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Criticar a la empresa provoca rechazo entre los compañeros
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LA INCERTIDUMBRE INCREMENTA LA INSATISFACCIÓN

Criticar a la empresa provoca rechazo entre los compañeros

Los compañeros de trabajo más detestados e impopulares entre el resto de la plantilla son aquellos que hablan mal de la empresa. Esta es la principal

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Criticar a la empresa provoca rechazo entre los compañeros

Los compañeros de trabajo más detestados e impopulares entre el resto de la plantilla son aquellos que hablan mal de la empresa. Esta es la principal conclusión del estudio Do I want to know? How the motivation to acquire relationship-threatening information in groups contributes to paranoid thought, suspicion behavior, and social rejection dirigido por el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia Karl Aquino y que ha sido publicado en la revista científica Organizational Behavior and Human Decision Processes. Las críticas infundadas sobre la política organizacional y el intento de extender rumores negativos entre los colegas producen un efecto que se vuelve contra la propia persona que trata de crear un mal ambiente entre los compañeros, advierte el investigador.

Estas actitudes menoscaban tanto la credibilidad como la confianza del resto de compañeros, hasta el punto de que acaban percibiendo a estas personas como enemigos potenciales si su afán por intoxicar a los demás es continuo. El estudio se refiere a este tipo de personas como “paranoicas laborales” ya que para ellos, cualquier cambio cotidiano o pequeña novedad en la organización representa siempre una potencial amenaza para los intereses de la plantilla. Es decir, siempre recalcan la parte negativa de cualquier cosa, aunque sea inventándose los argumentos.

Una desafección basada en la amenaza de despido

Elisa Sánchez, psicóloga y consultora de Recursos Humanos en Idein, explica que estas actitudes son más frecuentes en entornos laborales en los que falla la comunicación interna. “La falta de transparencia y el afán por ocultar los problemas sólo fomenta la incertidumbre entre los trabajadores”, lo que daría pie a los rumores y elucubraciones normalmente negativas, explica la psicóloga. El fomento de los liderazgos es otra de las formas de luchar contra este fenómeno cada vez más extendido.

En el actual contexto económico la percepción de la amenaza de despido ha aumentado y paralelamente la insatisfacción de los trabajadores, que expresan su antipatía mediante este tipo de actitudes. Concretamente, el 30% de los empleados de España está considerando seriamente dejar su empresa, casi un 10% más con respecto a 2006, según el estudio What's Working, elaborado por la empresa Mercer. Uno de cada tres trabajadores  no está satisfecho con su trabajo

Este fenómeno es más acusado entre los empleados jóvenes, de 25 y 34 años, cuyo porcentaje de intención de abandono aumenta hasta el 38%. Otra de las cifras alarmantes de esta encuesta es que un cuarto de los españoles reconocen mostrarse apáticos en el trabajo. En los contextos de crisis, estas actitudes se reproducen más intensamente, pero ya no solo en el ámbito laboral, sino también en el familiar o social, centrándose solamente en los aspectos negativos.

Cómo evitar el contagio

El profesor Aquino explica que, según los resultados de la investigación, “los trabajadores deben hacer todo lo posible por que las interacciones con sus compañeros sean siempre positivas y que se ignoren los rumores negativos” para facilitar la convivencia y hacer más llevaderas las tareas que se realicen en grupo. Una defensa psicológica que con el tiempo se adopta mecánicamente, pues los compañeros acaban neutralizando estos comentarios y desconfianzas dejándolos así sin ninguna capacidad de influencia.

