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Así será España dentro de diez años, según Punset. Y suena raro
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UN NUEVO MODELO DE SOCIEDAD

Así será España dentro de diez años, según Punset. Y suena raro

El divulgador científico Eduardo Punset ha echado un vistazo al futuro y ha vuelto para contarlo. Nuestro mundo no será igual en una década. ¿Mejor o peor?

Foto: El exitoso divulgador científico Eduardo Punset (Efe / E. Aldai)
El exitoso divulgador científico Eduardo Punset (Efe / E. Aldai)

Eduardo Punset acaba de editar un nuevo libro, Viaje a la vida. Más intuición y menos Estado (Ed. Destino), en el que describe algunas de las claves que están configurando nuestro presente y que definirán nuestro futuro. Punset recoge, como es costumbre en su producción literaria, numerosas aportaciones de científicos y pensadores a partir de las cuales conforma un retrato fragmentario, casi de impresiones, del ser humano, de sus condicionantes y de sus potencialidades. El divulgador catalán percibe transformaciones en el horizonte, pero, al contrario de las visiones catastróficas tan frecuentes en nuestra época, cree que los tiempos que vienen nos abrirán muchas puertas interesantes. Veremos cómo por primera vez se va a poner a la persona en el centro, y cómo las formas de relacionarnos cambiarán, en esa línea de la sociedad de la empatía y de la cooperación que autores como Jeremy Rifkin proponen como el siguiente modelo.

Pero más allá de la construcción de nuevos modelos sociales, lo que sí está en marcha ya es la conformación de un nuevo modelo antropológico que está dibujándose a partir de las aportaciones recientes de las neurociencias, y que ha dado un vuelco a muchas de nuestras certezas. Ya no podemos pensar, apunta Punset, que exista una realidad objetiva independiente de nuestra percepción, tenemos que apoyarnos mucho más en la percepción y mucho menos en la razón, hemos de centrarnos en cómo resolver los problemas y no en cómo conocer las cosas, y tenemos que prescindir de muchas de las estructuras institucionales, como las estatales, en las que nos apoyábamos.

La necesaria pérdida de raíces, el mucho menor peso de territorios y vínculos sanguíneos y el obligado decaimiento de los mecanismos de protección y vigilancia estatales son elementos ya presentes en nuestra vida y que darán forma a los tiempos que vienen. En ese recorrido, nos harán falta nuevas aptitudes, que nos vendrán proporcionadas por nuevas formas de aprendizaje (sus competencias serán, según Punset, desvelar las facultades para concentrar la atención, saber trabajar en equipo, el dominio de la comunicación digital, la implantación de metodologías para solventar problemas en lugar de idealizarlos y el desaprendizaje) y utilizaremos una nueva concepción de la felicidad. Para Punset es la anticipación, la capacidad de ilusionarnos con lo que vendrá, así como la preparación de esos momentos, lo que nutre ese sentimiento. En concreto, “la felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad”.

Así serán las cosas dentro de una década

Desde esta base teórica, que apoya en diversas teorías científicas, así como en su propia intuición, describe cómo será el futuro que nos espera en sólo diez años. Según explica Punset en Viaje a la vida:

1."La familia seguirá disminuyendo en número y en obsesiones. Por su rareza, pronto nadie se acordará de la compensación que recibían las familias numerosas. Menos miembros que antaño habitarán en lugares más modestos pero más alegres”.

2. “Las casas serán más pequeñas y manejables que en la actualidad. Por primera vez en varios siglos dejará de ser extraña la costumbre de compartir el dormitorio con hijos, nietos o amigos. Poco a poco, en los países del mundo occidental se volverá a dormir acompañado… Por fin dejaremos atrás esa insólita idea de la burguesía europea de separar a los individuos para pasar la noche”.

3. "Se dará por sentado que la salud mental depende de la salud física y se cuidarán ambas por igual".

4. “El entretenimiento no sólo será compatible con el trabajo, sino que será inconcebible el uno sin el otro. La profesión de cada individuo consistirá en profundizar en lo que los educadores denominan ‘el elemento’ de cada uno. Es decir: estudiar en detalle y profundamente la propia disciplina sin dejar nunca de soñar”.

5. “Pronto nadie pondrá en duda que la mejor manera de ser feliz consiste en hacer felices a los demás… Los únicos negocios abocados a la quiebra son los dirigidos por directivos egoístas autoritarios y maleducados”.

6. “El ciudadano de la calle será el primero en constatar, si no lo ha hecho ya, la merma del poder de seducción del Estado… Aquel Estado estrafalario, surgido sólo para garantizar la seguridad a los agricultores ricos, que así mantenían a raya a los que tuvieran la tentación de robarles sus posesiones, creció de forma ininterrumpida e injustificada. Las irrisorias compensaciones recibidas por los individuos, como la salvaguarda del bienestar colectivo, acabaron transformándose en exacciones desorbitadas que no sólo se destinaron a mantener el orden, sino que supusieron un importante beneficio para las instituciones y empresas inventadas por el Estado”.

En este contexto, explica Punset, en pocos años “la deuda pública y la privada fueron carcomiendo una parte decreciente de la riqueza, hasta que la cuantía de lo que se debía llegó a superar el propio valor de las cosas. La deuda supera el valor del PNB, dicen hoy alegremente los economistas”. Frente a estas dificultades, la solución se impone por sí misma. “Gracias a las redes sociales a y la propagación de la empatía, poco a poco la sociedad irá aprendiendo a cuidar de sí misma y a no necesitar las ayudas interesadas de terceros. O, por lo menos eso parece”.

7. “La historia depende del tiempo y del azar, y la supremacía del Estado está llamada a ser superada a través de las personas, que encontrarán en la intuición la guía para orientar sus pasos, sin necesidad de atender otras órdenes superiores”.

8. “Lo único que hoy parece cierto es que los parámetros que eran consustanciales a la sociedad que nació de la Revolución industrial ya no sirven en la sociedad del conocimiento. Nos queda por delante la ardua pero apasionante tarea de rehacer ese mundo, de enseñar a los niños a cambiar de opinión, de igualar la danza a las matemáticas en los programas escolares y de recuperar el valor de la intuición como fuente de conocimiento primordial”.

Para Punset, este conjunto de poderosos cambios resultará, por extraños que suenen, positivos, porque “el viaje a la vida no se detiene; el viaje a la vida continúa”.

Eduardo Punset acaba de editar un nuevo libro, Viaje a la vida. Más intuición y menos Estado (Ed. Destino), en el que describe algunas de las claves que están configurando nuestro presente y que definirán nuestro futuro. Punset recoge, como es costumbre en su producción literaria, numerosas aportaciones de científicos y pensadores a partir de las cuales conforma un retrato fragmentario, casi de impresiones, del ser humano, de sus condicionantes y de sus potencialidades. El divulgador catalán percibe transformaciones en el horizonte, pero, al contrario de las visiones catastróficas tan frecuentes en nuestra época, cree que los tiempos que vienen nos abrirán muchas puertas interesantes. Veremos cómo por primera vez se va a poner a la persona en el centro, y cómo las formas de relacionarnos cambiarán, en esa línea de la sociedad de la empatía y de la cooperación que autores como Jeremy Rifkin proponen como el siguiente modelo.

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