"Es divertido, sobre todo para mí": la irónica salida de un soltero de 'First Dates' al saber el estado civil de su cita

Ihor llegó a España procedente de Ucrania a causa del conflicto de Crimea. Ahora que ha rehecho su vida en Madrid, probó suerte en First Dates este viernes, 8 de marzo. "Ser un chico joven gay en la Ucrania profunda no era fácil. Por circunstancias personales, no tenía a mis padres conmigo, tampoco tenía muchos amigos. En general, no tenía a personas con las que hablar de eso", explicó el pianista de 37 años.

Tras comentarle a Laura Boado que buscaba a una pareja "sincera y optimista", el soltero conoció a José Luis, un ingeniero de edificación de 33 años, amante de los juegos de mesa, pues tiene "más de 70", así como de las películas, las series y los videojuegos. En un principio, a pesar de la fluidez de la conversación, los dos comensales no parecían tener demasiado en común.

El ucraniano, obviamente, es amante de la música, mientras que el de Murcia se considera "arrítmico", además de no "pillar el tono de las canciones" al entonarlas. A este le fascina el cine de terror y justo el artista, por decisión propia, no ve cintas de este género: "Y no solamente de terror. Las películas que, en general, te dejen con mal cuerpo".

Ante los redactores del programa de Cuatro, después unos segundos de dudas, Ihor respiró aliviado por el hecho de que el terror solo fuese una afición para su compañero: "Menos mal que no es un psicópata que disfrute de ese tipo de cosas. Una cosa es que vea películas de terror y otra que consuma ese tipo de contenidos".

Aclarado esto, el profesor de piano sorprendía con una confesión. Cuando José Luis y él indagaron en el historial amoroso de cada uno, el músico desveló que había estado casado y, de hecho, seguía estándolo. "Entonces, ¿estás divorciado?", preguntaba, ligeramente sorprendido, el murciano. "Bueno, estoy en el proceso. Sigo casado jurídicamente", aceptaba el otro concursante.

En este punto de la cita, el ambiente se tornó raro. Ihor se rio y le restó importancia al asunto, al arquitecto técnico no le hacía tanta gracia: "Sí, es muy divertido, sobre todo para mí". Si bien en un principio la noche no tenía pinta de cuajar, ambos aceptaron tener una segunda cita, por motivos como "la conversación fluida" o el ver en la otra "una persona con las cosas claras".