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Los pequeños detalles determinan tu forma de ser
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LA SUGESTIÓN CONTROLA TU COMPORTAMIENTO

Los pequeños detalles determinan tu forma de ser

El bienestar de las personas depende de los pequeños detalles. Sus poderosos efectos psicológicos determinan el estado de ánimo y hasta el comportamiento, para bien o

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Los pequeños detalles determinan tu forma de ser

El bienestar de las personas depende de los pequeños detalles. Sus poderosos efectos psicológicos determinan el estado de ánimo y hasta el comportamiento, para bien o para mal, a pesar de que suelen ser imperceptibles porque actúan sobre el subconsciente. Una simple copa de vino, una visita al médico, una llamada o cualquier otro detalle de la vida cotidiana, por muy insignificante que parezca a primera vista, puede ser la chispa que encienda los mecanismos cognitivos responsables de la manera de proceder. Estas son las conclusiones a las que han llegado un grupo de psicólogos de la Victoria University of Wellington y de la Harvard Medical School, que se recogen en el estudio 'The Power of Suggestion: What We Expect Influences Our Behavior, for Better or Worse' publicado en la revista 'Current Directions in Psychological Science' –de la Association for Psychological Science–.

El poder de la sugestión está íntimamente relacionado con la memoria y el aprendizaje. “Sus efectos son más amplios y sorprendentes de lo que pensábamos en un principio”, explica el investigador Maryanne Garry. Los gustos y preferencias, la elección de los amigos o de la pareja y hasta el efecto de los medicamentos sobre el organismo son consecuencia directa de la interpretación mental de los pequeños detalles. Unas afirmaciones que anteponen lo emocional a lo racional como motor de las experiencias vitales. “Esto también explicaría el efecto placebo de los fármacos”.

Se siente lo que se piensa

La penetración mental de la sugestión se basa en las expectativas generadas inconscientemente ante los estímulos. Estas respuestas ‘automáticas’ estarían predeterminadas por la experiencia personal de cada individuo. Al anticipar mentalmente los resultados ya se construyen paralelamente los pensamientos, conductas y juicios de valor. Por ejemplo, la simple presentación de una mesa predispondrá a las personas más que el propio menú. Es decir, aunque la comida sea deliciosa, si el mantel o las copas no cumplen con las expectativas, el juicio será negativo. Lo mismo ocurriría con el alcohol, cuyos efectos variarán en cada persona en función de que se relacionen en mayor o menor medida con la inhibición, la embriaguez o incluso la tristeza.Las opiniones de las personas están más determinadas por lo emocional que por lo racional

Los autores del estudio subrayan que la modificación de comportamientos y conductas también puede producirse intencionalmente, por algún elemento sugestivo del que los individuos sean conscientes; es lo que se conoce como el ‘Efecto Hawthorne’. En este caso, los resultados todavía son más inquietantes, apunta Garry, “pues si confiamos en un nuevo medicamento o tratamiento de forma racional, no nos daremos cuenta de que nosotros mismos somos los que establecemos la influencia real para que funcione o no”.

Las implicaciones en la Justicia y la Academia

Precisamente por esta razón, la modificación involuntaria de las conductas tendría implicaciones importantes para los investigadores, que no siempre se tienen en cuenta. “La comunidad científica debe ser consciente del poder de la persuasión para controlarla” y depurar así sus conclusiones, añade el psicólogo. De hecho, vincula a esta falta de control el fracaso de algunos estudios recientes. “Una gran parte de la literatura científica intenta explicar muchos de los fenómenos psicológicos más intrigantes, pero sin ser consciente de que sus resultados están determinados, al menos en parte, por sus inclinaciones y las expectativas creadas. Por ejemplo, un científico que parta de una determinada hipótesis será, sin quererlo, influido por esas expectativas creadas en torno a su objeto de estudio”.

Estos efectos involuntarios no solamente se limitarían al mundo académico, sino también al judicial. Los investigadores llegaron a la conclusión de los testigos que fueron sometidos a una identificación policial cometían más errores si estaban acompañados por policías que se habían hecho una idea preconcebida del sospechoso. Ciertos detalles y prejuicios relacionados con la delincuencia pueden influir más que la fuerza de la razón.Este estudio tumba las fronteras entre realidad e ilusión

Por tanto, simples detalles y conductas imperceptibles determinan la elaboración mental de los individuos. Las fronteras entre la sugestión de los pequeños detalles y sus efectos reales pueden fluctuar dependiendo de cada individuo. El objetivo de este grupo de psicólogos pasa ahora por establecer los grados de correspondencia y diferenciación entre los hechos verdaderos y los imaginarios. “Si podemos identificar el nivel de influencia de los pequeños detalles en nuestra percepción mental, podremos mejorar la vida de la gente”, concluyen los investigadores.

El bienestar de las personas depende de los pequeños detalles. Sus poderosos efectos psicológicos determinan el estado de ánimo y hasta el comportamiento, para bien o para mal, a pesar de que suelen ser imperceptibles porque actúan sobre el subconsciente. Una simple copa de vino, una visita al médico, una llamada o cualquier otro detalle de la vida cotidiana, por muy insignificante que parezca a primera vista, puede ser la chispa que encienda los mecanismos cognitivos responsables de la manera de proceder. Estas son las conclusiones a las que han llegado un grupo de psicólogos de la Victoria University of Wellington y de la Harvard Medical School, que se recogen en el estudio 'The Power of Suggestion: What We Expect Influences Our Behavior, for Better or Worse' publicado en la revista 'Current Directions in Psychological Science' –de la Association for Psychological Science–.