El inadvertido personaje que podría arruinar el negocio de mermeladas de Catalina en 'La Promesa'

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Desde hace unos días, los espectadores de La Promesa han conocido a una Catalina deprimida, como nunca antes se había mostrado el personaje, conocido por su fortaleza, su independencia y sus capacidades de lucha. Ahora, la hija de Alonso en la serie que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 17:30 horas, se encuentra arrasada tras los engaños de Lorenzo y el capitán De la Mata. Pero esto podría terminar a partir del capítulo de este jueves.

En los episodios anteriores, Catalina se arrastraba por las cocinas, contándole a Simona sus tristezas por el gran desengaño con el conde de Añil. Con Pelayo lejos de La Promesa por un tiempo, Lorenzo, por su cuenta, le comentó a Cruz su siguiente estrategia: ser él quien se ocupase de la empresa de mermeladas. ¿Cuáles son los planes reales del militar? Así se lo ha propuesto la marquesa a Alonso, con la excusa de que Catalina pudiese descansar un poco.

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Hoy, Alonso ha acatado las sugerencias de Cruz. En el despacho, Catalina ha acudido a hablar con él, y el padre le ha propuesto que se liberase de tantas responsabilidades, para poder lamerse las heridas. Ella ha asegurado que podía ocuparse de todo, y que, de hecho, ya estaba trabajando en conseguir nuevos clientes.

El marqués le ha sugerido que recibiese un poco de ayuda, y que cediese las riendas con, por ejemplo, Lorenzo. "¿Habla usted en serio?", ha preguntado Catalina con solo escuchar el nombre de su tío. Alonso ha justificado que ella misma le metió en la empresa, y que sería buena idea darle más responsabilidad. La hija ha pensado en seguida que Cruz hablaba a través de sus labios.

Bernal apenas ha llegado a probar las salsas cuando ha querido ya hablar de negocios

Alonso ha alegado que compartía la misma opinión que su esposa, pero Catalina no ha dejado de sentirse dolida ante su propuesta. "No pienso acatarlo", ha respondido la emprendedora, que ha pedido dos semanas de margen a su padre para hacer reflotar el negocio y demostrar que lo tenía todo controlado.

Un nuevo cliente

"Catalina es una caprichosa que hace contigo lo que quiere", ha dicho Cruz, indignada porque su marido no le hubiese hecho caso. La marquesa ha explicado que con los rumores que los duques de los Infantes estaban esparciendo sobre ellos, y con la cancelación de la boda de Pelayo y Catalina, el nombre de los Luján estaba ya por los suelos, y solo faltaba la ruina del negocio familiar para ponerle la guinda al pastel.

Su marido le ha recordado que aquel negocio lo había levantado Catalina a solas, y Cruz ha reprochado que lo había hecho con los recursos de La Promesa. El marqués se ha ofendido porque su mujer le diese a elegir entre su hija y ella, y ha decidido concederle a su hija el plazo de tiempo que había pedido, pues pensaba que se lo había ganado con creces.

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Catalina ha reunido a Margarita y a Blanca Palomar para causarle una buena sensación al nuevo comprador cuando le hiciesen una cata de mermeladas. El plan era agasajar a don Javier Bernal, que apenas ha llegado a probar hasta dos salsas cuando ya ha querido comenzar a hablar de negocios.

¿Qué podría salir mal?

A los pocos minutos, Pelayo ha regresado a La Promesa, y se ha encontrado con Catalina. El sonriente conde ha dicho que tenía muchas ganas de verla, y ella le ha explicado que el señor Bernal se había marchado satisfecho, y dispuesto a comprar de todo. Lorenzo se ha acercado a ellos, y ha puesto en entredicho lo que ese hombre pudiese haber comentado: "No hay que fiarse de nadie".

A solas de nuevo, Pelayo ha alabado la capacidad de Catalina de sorprenderle y de sacar la empresa del atolladero. La chica ha dicho que ya le presentaría al señor Bernal, y que debían evitar que Lorenzo estuviese presente en aquella reunión para que no pudiese sabotearla. ¿Pero qué pasará con la empresa si otro elemento, que no tenían en cuenta, acaba arruinando las negociaciones?

Lope, que acaba de ser dejado por Vera, podría entrar ahora en una espiral depresiva, que acabase afectando a los platos de La Promesa. Con ello, también las salsas que el cocinero prepara también podrían verse afectadas en su calidad. ¿Será él quien arruine el negocio de Catalina? ¿Tiene don Bernal verdaderos intereses en comprar, o es un enviado de Pelayo para volver a meterse a Catalina en su bolsillo?