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¿Una ilusión óptica? Viaje a la Caldera del Diablo, la cascada que se traga el agua
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UN MISTERIO CASI RESUELTO

¿Una ilusión óptica? Viaje a la Caldera del Diablo, la cascada que se traga el agua

En Minnesota, muy cerca del Lago Superior, un extraño salto de agua se traga la mitad de cuadal del río Brule. ¿Dónde va a parar el líquido elemento? Un misterio a medio resolver

Foto: Momento en el que se bifurca el caudal del río Brule. (CC/Youtube)
Momento en el que se bifurca el caudal del río Brule. (CC/Youtube)

El planeta Tierra está plagado de lugares mágicos. Podemos encontrar, a lo largo y ancho de nuestro mundo, lugares impresionantes que ni la imaginación del mejor dibujante de paisajes hubiera podido ni tan siquiera imaginar: enormes desiertos, océanos de agua cristalina, extrañas cuevas, pozos profundos sin explicación… Pero en Estados Unidos existe uno de los eventos geológicos más increíbles de nuestro planeta: la Caldera del Diablo, un extraño accidente geográfico al que los expertos solo han podido dar una explicación a medias. Un misterio que aún continúa sin solución.

Ubicada en Minnesota (EEUU), la Caldera del Diablo es uno de los lugares más visitados de todo Estados Unidos. ¿El motivo? Se trata de una extraña cascada sin explicación. En esa zona discurre el río Brule por un territorio escarpado, hasta llegar a una lugar muy concreto: una sima que se traga más de la mitad del caudal del río. O, dicho de otra manera, el cauce fluvial discurre con normalidad hasta llegar a esta pequeña caída, donde la mitad del río salta con normalidad para continuar su curso y la otra mitad se interna bajo tierra. Pero, ¿dónde vas a parar ese agua?

Foto: La estructura de Richat, vista desde el espacio. (CC/Wikimedia Commons)

Ese es el principal misterio que rodea a la Caldera del Diablo y que aún siguen tratando de desentrañar científicos y turistas desde hace decenas de años, pero sin llegar a conseguir datos concluyentes. Muchos expertos han tratado de buscar soluciones para entender por qué el río se divide en esa zona y donde va a parar la mitad del agua que cae bajo tierra. Para ello, han utilizado desde pelotas de ping pong coloreadas para tratar de encontrar su punto de salida a rastreadores GPS, pero ninguna de las técnicas utilizadas han dado el resultado, pues todo lo que entra en la sima desaparece bajo tierra sin dejar rastro.

Pero la explicación debe de ser sencilla, pues el impresionante caudal del río hace pensar que si tanta cantidad de agua acaba bajo tierra, se estaría acumulando en tal cantidad que debería de ser fácil localizar dónde se almacena o en qué punto está brotando. Sin embargo, a pesar de utilizar la tecnología más avanzada, los geólogos no han sido capaces de entender dónde va la mitad del agua y por qué desaparece sin, aparentemente, dejar rastro.

Algunos expertos creen que tal cantidad de agua solo podría ser almacenada en un acuífero de gran tamaño y la cercanía del Lago Superior podía hacer pensar que el líquido elemento fuera a parar allí. Pero, como si de un truco de magia se tratara, quizá la respuesta ha estado en todo momento delante de nuestros ojos. Hasta la fecha, quien más se ha aproximado a encontrar una solución a este misterio son los hidrólogos del Departamento de Recursos Naturales de Minnesota, quienes creen haber encontrado la solución: simplemente se trata de una ilusión óptica.

Estos expertos entienden que el agua no va a parar ni al Lago Superior ni a ningún otro lado, sino que simplemente retorna al propio río solo unos metros después de haber entrado bajo tierra. O, dicho de otra manera, debe de existir algún tipo de sifón que hace que el agua se filtre y vuelva a salir en un punto muy cercano a donde se ha ocultado. Así lo determinan las últimas mediciones realizadas: antes de llegar a la cascada, el río tiene un caudal de 3,48 m³ por segundo; solo unos metros después de la caída de agua, su caudal es de 3,42 m³ por segundo, es decir, prácticamente idéntico.

Teniendo en cuenta, por tanto, que el caudal tanto antes de llegar a la cascada como después es prácticamente similar, hace pensar que existe una vía subterránea por la que se filtra el agua y aparece solo unos metros después. Por tanto, e misterio estaría resuelto... si no fuera porque no se ha conseguido encontrar esa vía de comunicación. Estos hidrólogos lanzaron tinte biodegradable de alta coloración sobre el agua que va a la cueva, con el objetivo de confirmar su teoría… pero ese agua teñida nunca salió a la superficie, a pesar de que lo intentaron en varias ocasiones.

Por tanto, la lógica hace pensar que los expertos han resuelto el verdadero misterio de la Caldera del Diablo, al encontrar que el río Brule tiene prácticamente el mismo caudal antes y después de llegar a la cascada, lo que explicaría que en realidad el agua no se pierde, sino que atravesaría una vía alejada de nuestra vista para volver a aparecer... Pero, a pesar de todos los esfuerzos, aún no ha sido encontrado, lo que sigue llenando de encanto y de belleza esta impresionante caída de agua, posiblemente una de las más misteriosas que se pueden ver en todo el planeta.

El planeta Tierra está plagado de lugares mágicos. Podemos encontrar, a lo largo y ancho de nuestro mundo, lugares impresionantes que ni la imaginación del mejor dibujante de paisajes hubiera podido ni tan siquiera imaginar: enormes desiertos, océanos de agua cristalina, extrañas cuevas, pozos profundos sin explicación… Pero en Estados Unidos existe uno de los eventos geológicos más increíbles de nuestro planeta: la Caldera del Diablo, un extraño accidente geográfico al que los expertos solo han podido dar una explicación a medias. Un misterio que aún continúa sin solución.

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