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En busca de la felicidad: los mitos que debes desterrar para alcanzarla
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CUATRO IDEAS QUE PUEDEN ARRUINAR TU VIDA

En busca de la felicidad: los mitos que debes desterrar para alcanzarla

Todos ansiamos la felicidad pero, como decía Voltaire, la buscamos sin saber dónde, “como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”

Foto: La felicidad debe trabajarse día a día, pero nada nos asegura que la alcancemos. (Corbis)
La felicidad debe trabajarse día a día, pero nada nos asegura que la alcancemos. (Corbis)

Todos ansiamos la felicidad pero, como decía Voltaire, la buscamos sin saber dónde, “como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Quizás el secreto de la felicidad esté en todos nosotros, pero nuestra vida es como el camino del borracho a casa: vamos dando tumbos, encontrando pequeñas diversiones y alegrías, para luego dar un nuevo giro. La buena noticia es que, en efecto, la casa de la felicidad existey,aunque demos vueltas,hay caminos más rectos para llegar a ella.

Se han escrito ríos de tinta sobre la felicidad, no en vano la meta más importante de todo ser humano; pero, pese a los enormes avances científicos al respecto, seguimos teniendo ideas erróneas que, lejos de ayudarnos a ser más felices, nos alejan de nuestra meta.

La escritora estadounidense Peg Streep, autora del libro Mastering the Art of Quiting: Why It Matters in Life, Love, and Work (Da Capo Pr),ha explicado en su blog cuáles son las ideas erróneas más extendidas sobre la felicidad que deberíamos desterrar de nuestro imaginario para encontrar, por fin, el camino que nos lleve a ésta.

1. “La felicidad llega sola, cuando menos te lo esperas”

“No te preocupes, cuando menos te lo esperes encontrarás el amor y serás feliz” ¿Cuántas veces hemos oído esto de boca de un amigo? Muchas personas siguen creyendo en que el destino, la suerte o Dios les traerán la felicidad como por arte de magia. Pero esto no es cierto. La felicidad, como todo en esta vida, debe trabajarse. Bobby McFerrin cantaba aquello de Don´tWorry Be Happy(“No te preocupes, se feliz”), pero lo cierto es que despreocuparse no tiene nada que ver con ser feliz. La felicidad no llega sola, hay que buscarla todos los días y, aun así, puede que sea esquiva.

2. “La felicidad puede ser duradera”

Es duro de aceptar pero, como señal Streep, lo único que sabemos con certeza es que la felicidad es perecedera y, para más inri, es la infelicidad la que sí puede ser crónica.

Ser felices es el mayor objetivo de nuestra vida pero además el más complejo

Como explicaba el profesor de psicología de Harvard Daniel Gilbert en su celebre libro Stumbling on Happiness (Vintage, 2007), son los cambios en nuestra vida lo que nos hacen felices. En sus conclusiones subraya cómo la necesidad constante de acumular más y mejores bienes materiales solo aumenta los niveles de satisfacción a corto plazo, pero crea una infelicidad constante a la larga. En cuanto se disipa la novedad que nos ofrece un nuevo coche, un viaje, o una nueva casa, la felicidad disminuye, y necesitamos nuevos estímulos para alcanzarla. Y esto no se limita a los bienes materiales: una nueva relación, por ejemplo, nos ofrece una gran felicidad que va disminuyendo a medida que pasa el tiempo.

A esto hay que añadir, como señala también Gilbert, que los seres humanos somos nefastos a la hora de predecir lo que nos va a hacer felices: nos movemos por la vida como un elefanteen una cacharrería. Ser felices es el mayor objetivo de nuestra vida pero, además, el más complejo. Si no se trabaja día a día, la felicidad no es duradera.

3. “Sólo tú controlas lo feliz que eres”

El discurso de la proactividad se ha convertido en el dogma absoluto de la autoayuda y el moderno mundo del coaching: “Sólo tú eres responsable de lo que te pasa”, “debes tomar las riendas de tu vida”, “deja de quejarte y haz algo”… Todo esto está muy bien. Es cierto que todos podemos trabajar por nuestra felicidad, pero no es cierto que toda la responsabilidad sea nuestra. ¿Qué papel jugamosen la muerte deun ser querido? ¿Y si nosroban por la calle? Cuando nos deja la novia, ¿es toda la culpa nuestra?

Podemos afrontar épocas complicadas de nuestra vida y ser felices, pero también podemos tener todo lo que habíamos deseado y sentirnos profundamente desgraciados

La cruda realidad, como señala Streep, es que una parcela de nuestra felicidad está bajo nuestro control, pero con la otra poco podemos hacer. Según la psicóloga Sonja Lyubomirsky, autora de La ciencia de la felicidad (Urano) y Los mitos de la felicidad (Urano) –que sale a la venta en España la semana que viene–, cerca del 40% de nuestra felicidad depende de lo que ha bautizado como el Happiness Set Point, algo así como “el punto de partida” a partir del cual construimos nuestro bienestar.

Este “punto de partida” viene determinado genéticamente, entre otras cosas, por nuestra personalidad y nuestro temperamento, pero, en función de las circunstancias externas –el trabajo, el amor, el dinero, la salud…–, puede elevarse o descender. A partir de este punto, sí controlamos nuestra felicidad, pero prácticamente la mitad de ésta no depende de nosotros, por lo que es un engañopensar que todo nos va a ir bien sólo porque estamos decididos a que nos vaya bien.

Gran parte de nuestra felicidad es, por desgracia, incontrolable. En realidad, como explica Lyubomirsky, nuestro bienestar no depende de conseguir los objetivos que nos hemos propuesto y mantenernos al margen de los grandes problemas, sino que podemos afrontar épocas complicadas de nuestra vida y, sin embargo, ser felices, pero también podemos tener todo lo que habíamos deseado y sentirnos profundamente desgraciados.

4. “Ser agradecido te hará feliz”

Es este otro gran mito difundido a bombo y platillo por los gurús de la autoayuda. Suena muy bonitoy espiritual, pero la gratitud no nos asegura que vayamos a ser felices. Por supuesto, ayuda, pero no es la panacea, como aseguran algunos psicólogos.

Es cierto que la gratitud sirve como un mecanismo de integración social, creando lazos afectivos que son fundamentales en nuestro día a día, pero esto no quiere decir que, por el simple hecho de ser más agradecidos (con la gente y con nuestra vida en general) vayamos a ser mucho más felices.

Uno de los mayores estudios que se han realizado sobre la gratitud, elaborado por los psicólogos Robert Emmons y Michael McCullough, llegó a conclusiones poco claras: el efecto de la gratitud sobre el bienestar del grupo de estudio no difería de forma signiticativa del que se obtuvo en el grupo de control. La mayoría de estudios, asegura Streep, han llegado a la conclusión de que la gratitud no sirve de mucho en lo que respecta a nuestra felicidad: “Para ser justos, sólo hay dos estudios que muestran que el bienestar de la gente aumenta debido a ésta”.

Todos ansiamos la felicidad pero, como decía Voltaire, la buscamos sin saber dónde, “como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Quizás el secreto de la felicidad esté en todos nosotros, pero nuestra vida es como el camino del borracho a casa: vamos dando tumbos, encontrando pequeñas diversiones y alegrías, para luego dar un nuevo giro. La buena noticia es que, en efecto, la casa de la felicidad existey,aunque demos vueltas,hay caminos más rectos para llegar a ella.

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