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La isla de Digue: en el paraíso está prohibido el uso de coches privados
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La isla de Digue: en el paraíso está prohibido el uso de coches privados

Se trata de un ejemplo paradigmático de cómo sustentar la economía de la región a partir del turismo y, a la vez, respetar el entorno natural, protegiendo especies en peligro de extinción

Foto: La isla de Digue, en Seychelles. (iStock)
La isla de Digue, en Seychelles. (iStock)

De entre las 115 islas del archipiélago de las Seychelles, tal vez sea la más conocida y visitada debido a la curiosa forma de las rocas que tiene en su línea costera de aguas color turquesa. La Digue es la tercera isla más habitada y la cuarta en tamaño (apenas unos diez kilómetros cuadrados). Ha servido de escenario de muchas películas y anuncios, ya que su belleza natural la sitúa entre los destinos turísticos más exclusivos y paradisíacos del mundo.

Debe su nombre al explorador francés Marc-Joseph Marion du Fresne, quien llegó con una flota con este mismo nombre en 1768. Sus habitantes viven principalmente del turismo, lo que le ha llevado a imponer normas para proteger su hábitat natural, refugio y hogar de especies endémicas en peligro de extinción, como el papamoscas del paraíso de las Seychelles, un pájaro que destaca sobre el resto de la fauna de la isla por su color negro brillante con plumas de colas alargadas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza le puso en la lista de ave 'vulnerable' en 2019.

placeholder Uno de los rincones más bonitos de la isla. (iStock)
Uno de los rincones más bonitos de la isla. (iStock)

Más allá de las especies endémicas que contiene, como en otras islas paradisíacas como Rodrigues, en el Océano Índico, también destaca por tener la peculiaridad de prohibir la circulación de vehículos privados para preservar aún más su belleza natural. Como decíamos anteriormente, no es una isla con una superficie muy extensa, de ahí que tampoco haga especial falta y la mayoría de sus residentes y turistas opte por un modo de transporte más económico y menos contaminante: la bicicleta. Aunque pueda parecer una maniobra lógica dado lo pequeño del territorio, en otras islas vecinas como Mahé y Praslin se sigue usando el coche tras haber experimentado un mayor crecimiento urbano.

Preservación natural y turismo

Aun así, sí que quedan vehículos a motor en la isla para ocasiones especiales y emergencias. Según un reciente reportaje de la BBC, hay un total de 60 coches en la isla, un notable aumento respecto a los únicos 10 que había en los años ochenta, cuando "solo las familias ricas podían permitirse conducir uno". En este sentido, acabaron prohibiendo el uso privado para preservar la belleza natural de la isla, algo que los habitantes temen que decaiga en caso de que el proceso de turistificación continúe.

Los naturalistas han estado reubicando desde 2008 ejemplares de papamoscas a islas vecinas

"Si tarde o temprano se permiten los coches, el ambiente tranquilo y sosegado típico de La Digue desaparecerá", advierte Patrick Andre, secretario general de Transporte de las Seychelles, en el medio británico. "Y esto tendría un gran impacto en la isla, en su turismo, en su medio ambiente y en su ecosistema". Entre otras posibles consecuencias, el hábitat del papamoscas podría quedar afectado, contribuyendo a su lenta pero inexorable extinción.

El pájaro se encuentra en la Reserva Natural Veuve, donde los visitantes lo pueden descubrir guiándose por su vista y oído. A tal punto ha llegado la amenaza de su posible desaparición que los naturalistas han estado reubicando desde 2008 algunos ejemplares a las islas vecinas mediante un programa de crianza que garantice su supervivencia.

Foto: Foto: iStock.

En 2019, la Universidad de Kent publicó un estudio en el que confirmaron que la operación de reubicación del papamoscas fue un éxito, creciendo la población de los más de 23 ejemplares a lo largo de una década a más de 85 aves en la isla Denis. "La translocación es un hito crucial en la recuperación del ave en peligro de extinción", comentó Jim Groombridge, jefe de la expedición naturalista. "Éxitos como este nos ayudan a entender cómo poder recuperar especies que están al borde de la desaparición".

De entre las 115 islas del archipiélago de las Seychelles, tal vez sea la más conocida y visitada debido a la curiosa forma de las rocas que tiene en su línea costera de aguas color turquesa. La Digue es la tercera isla más habitada y la cuarta en tamaño (apenas unos diez kilómetros cuadrados). Ha servido de escenario de muchas películas y anuncios, ya que su belleza natural la sitúa entre los destinos turísticos más exclusivos y paradisíacos del mundo.

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