Iker Jiménez lleva a pantalla el engaño en redes: un bot ruso relata cómo insulta y acosa

Muchas de las grandes polémicas que inundan las redes sociales son totalmente inventadas. Es el tema que ha querido abordar Iker Jiménez invitando al plató de 'Horizonte' a un bot ruso que se dedicaba a desprestigiar a profesionales, marcas y personas a cambio de dinero.

Aunque todo está recogido en el libro 'Confesiones de un bot ruso', es la primera vez que un testimonio de este calibre se comparte públicamente en una televisión. El invitado ha pedido altas medidas de seguridad para acceder al plató del programa hermano de 'Cuarto Milenio', en Cuatro, entre las que se encontraba un distorsionador de voz y una vestimenta radicalmente opuesta a la que utiliza en su vida diaria: "Prefiero no jugármela", ha confesado.

Tras los 'trolls', "hay sociólogos, analistas de datos, especialistas, psicólogos o redactores"

"Me he pasado unos cuantos años insultándote en redes sociales porque alguien me pagaba. Ahora quiero contarte cómo lo hacía", leía el presentador del libro de este extrabajador de una especie de agencia de desinformación digital que está, al parecer, dominando el universo virtual del acoso y derribo. Ha contado que lo hacen por unos 1.000 euros al mes a cambio de gestionar una serie de cuentas falsas, en su caso hasta 40, y por tener a su cargo a su vez a un equipo de 'trolls' con las mismas funciones.

Su cliente les marca los objetivos a seguir para destruir, manchar o desprestigiar a grupos políticos, importantísimos personajes de cualquier índole, cadenas de televisión, programas o rostros influenciadores. Pero, ojo, tanto en negativo como en positivo, como por ejemplo, para limpiar la imagen de algún personaje influyente en la sociedad. "Buscas los canales para sembrar el contenido que quieres", ha añadido, respecto a redes sociales tipo Twitter, Facebook o Instagram.

Sin embargo, y a pesar de lo que se pueda llegar a imaginar, el presentador ha apuntado que no solo hay cuatro chavales 'hackers', sino que, "hay sociólogos, analistas de datos, especialistas, psicólogos o redactores". El éxito de todos ellos es haber conseguido que, "un famoso, grupo político, toma una decisión u otra, un profesional que ya no habla de un tema o una marca elimina un producto".

La parte agria, de alguna manera, es tener que pasar por encima de sus valores y de su ética, que los pisotea previa firma en su contrato de confidencialidad para llevar a cabo esta misión. "Hasta mucho tiempo después no he tomado conciencia de las acciones que he llevado a cabo", ha reconocido. De hecho, cuenta que hace poco se encontró con un momento moral de este tipo y que apareció en todos los medios de comunicación, por culpa del éxito de un cliente para el que él trabajó: "Si llego a estar trabajando ahora para ese cliente y mañana mismo presento mi renuncia".

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Á. R

Pero todo esto es parte de su pasado. "Por cuestiones que tenían que ver con mi salud decidí salir de todo esto", revela. Ahora ha pasado al lado contrario, llegando a publicar una guía de todo lo que se hace, con herramientas para ayudar, una forma de redimirse de todo lo que ha estado ejecutando durante años: "Soy muy consciente del daño que he podido causar".