Silvestre brilla como Pablo Ibar, pero el guion de 'En el corredor de la muerte' falla

Llega a Movistar+ una de sus grandes apuestas para este otoño: 'En el corredor de la muerte', una miniserie de 4 capítulos protagonizada por Miguel Ángel Silvestre. El actor está inmenso bajo la piel de Pablo Ibar, el español condenado a muerte en Estados Unidos por un triple crimen ocurrido en Miami en 1994 y que jura y perjura que nunca cometió.

[Pablo Ibar esquiva la pena de muerte: es condenado a cadena perpetua]

La serie narra los casi 25 años que lleva defendiendo su inocencia entre rejas. De ellos, 16 años los ha pasado en el corredor, esperando a ser ejecutado. Finalmente, en mayo pasado se libró de la muerte, pero no de la cadena perpetua. Nacho Carretero firma el libro homónimo en el que se basa la ficción, producida por Ramón Campos, Gema R. Neira y Diego Sotelo. Tanto el autor como los directores ya trabajaron juntos en la adaptación de otra novela del autor, 'Fariña'.

La serie reconstruye los hechos de modo impoluto: su detención, la fata de pruebas concluyentes para incriminarle, un juicio sin las mínimas garantías legales, su abogado que perdió la cabeza durante el mismo y el juez que denegó que fuera sustituido, y un sinfín de circunstancias que cuando menos exigían la repetición del mismo; algo que finalmente llegó este año.

'En el corredor de la muerte' ni defiende ni acusa. La serie solo muestra y deja en manos del espectador la sentencia. Lo que sí juzga a las claras es el entramado y complicado sistema judicial norteamericano y su mala praxis. En resumen, un infierno lleno de obstáculos y trabas en el que la libertad, depende en no pocas ocasiones de circunstancias muy ajenas a la verdad.

Cómo ocurrieron los hechos

La pesadilla del hispano-estadounidense (tiene doble nacionalidad) comenzó el 27 de junio de 1994. Esa noche eran brutalmente asesinados el propietario de un club y dos de sus bailarinas en su domicilio de Miami. Una cámara de seguridad lo grabó todo y, a pesar de la escasa calidad de la imágenes, Ibar fue identificado como presunto autor de la matanza. Ya nunca más saldría libre. Pablo fue condenado, sin pruebas concluyentes, a la pena capital por el triple asesinato. Comenzaba entonces su largo calvario entre rejas y por los tribunales del estado de Florida.

Ibar se ha sentado en el banquillo hasta en cuatro ocasiones. En 2016 su caso hacía historia. Salía del corredor de la muerte y lograba la celebración de un nuevo juicio, esta vez con todas las garantías. Arrancaba a finales de 2018. Para la nueva defensa, las pruebas de la inocencia de Ibar eran más que firmes e irrebatibles. Sin embargo, el 23 de mayo de 2019 un jurado formado por doce miembros, encontraba de nuevo a Pablo culpable del triple asesinato.

Aunque la fiscalía pedía la pena capital, fue finalmente condenado a cadena perpetua. Al menos nunca volverá al corredor de la muerte. El español no se rinde y lo que sí que volverá, serán los recursos y apelaciones a los tribunales. En 2025, fecha que se calcula podría celebrarse un nuevo juicio y de ser declarado entonces inocente, el español habrá pasado 31 largos años injustamente en prisión.

Hay dos grandes batallas en la serie: la de Ibar, en el corredor; y la de su mujer, fuera, peleando años y años para que salga en libertad

Su familia y su mujer siempre han creído en su inocencia. Hay dos grandes batallas que se lidian en la serie; una la de Ibar dentro del corredor de la muerte con sus miedos, su angustia, su indefensión y envuelto en un presunto error judicial; y otra muy distinta pero igual de infernal, que libra fuera con constancia y tesón, un personaje que muchos ni siquiera sabíamos que existía en esta 'película'. Hablamos de Tania Quiñones, la mujer que se enamoró perdidamente de él, poco antes de ser detenido hace 25 años y que lleva peleando todo este tiempo para que un día recobre la libertad y uno al lado del otro, consigan algo que nunca han hecho: dormir juntos y bajo el mismo techo. Ella es sin duda, la gran heroína de 'En el corredor de la muerte'.

Como viene siendo habitual en Movistar +, la factura de 'En el corredor de la muerte ' está cuidada al máximo. Confluyen en ella una ambientación y fotografía muy del estilo de las producciones norteamericanas, esas que tanto abusan de planos exquisitamente construidos con iluminación perfecta y justa en cada escena. En definitiva, una estética mucho más cercana al cine que a otras tantas y mediocres producciones televisivas.

Todo ello se agradece y mucho. Sin embargo no esconde el principal problema de 'En el corredor de la muerte'. Es una muy buena historia, rigurosa, con la duración perfecta y unos actores bien dirigidos y a la altura de los personajes que tienen que interpretar, pero el guion de la historia está bien lejos de ser redondo.

Estamos ante un guion al que falta fuerza dramática, o si la tiene yo desde luego, ni la he percibido ni la he sentido. Vaya por delante que es una serie que cumple y seguramente muy bien con su cometido, contar lo ocurrido. En mi caso, no es suficiente para enamorarme de 'En el corredor de la muerte'. En una ficción como en una película o un libro, busco diálogos conmovedores, emotivos, ingeniosos y que sobre todo que me lleguen. Aquí he encontrado los justos.

La historia de amor de Pablo y Tania invitaba a mucho más que un sujeto, verbo y predicado. Y con los juicios sobre su caso, me ocurre tres cuartos de lo mismo. Quizás porque estoy muy mal acostumbrado... Me fascinan los dramas carcelarios y las ficciones norteamericanas con tribunales y abogados pasionales, corrosivos e implacables... Aquí las dos vistas del caso Ibar son más que descafeinadas, sin agilidad alguna, ni preguntas incisivas o capciosas ni pérdida de papeles. La calma reina en casi toda la serie... y eso a menudo, cansa y aburre.

La interpretación de Silvestre va a callar muchas bocas. La serie confirma el gran actor que muchos nos resistíamos a querer ver

Incuestionable la interpretación la de sus protagonistas, empezando por Miguel Angel Silvestre. Muchos decían que iba a sorprender... y lo ha hecho. No es que sorprenda, es que va a callar a muchas bocas. Se ha consagrado como el gran actor que muchos, entre los que me incluyo, no resistíamos a ver. Su composición del personaje te deja sin palabras: su acento cubano de Miami, su mirada transmitiendo el miedo, el dolor, la incomprensión... 'En el corredor de la muerte' no sería ni sombra de lo que es, si el actor español no estuviera al frente del reparto.

La actriz puertorriqueña Marisé Alvárez, en la piel de esa abnegada Tania, es el gran descubrimiento. Como lo es la actriz cubana Laura de la Uz. No puede conmover más interpretando a la madre de Pablo. Cándido Ibar que tanto nos emocionó en los platós de televisión contando la historia de su hijo, pasa sin pena ni gloria y casi de puntillas por la serie. No ayuda demasiado la verdad Ramón J. Aguirre que le da vida. Muy al contrario que el actor neoyorquino residente en España, Ben Temple, que borda el papel de aquel decadente e inepto primer abogado defensor de Ibar, culpable que no es poco de mandarle directo al corredor de la muerte.