Una familia se encuentra un búho de verdad en su árbol de Navidad
Habían comprado un árbol natural una semana antes para decorarlo y creen que el animal ya estaba allí entonces
El pasado jueves, Katie McBride Newman y sus dos hijos, India y Jack, habían terminado de cenar cuando la mujer escuchó unos gritos procedentes del salón de su casa. De repente India, de 10 años, llegó a la cocina llorando y diciendo a su madre que uno de los adornos del árbol de Navidad la había asustado.
Katie acompañó a su hija hasta el árbol, que estaba decorado con multitud de piezas navideñas, entre ellas varios búhos. Pero, de repente, una de esas supuestas piezas se giró y la miró fijamente: no era un adorno navideño, sino un búho de verdad y pegó a la madre y a la hija un susto de campeonato por lo inesperado de la situación.
La niña se fue llorando de nuevo y la madre pensó qué hacer en ese momento. Cuando su marido, Billy, llegó de trabajar, le explicó lo sucedido y decidieron irse a dormir dejando las ventanas del salón abiertas para que el búho escapara. Pero cuando se despertaron a la mañana siguiente, el ave seguía en el árbol tranquilamente.
Llevaba una semana allí
Los Newman decidieron entonces llamar al Chattahoochee Nature Center, una ONG animalista que está a una hora aproximadamente de su casa para preguntarles qué hacer. Una experta en búhos les dijo que era posible que el ave llevara varios días sin comer, por lo que les pidió que dejaran un poco de pollo crudo cerca del árbol para que pudiera alimentarse.
Al día siguiente, ya sábado, la experta acudió a la casa de los Newman y vio que se trataba de una lechuza oriental, un ave típico del estado de Georgia, en Estados Unidos, donde vive la familia. Cogió al animal, lo colocó en una caja para que estuviera a oscuras y lo dejó en una habitación donde no se le molestara. Cuando llegara la noche, deberían sacarlo al jardín y abrir la caja para que el búho pudiera volver a su hábitat.
Así lo hicieron y, a la mañana siguiente, el ave ya había desaparecido. Los Newman creen que el animal llevaba allí más de una semana, ya que compraron el árbol de Navidad el día de acción de gracias y están convencidos de que el búho ya estaba allí por entonces. La experta de la ONG ha explicado que, pese al susto inicial, la familia hizo lo correcto y salvaron la vida del búho.
El pasado jueves, Katie McBride Newman y sus dos hijos, India y Jack, habían terminado de cenar cuando la mujer escuchó unos gritos procedentes del salón de su casa. De repente India, de 10 años, llegó a la cocina llorando y diciendo a su madre que uno de los adornos del árbol de Navidad la había asustado.