Jordi Cruz y 'MasterChef', en el ojo del huracán por lo sucedido durante el abandono de Tamara: "¿Esto es normal en TVE?"

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La quinta gala de la temporada 12 de MasterChef se ha saldado con dos bajas entre los participantes: por un lado, David resultó expulsado, mientras que, por otro, Tamara decidió abandonar voluntariamente las cocinas del programa de TVE. Fue esta negativa a continuar la que levantó numerosas ampollas, tanto dentro como fuera del talent show culinario, con los espectadores echándose encima de Jordi Cruz por la forma en la que gestionó su salida.

Hay que remontarse a la cuarta entrega para ver el primer gran síntoma de que Tamara no estaba haciéndose al formato, con la concursante verbalizando que no se veía montando su propio restaurante, completamente desubicada dentro del formato. En lugar de echarla en esa ocasión, los jueces decidieron sacrificar a otra participante que sí estaba peleando por su sueño, una decisión que en última instancia acabó volviéndoseles en contra.

Porque Tamara no ha aguantado más la presión del espacio de Shine Iberia, tirando la toalla solo unos días después: "Me voy, me despido voluntariamente porque no me siento a gusto. Tampoco estoy dando todo lo que me gustaría, constantemente estoy nerviosa, tensión, presión,... entiendo que esto es un programa, pero al final todos tomamos una decisión y yo quiero tomar esta decisión".

"¿Sabes qué pasa? Pepe te está haciendo preguntas, pero yo no te haría ninguna. Solo te diría 'muy bien, chao'. Le has quitado la oportunidad a gente, claro que sí", le espetaba un frío Jordi, muy cortante en todo momento. Ella no se achantaba: "Por supuesto, pero yo me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica en la que no estoy bien. Perdonadme, pero es más importante estar bien yo que decepcionaros a vosotros. Con todo el cariño del mundo, lo lamento muchísimo", sostenía, firmemente decidida a marcharse.

"Sí, ya nos dijiste una vez que lo primero era tu bienestar, luego el de tu madre, luego el de tu marido y luego el de tu hijo de dos años", apostillaba entonces Samantha Vallejo-Nágera, en un intento de poner en cuestión su orden de prioridades, pero Tamara hacía oídos sordos a este dardazo, con Cruz acercándose a ella para exigirle su delantal de muy malos modos, indicándole donde estaba la puerta de salida.

Las reacciones entre los seguidores del formato, y del público en general, no se hicieron esperar, con una amplia mayoría de espectadores censurando las formas del jurado, y muy especialmente de Jordi Cruz. Pero no solo eso, sino que las críticas hacia el formato por el trato a sus participantes iban más allá, clamando directamente contra TVE por emitir un espacio en el que se están sobrepasando ciertos límites:.Mikerl López Iturriaga (El comidista), lanzaba la pregunta clave: "¿Es normal que en la televisión pública se trate así a un concursante por el simple hecho de querer dejarlo?".

El sentir generalizado es que, lejos de haber aprendido del caso de Verónica Forqué o de los toques de atención de otros concursantes como Patricia Conde, el programa sigue apostando más por el espectáculo que por la salud mental de los miembros que lo integran. Ante el grito desesperado de una de las participantes, la respuesta de los jueces no puede ser carecer de la más mínima empatía, tratando de ponerle la cara colorada por el mero hecho de anteponer su bienestar al de MasterChef cuando se encuentra claramente sobrepasada por las circunstancias. No todo el mundo sobrelleva la presión de un formato de estas características con la misma fortaleza, y una salida digna debe estar siempre entre sus opciones en el peor de los casos.