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'Geishas' falsas, ciática por reverencias y tópicos desmentidos: viaje por Japón tras su reapertura
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Recorremos el país nipón

'Geishas' falsas, ciática por reverencias y tópicos desmentidos: viaje por Japón tras su reapertura

El país nipón ha abierto tímidamente las puertas a los turistas de nuevo. Si te gustan la naturaleza, la historia, la espiritualidad, el salmón y que te digan a todo que sí con una sonrisa, aunque no te estén entendiendo, tienes que ir

Foto: Kabukicho (Imagen: iStock)
Kabukicho (Imagen: iStock)

Si las guerras se ganasen con buenos modales, el ejército de personas educadas de Japón ya dominaría casi todo el planeta. Gracias a una tarjeta móvil con 5G para tu estancia, es mucho más fácil ubicarte en un país que no escribe con tus mismas letras que seguir el ritmo de civismo, servilismo y buen hacer de sus ciudadanos. Aunque lo mismo luego prefieren no sentarse a tu lado en el metro, todo hay que decirlo.

El país asiático vuelve a estar en el mapa desde hace un par de meses para todos aquellos turistas españoles que estén decidiendo qué lugar quieren conocer próximamente (y tengan algo ahorrado en su cuenta corriente). No ha sido un camino fácil: hasta diciembre de 2021, cuando permitieron la entrada de viajes de trabajo y estudiantes, las fronteras permanecían cerradas. En junio de este año, el Gobierno anunció por primera vez la apertura parcial al turismo (que dependía, eso sí, de viajes en grupo con agencias que tuvieran acuerdos con homólogas locales). No ha sido hasta el día 11 del pasado mes de octubre cuando, definitivamente, el primer ministro Fumio Kishida anunció la reapertura total sin límite diario de viajeros.

placeholder El Callejón de los recuerdos en Shinjuku, Tokio (Fuente: iStock)
El Callejón de los recuerdos en Shinjuku, Tokio (Fuente: iStock)

Esto no significa que, a día de hoy, puedas ir a facturar a tu aeropuerto como si fuera cualquier otro vuelo a Europa. Japón, mediante su aplicación Fast Track, sigue reclamando a sus visitantes una serie de datos (vacunación, ciudades que vas a visitar y datos de contacto, entre otros) que deberás completar antes de tu llegada para generar una serie de códigos QR que aprueben tu entrada al país. La propia aplicación hace honor a su nombre, y va priorizando la aprobación de los vuelos más próximos, por lo que, una vez completados todos los datos, no tendrás problema en hacerlo.

Nadie aplaudirá al aterrizar en Tokio, primera señal inequívoca de que vas a pasar unos días rodeado de costumbres diferentes. La segunda es que, a pesar de que el Gobierno haya repetido varias veces que ya va siendo hora de relajarse con las mascarillas por la calle, nadie lo hace. La mascarilla sigue siendo un 'must' en la vestimenta de casi todos los japoneses (más por el qué dirán que por miedo real al coronavirus).

Foto: Jardines del Palacio de Schonbrunn (Fuente: iStock)

El viaje ideal por Honshu (la isla principal y reconocible de un archipiélago japonés que cuenta con casi 7.000) no existe. Dependerá del tipo de entorno que quieras visitar, los días que tengas disponibles, el plan mochilero o familiar que hayas pensado y los euros (ahora yenes) que tengas pensado gastar. Eso sí, hagas el viaje que hagas, apunta en tu lista de tareas sacar el Japan Rail Pass nada más llegar (incluso antes de hacerlo). Una estupenda tarifa plana de transporte por días que incluye casi todos los trenes de larga y media distancia de Japón (incluídos los famosos tren bala), además de algunas líneas de metro y autobuses de varias ciudades. Un gusto.

Una vez solucionado lo del transporte, y para ayudarte en la decisión de qué tipo de viaje hacer, aquí va un repaso a lo vivido por este que escribe en algunos de los lugares más destacados del país.

Tokio

Tiene todos los ingredientes para ser todo lo que no es: 14 millones de habitantes, ni una sola papelera en toda la ciudad, y una planificación urbanística que no se parece mucho al ensanche de Barcelona suele ser sinónimo de caos, salvo si tienes una red de metro y un civismo ciudadano como el de la capital de Japón. Tokio, a ojos de un turista recién llegado, mezcla rincones que podrías encontrar en Nueva York con lugares para merendar que encontrarías sin problemas también en Segovia.

