"Es enano" y otros 3 desplantes en una de las citas más incómodas de 'First Dates'

"Yo quiero un chico como yo, con dinero". Con estas palabras llegaba María al restaurante de 'First Dates', unas palabras que ya hacía presagiar que nos encontrábamos ante una mujer de armas tomar. María tiene la cosas claras y así lo dejó patente desde el principio.

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Cuando esta mujer de origen portugués llegó al programa, su cita ya estaba allí. Lidia Torrente le acompañó hasta la mesa comentándole que Javier le había dejado una muy buena impresión, sin embargo a la protagonista le causaría el efecto contrario. Nada más verlo, su cara se descompuso, tratando además de decirle que no con la cabeza a la camarera para que la sacase de allí, que quería hacer oídos sordos: "Os dejo aquí para que os conozcáis, que seguro encajáis bien".

María: "Me han dado ganas de irme"

"Me ha cambiado la cara porque lo he visto muy enano, muy pequeño", reconocía a cámara María, un sentimiento que tendría presente durante toda la velada, mostrándose tensa, callada y poco receptiva.

El ambiente entre ambos era tenso, y Javier no tenía problemas en verbalizarlo de forma más o menos velada: "He visto a María tan hermética que prácticamente no le he preguntado nada porque no me ha dado pie a hacerle ninguna pregunta. He hecho un monólogo".

Pero Javier continuaba picando piedra, y qué mejor que hacerlo con un piropo con el que tratar de ablandar un poco a María. "Eres una chica muy guapa", decía avanzada la noche, un cumplido que cayó en saco roto: "Ya, ya lo sé", le espetaba ella.

A estas alturas de la cita estaba claro que Javier no tenía nada que hacer con María, y ella era cada vez más contundente con el espectador en sus confesionarios: "Me han dado ganas de irme, pero cuando estás ahí tienes que cumplir".

"Cuando has llegado no te has sentido cómoda"

Llegados a este punto Javier cogió el toro por los cuernos y le preguntó directamente por su reacción inicial: "Me ha dado la impresión de que cuando has llegado no te has sentido cómoda, no te has sentido a gusto. Puedo estar equivocado". Ella, tan directa con el público, optó por disimular, escurriendo el bulto cambiando rápido de tema con una sonrisa, sin mojarse.

Cuando parecía que la camarera regresaba para poner fin a esta noche tan incómoda, nada más lejos de la realidad. Llegaba el momento de tomar el postre en el reservado, para desesperación de María: "No, estoy bien aquí", respondía cortando completamente el rollo. "No quería ir al reservado porque Javier no me dice nada", sentenciaba a cámara posteriormente.

A buen entendedor, pocas palabras bastan, pero María quería dejarlo claro en la despedida. Se armó de valor y tomó la iniciativa por fin: "No es la persona que yo estoy buscando. Busco una persona con menos edad", concluía antes de darle dos besos de cortesía. Lamentablemente, Javier tendría que esperar a la emisión del programa para conocer lo que realmente pensaba su cita. Y no era nada bueno.