Joaquín Prat, incapaz de contenerse en Telecinco: "Dan ganas de correrle a bofetones hasta que te salga callo"

Joaquín Prat no es un presentador de los que se mantiene al margen, que presenta de forma aséptica las noticias. El comunicador se moja cuando alguna cuestión le toca de cerca, se posiciona ante los personajes y, como ha ocurrido en esta ocasión, no oculta su indignación y es rotundo cuando una información colma su paciencia o supera su entendimiento.

Todo sucedía este lunes, 2 de octubre, cuando Vamos a ver abordaba la agresión de un joven a un indigente que se encontraba durmiendo en un cajero de un banco. En la secuencia, compartida ahora en las redes sociales pese a que tuvo lugar hace meses, un adolescente de 16 años propina un bofetón a un hombre sin hogar. Todo ello mientras un amigo lo graba, se ríe y le jalea.

Tras mostrar las delicadas imágenes, el rostro de Mediaset era incapaz de quedarse callado: "Cuando ves este vídeo te dan ganas de correrle a bofetones a este hasta que te salgan callos en la mano", sentenciaba airado. "Esto se llama aporofobia, el odio hacia las personas que tienen una situación extrema de vulnerabilidad", añadía acto seguido Prat, explicando así a la audiencia lo que hay detrás de este tipo de agresiones.

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M. M.

Pero Joaquín iba mucho más allá, aún más expeditivo si cabe: "Es una persona que no puede defenderse, está refugiada en un cajero... Este comportamiento es propio de un psicópata, es un comportamiento propio del que de pequeño maltrata animales. A este chaval hay que reeducarlo a la velocidad del rayo... A él y al mamarracho que graba, que es igual de responsable que él".

Alfonso Egea intervenía posteriormente, elevando todavía más el tono contra el joven: "Yo solo veo a un niñato de mierda que se merece que le den otra igual de fuerte". Con él coincidía Joaquín Prat: "¿Verdad? Para mí, esto es un delito de odio... Luego dicen '¡cómo! ¡No! Hay que reeducar a estos chavales, que están despistados en la adolescencia y tal...' ¡Que se pongan a picar piedra!", concluyó muy enfadado, cambiando de asunto para relajar el ambiente tenso de la mesa.