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Cómo nos engañamos: por qué los que engordan aseguran haber adelgazado
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EL ESTIGMA DE LA OBESIDAD EN ESTADOS UNIDOS

Cómo nos engañamos: por qué los que engordan aseguran haber adelgazado

El tópico que apunta que cuanto más adelgazamos, más rellenos nos vemos, puede ser cierto a nivel individual, pero no en lo que se refiere a

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Cómo nos engañamos: por qué los que engordan aseguran haber adelgazado

El tópico que apunta que cuanto más adelgazamos, más rellenos nos vemos, puede ser cierto a nivel individual, pero no en lo que se refiere a una sociedad. Esto es lo que se desprende de un reciente estudio realizado por Catherine M. Wetmore y Ali H. Mokdad de la Universidad de Washington, en Seattle, a partir del análisis de las estadísticas proporcionadas por el BRFSS (Behavioral Risk Factor Surveillance System) norteamericano, dedicado a realizar encuestas telefónicas sobre la salud de la población americana y los comportamientos de riesgo. Lo que más ha sorprendido a los autores de la investigación es que, a pesar de que los datos afirman que la obesidad en Estados Unidos es mucho más prevalente que años atrás, los encuestados por el BRFFS manifiestan todo lo contrario.

“Si nos fiásemos de los datos proporcionados por teléfono, llegaríamos a la conclusión de que la obesidad descendió un 2% durante el año 2008 y un 0,9% el año siguiente”, señalan los investigadores. “Pero la realidad es que la obesidad ha aumentado un 0,4% durante esos años”. Una estadística que puede extrapolarse a nivel mundial: según la Organización Mundial de la Salud, existen más de 500 millones de personas con sobrepeso en el planeta.

Este desfase entre los datos fehacientes y lo manifestado, que afectaba a nada menos que 4,4 millones de estadounidenses, ha llevado al grupo de científicos a titular el estudio En un estado de negación. Percepciones equivocadas del cambio de peso entre adultos en Estados Unidos. No se trata tan sólo de que los encuestados consideren pesar menos de lo que realmente pesan, sino que, según señala el artículo, un gran número de aquellos ciudadanos que han ganado peso de un año para otro manifiestan haberlo perdido.

Una de las consecuencias de tal confusión que sugiere el estudio es que muchos de los norteamericanos que sufren problemas de obesidad no pondrán remedio a su situación ya que, como se ha visto, no consideran que sufran ningún problema. “Nuestros resultados demuestran que los americanos no han aceptado la realidad de sus cambios de peso, y por lo tanto podrían carecer de la motivación necesaria para alcanzar unos objetivos saludables en su peso”, señala el artículo, que será publicado en la revista científica Preventive Medicine.

Los encuestados le restan importancia a su peso y consideran que miden más de lo que realmente miden“Cada vez se le pide más a los americanos que se esfuercen por perder peso (o realizar actividades que lleven a hacerlo, como el ejercicio físico o cambios en las dietas) como una manera de reducir su riesgo de dolores crónicos o muerte prematura”, se señala en el estudio. Y quizá sea esa precisamente la razón por la que tantos estadounidenses han mentido sobre su peso verdadero.

El rechazo (social) a la obesidad

El hecho de que sean las mujeres las que más mientan acerca de su peso real puede indicar que la vanidad y la imagen social son la razón principal por la que se produce este desfase. También el optimismo, como señala la investigadora Catherine Hardwick. Los datos sugieren que el recuerdo constante en los medios de comunicación y en las campañas de salud pública de los problemas que conlleva la obesidad pueden haber llevado a los encuestados a comenzar a considerarla como un estigma, de manera que intentarían ocultar en sus respuestas su condición de manera mucho más sustancial que en años anteriores.

El estudio aclara que al basarse en datos recogidos a partir de encuestas, es posible que señalar que se pesa menos de lo que realmente se pesa no implique necesariamente un error de percepción, sino la posibilidad de que se esté encubriendo el peso real por miedo al rechazo social. “Como se ha comprobado en otras investigaciones con anterioridad”, señala el artículo, “hablar de la propia altura y peso está sujeto a errores, provocando que los individuos infravaloren su peso y se consideren más altos de lo que realmente son”. Un problema importante al que se debe poner pronta solución, puesto que puede provocar que la obesidad pierda visibilidad social.

También son los diabéticos los que muestran un gran desfase (nada menos que cuatro libras, casi dos kilogramos) entre su peso real y su peso manifestado, lo que podría indicar que están haciendo caso omiso al consejo médico de perder peso e intentarían encubrirlo en la encuesta telefónica. Para finalizar, el estudio sugiere que se deben “revisar los mensajes que se enviamos a la población. Desafortunadamente, con la escasez de políticas y regulaciones que tenemos en nuestro país para ayudar a los obesos, poco podremos hacer para ayudar a los que consideran que no tienen sobrepeso, cuando es así”.

El tópico que apunta que cuanto más adelgazamos, más rellenos nos vemos, puede ser cierto a nivel individual, pero no en lo que se refiere a una sociedad. Esto es lo que se desprende de un reciente estudio realizado por Catherine M. Wetmore y Ali H. Mokdad de la Universidad de Washington, en Seattle, a partir del análisis de las estadísticas proporcionadas por el BRFSS (Behavioral Risk Factor Surveillance System) norteamericano, dedicado a realizar encuestas telefónicas sobre la salud de la población americana y los comportamientos de riesgo. Lo que más ha sorprendido a los autores de la investigación es que, a pesar de que los datos afirman que la obesidad en Estados Unidos es mucho más prevalente que años atrás, los encuestados por el BRFFS manifiestan todo lo contrario.