La crisis entre Alonso y Cruz podría llegar en cualquier momento a 'La Promesa': "Me engatusaste"

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El pique entre los personajes de Alonso y Cruz está servido en La Promesa. El matrimonio de marqueses podría verse enfrentado, dadas sus diferentes visiones sobre las acciones que está llevando a cabo Pelayo, el conde de Añil, en los últimos episodios de la serie de La 1 de Televisión Española. En el episodio de este jueves, emitido a las 17:30, el marqués se ha enterado por una tercera persona de lo que Cruz había aprovechado para hacer en su ausencia.

En episodios anteriores, Alonso le prohibió terminantemente a Pelayo que volviese a invitar a Mr. Cavendish a La Promesa. El marqués deseaba evitar todo tipo de habladurías sobre el paso de un extranjero por su casa, dada la complicada situación que estaba viviendo Europa en esos momentos previos a la Primera Guerra Mundial. Pero Cruz, por otra parte, le animó a que organizase una cata de salsas que tenía pendiente, a la cual invitaron tanto a Walter como se sumaron también Lorenzo y Margarita.

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N.C.

Alonso, que ya ha regresado de su visita al círculo mercantil, se ha enterado de todo esto en el episodio de hoy. Pero antes, el capitán De la Mata y Margarita han opinado en privado lo oportuno que había sido que Mr. Cavendish hubiese acudido a La Promesa justo cuando Alonso no estaba.

Aquí hay gato encerrado

Ambos cuñados han llegado a la conclusión de que les había llamado la atención el extraño comportamiento del inglés, quien parecía poco interesado en las salsas, pero muy predispuesto a comprarlas todas. "Lo de menos para el inglés eran las salsas", ha observado Lorenzo. Margarita ha sospechado que había gato encerrado: "esa cata fue una comedia y nosotros fuimos los espectadores", ha afirmado la acertada madre de Martina.

Margarita ha preguntado a Lorenzo si había averiguado algo sobre Jerónimo, y el capitán ha contestado que sus pesquisas con Feliciano le llevaron a un callejón sin salida. De la Mata había observado que para ser el ayuda de cámara del conde, dejaba bastante faena de atención a Pelayo para el resto del servicio. "Es la mano derecha del conde en el asunto de las mermeladas", ha comentado, mientras Margarita opinaba que la relación entre ellos dos indudablemente venía de lejos. "Es un enigma dentro de un misterio, que nosotros vamos a tener que desentrañar", ha pensado Margarita, en plan detectivesco.

Margarita: "Esa cata fue una comedia y nosotros fuimos los espectadores"

En su encuentro en las afueras del palacio, Pelayo le ha asegurado a Mr. Cavendish que La Promesa ya no era un lugar seguro donde hacer sus negocios de contrabando de armas. El inglés, sin embargo, ha acabado imponiendo sus órdenes con amenazas: la próxima entrega también debía hacerse allí, alejados de las miradas y las autoridades, o el conde debía atenerse a las consecuencias.

Precisamente, La Promesa estaba siendo más transitada que nunca por la Guardia Civil, debido a la desaparición de María Fernández. La siguiente mercancía era demasiado grande como para que pasase desapercibida allí, según ha opinado Pelayo, aunque Walter ha acabado imponiendo su ley: "Esperemos que el próximo envío no sea nuestro último suspiro", ha deseado el británico. ¿Se está arriesgando demasiado el conde de Añil?

Alonso, crispado como nunca

Por su parte, Alonso ha ideado cuál era el mejor método para dar a conocer la noticia de que Curro acogería el título de barón de Linaja, y pensaba celebrar una fiesta para anunciarlo. El muchacho ha explicado a su tío (en realidad, padre biológico) sus dudas sobre aceptar el honor, pues pensaba que Catalina, con su trabajo en la empresa de mermeladas, había conseguido más méritos. "Tengo entendido que Mr. Cavendish va a comprar toda su producción", se le ha escapado al chico.

Alonso se ha quedado patidifuso ante la noticia, y Curro le ha dicho que el día anterior se había celebrado una cata de salsas en la que el inglés participó. Alonso ha entrado en cólera, y ha hecho llamar a Cruz, Margarita y Lorenzo, para recriminarles que no le contasen los planes de Pelayo. La marquesa ha intentado quitarle hierro al asunto, alegando que no le habían ocultado aquello: "simplemente no le dimos mayor importancia", ha comentado.

Una vez en privado, el marqués le ha dicho a Cruz que no le tratase como si fuese estúpido, pues sabía que ella había autorizado la cata. "Me engatusaste para que fuera a esa estúpida reunión en el círculo mercantil", ha reprochado Alonso, sabiendo que la marquesa le había animado a marcharse aquel día con el objetivo de que llegase Mr. Cavendish. "Creías que no iba a enterarme qué pasa en mi casa", ha observado el patriarca, a quien Cruz le ha protestado que también se trataba de su casa. ¿Se trata de una nueva piedra en el matrimonio de los marqueses? ¿Pasarán una crisis todavía mayor?