Soy fan de Eurovisión y esta es la canción del Benidorm Fest que debería representar a España: Ni Jorge González, ni Nebulossa

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Desde la redacción me piden que haga un artículo de opinión sobre la canción del Benidorm Fest que creo que debería representar a España en Eurovisión el próximo 11 de mayo en Malmö, y la verdad es que, sin considerarme un eurofan de manual, me lanzo al ruedo con más miedo que vergüenza.

Para empezar, tengo que decir que, vistas las dos semifinales, no tengo muy claro a quién enviaría a Suecia si estuviera en mi mano. Entiendo que los nervios juegan malas pasadas, pero hubo mucho desafine y actuaciones paupérrimas si las comparamos con las dos ediciones anteriores de este certamen musical.

Fallos técnicos, desafines y actuaciones paupérrimas han restado esplendor al certamen

Los problemas técnicos de la primera entrega lastraron la gala y restaron valor a casi todas las candidaturas. Solo la de Angy, con su Sé quién soy, supo conjugar todo lo que un eurofan podría esperar de cada uno de los 16 elegidos que, recordemos, fueron seleccionados entre 825 candidaturas. La mallorquina demostró dominio escénico, fuerza vocal y, sobre todo, emoción.

El espectáculo de Miss Caffeina, con todo su bagaje, se me quedó pobretón. Faltó dinamismo, aunque su Bla, bla, bla es pegadizo. Sofía Coll, a pesar de todas las expectativas que tenía puestas en su Here to Stay, no estuvo a la altura. Dos actuaciones sosas y sin tirón, y desafines a diestro y siniestro, no terminaron de convencerme. Sin embargo, aún hay margen de mejora de cara a la final.

En cuanto a Nebulossa y su Zorra, debo reconocer que es uno de los que más he escuchado. Enlatado suena fenomenal, pero en directo pierde fuelle. Lo malo es que, aunque la cantante controla la voz, apenas la proyecta. Y, además, parece que se mueve a cámara lenta sobre el escenario, restando dinamismo a su apuesta. ¡Una pena!

La segunda semifinal demostró tener más nivel y el sonido (¡por fin!) pudo escucharse bien. Lo de María Peláe no tiene nombre. Es arte. Puro arte. Sin lugar a duda, la que mejor canta de todos, pero su apuesta para Eurovisión me recuerda, irremediablemente, al número de Blanca Paloma del año pasado y ya sabemos cómo acabó todo. No creo que su Remitente sea la mejor opción para España.

El cantante de Villena, Almácor, contó con una apuesta potente y rompedora, muy urbana, con un más que merecido encaje en Eurovisión. Pero le falló la voz en el directo con sus Brillos platino. Aun así, tiene bien merecida su plaza en la final.

En cuanto a st. Pedro, el cantante tinerfeño, me embelesó con su voz y la sencillez de su bolero de ritmos latinos con Dos extraños. Pura delicia. Es mi apuesta, pero dudo mucho que los europeos la entiendan y, mucho menos, que la voten. Siempre hay esperanzas. Ahí está Salvador Sobral y su Amar pelos dois para tapar bocas.

Y no, no me olvido de Jorge González. El madrileño llegó, cantó, bailó y convenció. Tiene voz, tiene cuerpo y tiene la canción. Le falta pulir la coreografía y dejar de gustarse tanto, pero pensando en Europa y los eurofans, Caliente es una clara canción para dejar a España en una honrosa posición. Chanel mediante, claro está.

Aunque hay poco tiempo para la improvisación y los cambios, los artistas aun pueden mejorar sus actuaciones de cara a la gran final de este sábado. Vermos qué pasa finalmente y quién gana el billete rumbo a Suecia.