninguna habla de comodidad.

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