Despechado (y evitado) rapapolvo de Martina y Margarita en 'La Promesa': "Que se calle"

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La familia Luján todavía se está recomponiendo tras el susto del episodio anterior, en el que Martina desapareció toda la noche. Los hombres organizaron una batida por toda la finca de La Promesa, el palacio de la serie que La 1 de Televisión Española emite de lunes a viernes a las 16:30 horas. Todos pudieron respirar tranquilos cuando la prima de Manuel y Catalina por fin apareció bajando las escaleras del palacio, aunque ha sido en el episodio de este viernes cuando ha revelado dónde había estado.

En el capítulo de hoy, Martina ha dormido gustosamente en el dormitorio que ocupan sus padres. Solo Abel ha podido acceder, para suministrarle a la chica una medicina que le ayudase a controlar la jaqueca que sentía debido a la resaca. El chico le ha reprochado el susto que les hizo pasar unas horas antes, y que su familia estaba muy preocupada. "¿Cómo se le ocurre salir en mitad de la noche?", le ha preguntado el médico, a lo que Martina ha contestado que, en realidad, no salió de La Promesa.

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Martina ha confesado que cogió una botella de coñac de su tío y se la llevó a la leñera, que Feliciano había estado limpiando unos días antes. "Me escondí y no salí hasta terminarla", ha comentado la joven, a lo que el médico ha alegado que no sabe cómo no se ha despertado con la cabeza partida en dos.

El diagnóstico de Abel

"No quiero salir de esta habitación en lo que me queda de vida", ha asegurado Martina desde la cama. La chica se ha visto incapaz de responder a los reproches y las preguntas de sus padres, así que ha solicitado a Abel que les dijese que necesitaba descanso y que nadie la fuera a visitar. Así ha hecho el médico, quien ha descrito el problema de Martina como una herida psicológica.

Margarita se ha ofendido, pensando que diagnosticaba a su hija con una enfermedad mental, pero Abel ha detallado que algunas heridas del alma eran más difíciles de cicatrizar que las del cuerpo, a lo que Cruz ha asentido. "No hace falta ser muy listo para saber que Martina no está bien", ha dejado caer la marquesa.

"No hace falta ser muy listo para saber que Martina no está bien", ha dicho Cruz

Catalina ha pasado de la advertencia de Abel y ha tocado a la puerta de Martina. La prima ha conseguido que la chica le dejase pasar, y le ha explicado que no puede huir para siempre de sus problemas. "No me apetece enfrentarme a lo que hay ahí abajo", ha explicado Martina, a lo que Catalina le ha aconsejado que pida perdón y punto.

Más tarde, Curro ha llamado a la puerta de Martina, pero no ha tenido la misma suerte que Catalina. Su enamorada se ha negado a abrirle, y han hablado a través de la pared. Martina le ha pedido que le dejase sola, pues no quería hablar ni con él ni con nadie. Curro temía que algún gesto suyo, como la pedida de matrimonio, le hubiese podido perturbar a la chica, pero Martina se lo ha negado.

Martina decide enfrentarse

Margarita ha continuado dando vueltas por el salón como un yo-yo, algo que estaba comenzando a molestar a Cruz. La madre de Martina estaba ya convencida de subir a hablar con ella, cuando en ese momento la prima de los Luján ha aparecido, medio peinada y sin maquillar. Enseguida, su madre le ha preguntado dónde estuvo la otra noche. Martina, ya con la mecha encendida, le ha dicho directamente "Que se calle".

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Fernando ha saltado de repente, amenazando a su hija con no consentirle esa rebeldía. Martina les ha hecho saber que no les importa hacerle infeliz y casarla con don Antonio de Carvajal y Cifuentes, un hombre del que no está enamorada, con tal de que ellos salgan beneficiados de esa unión.

Margarita le ha intentado convencer de que el amor llegaba con el tiempo, el roce y el cariño, mientras que Fernando le ha respondido que la obligación de una chica de su clase social era mantener el estatus y el apellido. "Sabemos muy bien lo que te conviene", ha afirmado el hermano de Alonso.

"Les conviene a ustedes", ha corregido Martina, "A todos". Catalina ha impedido que Martina entrase más en el trapo con sus padres, y ha decidido apartarla de la tensión y llevársela de paseo. Curro ha intentado acompañarlas, pero Catalina le ha dicho que no, que aquella era una conversación de mujeres. ¿Se rendirán Margarita y Fernando de una vez de forzar a Martina?