“Las emociones son contagiosas”, apunta Sánchez, pero hasta un cierto límite: “Cuando una persona es muy negativa o pesimista nos acabamos distanciando de ella, y si no es posible le prestamos la mínima atención posible porque somos conscientes de que nos genera malestar”. Para acabar con estas situaciones, la psicóloga recomienda echar mano de la inteligencia emocional, “una herramienta que no sólo es útil para los compañeros, sino también para la propia persona que se dedica constantemente a transmitir mensajes negativos”.Realizar comentarios negativos perjudica más a la propia persona que los hace

Saber manejar con habilidad los sentimientos “nos puede ayudar mucho a cambiar esa forma negativa de percibir la realidad, con posturas más neutras y optimistas”. No se trata, añade la psicóloga, “de ver todo de color de rosa y si algo está realmente mal negarlo, pero si solo nos centramos en buscar los fallos y problemas de una organización acabaremos encontrándolos porque nada es perfecto. Además, limitarse a identificar los aspectos negativos no contribuye a mejorarlos”. La crítica sistemática poco o nada aporta, por lo que estos perfiles deben diferenciarse de las personas exigentes, quienes sí tienen intención de corregir los errores y mejorar el funcionamiento de la empresa.

En el estudio se realizaron varios experimentos para llegar a estas conclusiones. En el primero de ellos, los investigadores descubrieron que los trabajadores más molestos para los demás y con más probabilidades de ser rechazados eran aquellos que se mostraban como víctimas y repetían constantemente el trato injusto que le dispensaba la empresa. En un segundo experimento, se comprobó que este tipo de trabajadores también son más propensos a espiar a sus compañeros utilizando métodos ilícitos como las escuchas telefónicas o husmear en los equipos informáticos ajenos.

En la tercera de las pruebas realizadas con los participantes del estudio se midió el grado de rechazo a los compañeros que recalcaban constantemente su desafección hacia la empresa en comparación con el resto de trabajadores. En concreto, los trabajadores comunes valoraron 3,5 veces más a los compañeros que se centraban en realizar lo mejor posible sus labores. Cuando se les preguntó a quién preferirían para trabajar en grupo, el grado de rechazo a los “paranoicos laborales” llegó a ser 16,5 veces superior que al resto.

Cuando los comentarios negativos transcienden a internet

Las críticas y los rumores infundados expandidos por los trabajadores insatisfechos no se circunscriben únicamente al ámbito laboral, sino que han dado el salto a las redes sociales, donde el daño a la imagen de la organización se puede multiplicar. Estas actividades están muy perseguidas en las grandes firmas y existen varios casos de despido por este motivo. La trasparencia y la buena comunicación interna son los mejores métodos para combatir estas actitudes

El pasado año un empleado de Apple en Reino Unido fue despedido por publicar en su cuenta de Facebook comentarios negativos sobre la empresa. El empleado presentó una demanda por despido improcedente, pero fue rechazada por un tribunal británico, ya que la política sobre medios sociales de Apple recoge que cualquier comentario negativo sobre la compañía o sus productos en redes sociales supone el despido por falta grave. En Francia ocurrió un caso similar con un trabajador de la fábrica de Michelin en Cholet, que fue despedido por criticar en internet sus condiciones de trabajo.

Recientemente, en España se produjo un caso similar con una trabajadora que fue destituida por la empresa Unipost, S.A tras utilizar un “lenguaje insultante y barriobajero” sobre la firma en un comentario de Facebook. El pasado 12 de julio el Tribunal Superior de Justicia de Murcia anuló el despido por improcedente.

El deterioro de la imagen de la empresa de cara a los clientes que pueden ocasionar estos comentarios en las redes sociales está llevando a un buen número de organizaciones a modificar sus políticas sobre los comentarios en internet estableciendo los límites sobre lo que los trabajadores pueden o no hablar.

Los compañeros de trabajo más detestados e impopulares entre el resto de la plantilla son aquellos que hablan mal de la empresa. Esta es la principal conclusión del estudio Do I want to know? How the motivation to acquire relationship-threatening information in groups contributes to paranoid thought, suspicion behavior, and social rejection dirigido por el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia Karl Aquino y que ha sido publicado en la revista científica Organizational Behavior and Human Decision Processes. Las críticas infundadas sobre la política organizacional y el intento de extender rumores negativos entre los colegas producen un efecto que se vuelve contra la propia persona que trata de crear un mal ambiente entre los compañeros, advierte el investigador.