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Vivienda, ese ministerio maldito
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Vivienda, ese ministerio maldito

La creación de un Ministerio de Vivienda, idea estrella del Gobierno ZP, se está revelando como un ‘quemapolíticos’ tan inflamable como la burbuja inmobiliaria española. Las

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Vivienda, ese ministerio maldito

La creación de un Ministerio de Vivienda, idea estrella del Gobierno ZP, se está revelando como un ‘quemapolíticos’ tan inflamable como la burbuja inmobiliaria española. Las dos ministras del ramo, María Antonia Trujillo, primero y Carme Chacón, después, han asumido con desgaste una cartera con fuerte exposición mediática y social pero vacía de contenido. Sea porque el ministerio está maldito, sea por inexperiencia, lo cierto es que ambas políticas han sufrido con virulencia críticas por parte de la opinión pública.

“Mi misión es abaratar el precio de la vivienda en España”, afirmó María Antonia Trujillo nada más llegar al Ministerio de Vivienda. “El precio se está abaratando, sí, pero no gracias a ella. Pretender que el supuesto ‘aterrizaje suave’ sea mérito suyo es no conocer la realidad del sector”, afirma un empresario. Sirva este episodio como ejemplo de una gestión que ha estado plagada de polémicas. Entre ellos se incluyen las llamadas soluciones habitacionales, los ‘dignos’ minipisos de 30 m2, o la ocurrencia de regalar zapatillas, las Kelifinder, a los jóvenes que no encuentran casa.

Cuestión de imagen

En un Gobierno, el de ZP, que se ha movido a golpe de efecto mediático, una mala comunicación pasa factura. Para Fernando Encinar, director de comunicación del portal inmobiliario Idealista, “uno los peores errores de Trujillo ha sido su estrategia de comunicación. Ha ofrecido buenas ideas pero las ha explicado mal, lo que ha generado alarma y ha restado credibilidad”. Con todo, para él, lo más grave ha sido “no ser clara sobre los riesgos del endeudamiento hipotecario”.

Carme Chacón, su sucesora, no ha empezado con mejor pie. Uno de sus primeros tropiezos fue una malograda entrevista para un vídeo de la BBC, en el que la ministra instaba al periodista a terminar al preguntarle por los elevados precios inmobiliarios españoles. La semana pasada, volvió al primer plano de la actualidad tras afirmar que las hipotecas habían tocado techo, que los casos de familias endeudadas que habían de apretarse el cinturón eran puntuales, que sólo se dedicaba el 30% de los ingresos a la vivienda. Además, se aprestó, contra el criterio de Solbes, a apoyar la electoralista medida andaluza de garantizar vivienda a quienes percibieran menos de 3.100 euros al mes.

A pesar de lo cual, en la semana en que Emilio Botín y Zapatero posan juntos ante los medios, nos encontramos con una sorpresa: Chacón tiene mejor imagen que Trujillo. Todos los agentes del sector consultados, a excepción de los ciudadanos, confían en ella. “El cambio de ministra ya es en sí un mensaje que hay que leer en clave política. Es destacable que la nueva ministra que viene rodeada de un gabinete de comunicación más potente, trabajador y conectado con todo el mundo. Ya hemos conocido a la nueva ministra. Nos parece una persona inteligente que está ahí para dar continuidad política al ministerio, que próximamente hará un anuncio sobre Vivienda en clave electoral”, afirma José Manuel Galindo, presidente de Asprima.

La creación de un Ministerio de Vivienda, idea estrella del Gobierno ZP, se está revelando como un ‘quemapolíticos’ tan inflamable como la burbuja inmobiliaria española. Las dos ministras del ramo, María Antonia Trujillo, primero y Carme Chacón, después, han asumido con desgaste una cartera con fuerte exposición mediática y social pero vacía de contenido. Sea porque el ministerio está maldito, sea por inexperiencia, lo cierto es que ambas políticas han sufrido con virulencia críticas por parte de la opinión pública.

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