La cruda confesión de Jorge Javier sobre su físico en televisión: "Me creaba ansiedad que me llamaran gordo"

"Ahora que no salgo en la tele y que no tengo proyecto a la vista vivo de una manera más relajada el asunto del físico". A esta conclusión ha llegado Jorge Javier Vázquez durante las últimas horas, disfrutando de sus vacaciones en Río de Janeiro. El presentador confirma que no tiene ningún programa a la vista, un hecho que le ha llevado a poder disfrutar todavía más de su tiempo de ocio, ya que hasta el momento vivía esclavizado por su físico, pendiente de las críticas que pudiera recibir por su figura.

A diferencia de tantas otras vacaciones que se ha tomado a lo largo de los últimos años, en esta ocasión el catalán se encuentra disfrutando de Brasil sin la presión que suponía para él tener que tener el mejor cuerpo posible a la hora de regresar ante los focos de Mediaset: "Antes pedía siempre en los hoteles una báscula. Me pesaba todos los días y estructuraba la jornada según el peso, hacía más o menos deporte, tenía más o menos miramientos con la comida. Me fastidiaba la idea de volver de vacaciones con algunos kilos de más y que me llamaran gordo", confiesa el comunicador en su blog en la revista Lecturas.

"No solo me fastidiaba: me creaba ansiedad. Y esa ansiedad no me ayudaba a controlarme, así que, al final, recuerdo mis vacaciones luchando contra los complejos de culpa que me acompañaban si decidía tomar postre", comparte ahora, una situación que parece sobrellevar de otra forma, sobre todo por haber sabido tomar cierta distancia, esa que te da la edad.

Y es que ha sido precisamente su experiencia en televisión, tras más de dos décadas de carrera, la que le permite ahora convivir con su físico de otro modo, tanto que incluso ha desarrollado una curiosa habilidad: "La cámara de televisión radiografía. A través del físico de un profesional que salga muy a menudo en pantalla puedo asegurarte si está contento con su trabajo, si lo detesta, si está enamorado, si bebió la noche anterior porque salió de juerga, si bebió la noche anterior porque no está conforme con su existencia, si está tonteando con alguien o si da por perdida la lucha contra los kilos de más".

"La liberación que produce no someterte diariamente al escrutinio del ojo ajeno es sanadora. Y también lo debe ser cumplir años, aunque eso implique aceptar –no sin cierto dolor– que a determinada edad cada año que pasa vas adquiriendo un grado más de invisibilidad. Es ley de vida. Me veo ahora mejor que nunca, porque también es ahora cuando menos me importa lo que me digan. Y eso que no se han quedado cortos", concluye Jorge Javier, dejando así patente lo mucho que ha sufrido por su físico al dedicarse a la televisión, por autoexigencia, pero sobre todo por las no pocas críticas recibidas en este sentido. Sin programa a la vista, y con cierta perspectiva al respecto, valora su cuerpo de otro modo.