El metro de Tokio es muy sencillo. No necesitas saber japonés. No vas a perder a Chencho

Arrancamos la visita por el barrio de Ginza, que, además de uno de los éxitos más reconocidos de J. Balvin, es un barrio de clase alta nipona. El cantante colombiano no pudo hacer una canción más distinta a esta zona de la capital japonesa. No encontrarás reggaetón por ningún lado, pero sí una zona tranquila con varias calles de tiendas de postín que, además, está muy cerca de otro de los puntos turísticos claves de la ciudad: los jardines del Palacio Imperial, donde parejas japonesas recién casadas haciéndose fotos vestidos de occidental decoran una extensa zona verde en la que, si tienes suerte, puedes escuchar los únicos gritos a pleno pulmón que se pueden escuchar fuera de un karaoke en la ciudad, los de la Guardia Imperial entrenando el cuerpo a cuerpo.

placeholder Cruce de Shibuya (iStock)
Cruce de Shibuya (iStock)

Estos jardines forman parte de las recomendaciones típicas de visitas que debes hacer sí o sí a la ciudad (que por ser las que se repiten siempre no dejan de ser interesantes). Otra que pertenece al mismo club es el famoso cruce de Shibuya, una oda al paso de cebra en una plaza que hay que ver de noche, ya que los neones iluminados lucen bastante más. Nunca sabremos cómo de concurrido estaría este cruce de eliminar a todos los turistas que van para pisarlo, pero guárdate unos minutos para hacer lo mismo que el resto de gente porque merece la pena.

Las primeras horas en el país sirven para aclimatarse al entorno, asumir que vas a terminar haciendo una leve reverencia para agradecer como hace todo el mundo, y relajarte definitivamente con respecto al transporte. El metro de Tokio es muy sencillo. No necesitas saber japonés. No vas a perder a Chencho como en 'La gran familia'. Cada línea tiene una letra correspondiente a nuestro abecedario, cada parada un número y cada salida de la estación otro que se marca claramente en amarillo. Google Maps hará el resto.

placeholder Santuario de Meiji Jingu (iStock)
Santuario de Meiji Jingu (iStock)

Las recomendaciones para la capital de Tokio son casi ilimitadas y dependerán de los días que estés de visita y de tus preferencias. No deberías dejar pasar en ningún caso la oportunidad de acudir al santuario Meiji, que sorprende por ser un remanso de paz rodeado de naturaleza, ni de ir al templo Senso-ji, más urbanita y flanqueado por un mercado donde podrás comprar dulces y regalos. Al margen de lo espiritual, destaca la zona comercial de Akihabara, en donde la electrónica moderna, los videojuegos retro y el anime y el manga están muy presentes.

Si te has quedado con ganas de jardines después de los imperiales, deberías pasarte por Chidorigafuchi. Si te apetece pasear por una zona interesante que no sea tan turístico, desplázate hasta la zona de Kagurazaka. Y si quieres cerrar la visita a la ciudad de la mejor manera, puedes hacer un resumen final de Tokio contemplándola desde la torre más alta del planeta, la Tokyo Skytree, que, como su propio nombre indica, está en Tokio.

Kanazawa

Capital de la prefectura de Ishikawa, es muy conocida por tener zonas muy bien conservadas del periodo Edo. Una ciudad muy abarcable que se visita sin problemas en dos días, incluso uno si estás en forma y no te importa un extra de fatiga. Facilita bastante la tarea una línea de autobús circular que pasa por todos los puntos turísticos. Más sencillo imposible.

placeholder Barrio de las Geishas en Kanazawa (iStock)
Barrio de las Geishas en Kanazawa (iStock)

Puede que, a la hora de planificar tu viaje en un mapa, no te cuadre especialmente en el recorrido que pensabas hacer (ya que la mayoría de puntos de interés del país está más al sur), pero merece mucho la pena incluir Kanazawa en tu viaje y tardarás en tren mucho menos de lo que esperas.

Cuatro recomendaciones principales para esta ciudad y un extra si te ves con fuerza. Dentro lista:

  • Shin-maru Hiroba, el gran castillo de la ciudad, que perteneció al clan Maeda y que no ha parado de quemarse durante cinco siglos.
  • El espectacular jardín Kenkoru-en, justo en frente del castillo. Si nunca has sido un especial fan de los jardines, que no te culpo por ello, empezarás a serlo con este. Creado específicamente para el deleite de todos.
  • El barrio de las geishas. Un lugar para comprender su tradición e intentar empezar a diferenciar entre las verdaderas y los miles de japonesas que visten parecido en puntos turísticos.
  • El barrio de los samuráis. Un conjunto de calles con casas bajas donde te comprarías una vivienda y en el que puedes aprender mucho sobre su historia.
placeholder Jardines Kenroku-en Kanazawa (iStock)
Jardines Kenroku-en Kanazawa (iStock)

¿El extra? Si vas varios días por la zona y quieres salir de Kanazawa, te recomendamos visitar la montañosa Takayama.

Kioto

Dicen en la antigua capital de Japón que el emperador está de viaje de negocios en Tokio y tiene pendiente volver (están un poco resentidos, la verdad). Kioto es una ciudad más tranquila y paseable que su sucesora. Tiene una décima parte de la población de la actual capital, gracias en parte a que está rodeado de montañas que le impiden crecer con normalidad (al estilo de Barcelona). Comparten ambas, eso sí, las reverencias, la seriedad, el formalismo y, de momento, como en el resto del país, la mascarilla.

placeholder Kioto (Imagen: iStock)
Kioto (Imagen: iStock)

Además de los templos que están marcados en todas las guías, hay varias zonas que no deberías dejar de pasear. El barrio de Higashiyama (con las calles Sannenzaka y Ninenzaka), el camino de la filosofía (especialmente cuando florecen los cerezos), y el barrio de Gion con la cercana calle Pontocho, más céntrico, donde tendrás opciones reales de encontrarte con una maiko o una geisha.

