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Lo que piensan los titulados de su paso por la universidad
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DESCONTENTO ENTRE LOS LICENCIADOS

Lo que piensan los titulados de su paso por la universidad

Se ha hablado mucho sobre el cambio necesario de la universidad española, y lo alejada que está de la realidad de mercado laboral. La estadística lo

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Lo que piensan los titulados de su paso por la universidad

Se ha hablado mucho sobre el cambio necesario de la universidad española, y lo alejada que está de la realidad de mercado laboral. La estadística lo demuestra: el paro entre licenciados ronda el 20%. Antes de que estallara la crisis, en los tiempos de bonanza, pocos se planteaban la ineficacia de la universidad, que vivía el boom de los másteres, la multiplicación de la oferta de estudios y centros y la prometedora adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior que la crisis ha puesto en serio peligro.

La mitad de los licenciados cree que la carrera les ha ayudado poco o nada a encontrar trabajoLa generación de estudiantes que acabó sus estudios en el año 2000, cuando España estaba en la cresta de la ola, contestó cinco años después una encuesta de alcance europeo –enmarcada dentro del proyecto REFLEX (Research on the Flexible Professional in the Knowledge Society)– acerca de la valoración de su paso por la universidad. Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha elaborado ahora un estudio basado en los datos de esta encuesta, que muestra que la percepción de los licenciados españoles sobre la universidad era ya poco satisfactoria antes del estallido de la crisis. Un 38% de los españoles encuestados, 5.500 de los 40.000 europeos que participaron en el estudio, no volverían a estudiar la carrera que estudiaron, y la mitad cree que la carrera les ha ayudado nada, poco o bastante poco a encontrar trabajo y aprender sobre él. El estudio compara la opinión de los españoles con la de los estudiantes de Alemania, Francia y Reino Unido y llega a una conclusión: los españoles son los menos satisfechos con sus estudios.

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Una universidad tradicional y poco práctica

Al menos antes del Proceso de Bolonia, “las carreras españolas eran muy teóricas y ponían poco énfasis en los efectos activos del aprendizaje. Han sido estudios muy tradicionales, sin margen para la participación del alumno”. Es lo que opina Andrea Conchado, investigadora del Centro de Estudios en Gestión de la Educación Superior de la UPV y coautora del estudio.

Sólo el 35% de los encuestados creen que la asistencia a clase fue un factor relevante en su aprendizajeEn comparación con los principales sistemas universitarios europeos (el francés, el alemán y el inglés), la educación española da demasiada importancia a los contenidos teóricos, sin preocuparse por su aplicación práctica. Una amplia mayoría de los graduados encuestados señalaba que, en sus carreras respectivas, se hacía bastante o mucho énfasis en la “asistencia a clase” (68%), seguido de los “trabajos escritos” (58%) y las “teorías, conceptos y paradigmas” (56%). Sin embargo, y de forma paradójica, sólo el 35% de los encuestados creen que la asistencia a clase fue un factor bastante o muy relevante en su aprendizaje, y sólo un 37% consideraba relevante los trabajos. Conchado piensa que la paradoja se debe a que “los estudiantes creen que es importante asistir a clase, pero no valoran que sea importante lo que allí se aprende. En definitiva, perciben que en realidad no sirve para nada a la hora de puntuar”.

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Estudiantes poco satisfechos

Quizás la conclusión más preocupante del estudio es lo poco satisfechos que están los estudiantes españoles con sus estudios. El 29% de los encuestados estudiaría otra carrera si pudiera volver atrás en el tiempo, y un 9% ni siquiera se plantearía ir a la universidad. Conchado cree que el nivel de arrepentimiento es tan elevado porque muchos estudiantes no encuentran empleo “de lo suyo”. “No es una cuestión del nivel que alcanzan en el trabajo”, explica la investigadora, “sino de que acaban trabajando en cosas que no tienen que ver con la carrera que han estudiado”. La insatisfacción es mayor en los estudiantes del área de ciencias sociales y humanidades, que tienen más dificultades para trabajar en sus disciplinas, y es menor en el área científico-técnica y entre las enseñanzas más vocacionales, como Medicina o Magisterio.  

Tener estudios no supone ninguna diferenciación respecto al restoEsta frustración se puede vincular directamente al enorme abismo que hay entre los estudios universitarios españoles y la realidad laboral de nuestro país. Sólo el 53% de los españoles cree que la carrera les ha ayudado bastante o mucho a encontrar trabajo, y sólo el 51% cree que les ha servido para aprender un oficio. La media europea tampoco es muy alta, para ambos valores se sitúa en el 55%. Conchado cree que esto está relacionado con la masificación de la universidad: “Como es relativamente sencillo acceder a la universidad, tener estudios ya no supone ninguna diferenciación respecto al resto. Y esto es un fenómeno anterior a la crisis. Ahora será peor”.

La generalización absoluta de los estudios universitarios, la titulitis española de la que tanto se ha hablado, también ha hecho que España sea uno de los países europeos donde más licenciados han continuado formándose al acabar la carrera: un 56%, por encima de la media de los países europeos participantes en el proyecto REFLEX, que es de un 44%. Esto incluye también a los licenciados que tras la carrera han estudiado idiomas. Algo nada extraño teniendo en cuenta que la “capacidad para escribir y hablar idiomas” es la que puntúa más bajo en la lista de competencias adquiridas en la universidad española: un 2,22 sobre 5.

Bolonia, ¿servirá para algo?

El único dato esperanzador del estudio sobre la percepción de la universidad española es que está realizado con anterioridad al Proceso de Bolonia, que debería conducir a un cambio significativo en la educación superior. Conchado cree que el cambio ha empezado, pero hay mucho camino por recorrer: “Se está haciendo un esfuerzo muy grande para adaptarse a los nuevos criterios y se está invirtiendo mucho en formación del profesorado, del que depende el éxito de la adaptación”. Pero, al margen de las buenas intenciones, la crisis hace todo más difícil. 

Se ha hablado mucho sobre el cambio necesario de la universidad española, y lo alejada que está de la realidad de mercado laboral. La estadística lo demuestra: el paro entre licenciados ronda el 20%. Antes de que estallara la crisis, en los tiempos de bonanza, pocos se planteaban la ineficacia de la universidad, que vivía el boom de los másteres, la multiplicación de la oferta de estudios y centros y la prometedora adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior que la crisis ha puesto en serio peligro.