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Lo que España nos ha hecho, "además de mentirnos y despreciarnos"
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benjamín serra y la juventud española

Lo que España nos ha hecho, "además de mentirnos y despreciarnos"

“España nos ha despreciado y nos ha dado una patada en el culo”. Benjamín Serra tiene 2 carreras y un máster y se queja de lo que les han quitado

Foto: Benjamín Serra se fue a ganarse la vida limpiando váteres. (Archivo de Benjamín Serra)
Benjamín Serra se fue a ganarse la vida limpiando váteres. (Archivo de Benjamín Serra)

“España nos ha despreciado, nos ha mentido y después nos ha dado una patada en el culo”. Benjamín Serra, el joven que tiene dos carreras, un máster y que se ganaba la vida de la única manera que podía, con un trabajo mal pagado en Inglaterra, acaba de publicar Sobradamente preparado para limpiar váteres en Londres (Ed. Península), un libro que repasa su experiencia británica, que aún perdura, y en el que ofrece algunas claves para sobrevivir en territorio extranjero. Pero más revelador que su aspecto práctico es ese lado airado en el que pone de manifiesto la ruptura de las promesas que se hicieron a la clase media nacional, y la situación a la que nos está abocando.

Cumplido el periodo de prácticas que estaba realizando en una seudoempresa periodística inglesa, Serra se planteó si seguir en Londres o regresar a Valencia. Su elección fue sencilla: “Mejor limpiar mierda en Londres que comerme los mocos en España. Pensé que era volver a lo de siempre, a pasar horas delante del ordenador buscando trabajos sin que saliera nada. Cuando estaba en España, busqué trabajo en periodismo, comunicación y publicidad, que es mi campo profesional, pero también en restaurantes, grandes almacenes y supermercados, y ni siquiera me contestaban. Volver a España era volver a que me mantuvieran mis padres, de modo que pensé que tenía que salir adelante en Londres, y no tenía problema en que fuera trabajando en cafeterías limpiando váteres”.

El problema de fondo, sin embargo, va más allá de una situación coyuntural, de un mal momento que hay que pasar como sea. Lo que late en sus palabras es la ruptura de unas expectativas de vida que habían sido implícitamente difundidas en el discurso social y que experiencias como las de Benja Sierra ponen encima de la mesa. “Se daba por hecho que si hacíamos lo que teníamos que hacer, estudiar y sacar buenas notas desde pequeños, formarnos y portarnos bien, habría premio. Y esto no es algo que se inventaran mis padres, sino que es algo que siempre se ha dicho. Yo he cumplido mi parte, pero no he visto el premio por ningún sitio. Ya no te digo un trabajo, sino una simple oportunidad, una entrevista”. Eso es algo que sí ha encontrado en Londres. “Allí hay mucha oferta, pero también mucha demanda. Y si a ellos les va mejor que a nosotros, por algo será”.

Los ‘hijos y los sobrinos de”

España no es un país diseñado para los jóvenes, concluye Serra. “Si no hay sitio para nosotros, si se nos cierran las puertas y si en las pocas ofertas que hay no te pagan o son penosas, es que el mercado laboral no está pensado para nosotros. La verdad es que o nos quieren dejar ir o nos están tomando por tontos”. El asunto más sangrante era la falta de opciones a medio plazo, insiste Serra. Tras realizar prácticas en España le pedían que se quedase, pero sin cobrar, y sin esperanzas de que ese sacrificio tuviera recompensa. “Quiero estar en un sitio en el que se me valore y que me den oportunidades. Quizá no inmediatas, pero sí a medio plazo… Hacer prácticas es una inversión, pero sólo si al final suena la flauta. Me gusta mucho mi profesión, pero necesito comer”.

Serra insiste en este sentido, subrayando algo evidente, como que la fila del paro no avanza siempre a la misma velocidad. “La cola de los ‘hijos y de los sobrinos de’ va mucho más rápido que la tuya. En España el enchufe funciona más que bien. Ojalá yo hubiera tenido un enchufe, pero mi madre no es ministra ni mi padre es un gran empresario y uno se tiene que fastidiar porque aquí se funciona así. No conozco mucho el mercado laboral británico pero allí hay más oportunidades y no sólo para los enchufados”.

Márchate de aquí

Cuando estás fuera de nuestro país, te das cuenta de su decadencia, afirma. “Entonces se hace muy evidente, aunque tampoco sea preciso marcharse para eso. Sólo es necesario ver el periódico cada día, con tanto fraude y tantos políticos corruptos. Cuando vivía en España, me preocupaba, pero hasta que me marché, no me di cuenta de cómo estábamos. Y en muchos aspectos. En el Reino Unido, siempre te mandan un correo electrónico de respuesta, incluso para decirte que no te quieren. Aquí no”.

Si algo le ha quitado España a Serra, es el futuro que esperaba. “Te das cuenta de que, cuando has hecho todo lo que debías hacer, no tienes recompensa. Y no se trata de que no exista, es sólo que cuando estabas cerca de la meta, alguien ha vallado la zona y ha empezado a hacer obras poniendo todo patas arriba. Y ya sabemos cómo son las obras en España: se sabe cuándo empiezan pero nunca cuándo acaban”. Serra recomienda que, quien pueda, se marche de nuestro país: “Quizá no trabajes de lo que quieres, pero la experiencia te enriquecerá y será positiva. Si tienes algo en España, vale, pero si no, vete y saldrás adelante”.

Tras un año y ocho meses en Londres. Serra ha encontrado trabajo en una agencia de publicidad inglesa. Mientras, su hermana, que tiene 34 años y vive en España, es farmacéutica y está trabajando “en lo suyo”, pero como mileurista, “algo que aquí es un privilegio”.

“España nos ha despreciado, nos ha mentido y después nos ha dado una patada en el culo”. Benjamín Serra, el joven que tiene dos carreras, un máster y que se ganaba la vida de la única manera que podía, con un trabajo mal pagado en Inglaterra, acaba de publicar Sobradamente preparado para limpiar váteres en Londres (Ed. Península), un libro que repasa su experiencia británica, que aún perdura, y en el que ofrece algunas claves para sobrevivir en territorio extranjero. Pero más revelador que su aspecto práctico es ese lado airado en el que pone de manifiesto la ruptura de las promesas que se hicieron a la clase media nacional, y la situación a la que nos está abocando.

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