Al margen hay dos excursiones en Kioto para las que tienes que reservar tiempo sí o sí. La primera de ellas es el santuario sintoísta de Fushimi Nari, del que habrás visto fotos en Instagram sin gente cuando realmente está repleto de turistas. Merece la pena igualmente pasear este conjunto de Toris rojos dedicados a Inari, considerada como patrona los negocios a la que hacer ofrendas para que te vaya bien en el tema económico.

placeholder Santuario Fushimi Inari (iStock)
Santuario Fushimi Inari (iStock)

La segunda es Nara. Está a una hora en tren de Kioto y merece un destacado en negro y una foto para ella sola.

Nara

Se trata de la tercera ciudad de este recorrido que ha sido capital de Japón, en este caso entre los años 710 y 784. Durante ese corto periodo se construyeron allí algunos de los templos más destacados del país, que todavía se encuentran en funcionamiento. Destaca Todai-Ji, la mayor construcción de madera del planeta, con un espectacular buda de bronce en su interior de más de 500 toneladas (cuentan que durante el periodo que estuvieron fundiendo el bronce para crear este buda protector, casi llevan al país a la quiebra).

placeholder La sala principal de Todai-ji (iStock)
La sala principal de Todai-ji (iStock)

Muy curiosos también los más de 1200 ciervos que puedes encontrarte en las zonas ajardinadas de la ciudad. Si en los montes españoles dan ganas de aplaudir cuando tienes el privilegio de ver uno, aquí hasta se hace monótono tener que ir esquivándolos mientras les explicas que no tienes nada de comida para darles.

Hiroshima y Miyayima

Viajamos al suroeste de la isla para dos lugares de mucho contraste que se miran entre ellos. No hace falta explicar a estas alturas los motivos que hacen relevante a Hiroshima, un lugar marcado por la tragedia y el horror que en la actualidad sigue adelante como cualquier otra ciudad de Japón, siendo su puerto uno de los más importantes del país. Sin embargo, y aunque la ciudad no tiene otros grandes atractivos turísticos, merece mucho la pena visitar el Atomic Bomb Dome para comprobar la magnitud de la bomba nuclear y acudir al Museo de la Paz, a pocos metros del epicentro del ataque, donde se recuerda lo ocurrido de una forma cruda y directa para que no se olvide jamás.

placeholder Atardecer en Miyayima (iStock)
Atardecer en Miyayima (iStock)

La tragedia de Hiroshima contrasta, y mucho, con la isla que tiene en frente. Miyayima es un auténtico paraíso que no puedes dejar, de verdad, de visitar. Un breve viaje en ferry de unos 20 minutos (incluído en tu billete de Japan Rail Pass) te lleva a un lugar tranquilo, lleno de vegetación y preciosos templos donde podrás subir en teleférico a la parte más alta de la isla y contemplar las decenas de islas diminutas que se encuentran en esa zona del archipiélago. Un auténtico placer para la vista que puedes completar pasando la noche en un ryokán (un hotel tradicional japonés), que está a mitad de camino entre la experiencia interesante y la turistada. Sea como fuere, alojarnos en uno de los pocos hoteles de Miyayima nos permitirá disfrutar de la isla sin gente. Cuando el último ferry del día se despide, pasear por sus calles se convierte en una experiencia inolvidable.

Osaka

Cada viaje es una experiencia diferente, llena de matices pequeños que son los que luego te ayudan luego a hacer una composición de lugar de cada ciudad que visitas. En este caso, Osaka fue el último lugar que visitamos y el primero en el que vimos adolescentes gritando por la calle, tiendas abiertas más allá de las 20:00h y alguna colilla en el suelo (algo impensable en otros lugares del país). Osaka parece el rincón del país donde los japoneses se permiten un respiro a tanta formalidad, y se agradece bastante. Si quieres salir de fiesta, es tu ciudad. Si quieres conocer gente joven, también. Además, gracias a su aeropuerto internacional, puedes planificar tu viaje para volver desde allí sin ningún problema.

placeholder Canal Dotonbori en Osaka (iStock)
Canal Dotonbori en Osaka (iStock)

En resumen: Japón no es ni playa, ni montaña, ni todo lo contrario. Japón es un magnífico rincón del planeta con gente tan diferente a nosotros que merece la pena ir a ver su cultura, su historia, su forma de ser y el impactante paisaje urbano y natural que les rodea. Nosotros jamás podremos quitar todas las papeleras de España y mantener nuestro país limpio, pero tampoco cometeríamos la imprudencia de cambiar un cálido abrazo por una fría reverencia.

Si las guerras se ganasen con buenos modales, el ejército de personas educadas de Japón ya dominaría casi todo el planeta. Gracias a una tarjeta móvil con 5G para tu estancia, es mucho más fácil ubicarte en un país que no escribe con tus mismas letras que seguir el ritmo de civismo, servilismo y buen hacer de sus ciudadanos. Aunque lo mismo luego prefieren no sentarse a tu lado en el metro, todo hay que decirlo.

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