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Roberto Pérez Toledo o una de las razones para creer que hay vida en el cine español
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Roberto Pérez Toledo o una de las razones para creer que hay vida en el cine español

Roberto Pérez Toledo (Lanzarote, 1978) se describe a sí mismo como un tipo cualquiera que se quedó prendado del cine y de las películas de forma patólogica,

Roberto Pérez Toledo (Lanzarote, 1978) se describe a sí mismo como un tipo cualquiera que se quedó prendado del cine y de las películas de forma patólogica, como un niño que creció más pendiente del cine que de su atrofia espinal, como un inquieto muchacho que dedicó su adolescencia a realizar diversos experimentos con la cámara con la única pretensión de convertirse en cineasta.

Hoy, tras alzarse con una decena de premios internacionales gracias a cortos como Los gritones o Tetequiequiero, el cineasta canario se ha convertido en uno de los realizadores más prometedores de nuestro país.  Algo que vuelve a demostrar con su primer largometraje, Seis puntos sobre Emma, una sugerente cinta protagonizada por Verónica Echegui y Álex García donde el espectador descubrirá que las discapacidades emocionales están muy por encima de las físicas.

¿Por qué Verónica Echegui?

Una vez que tenía el personaje de Emma escrito, sabía que necesitaba una actriz de primera para que me interpretara todo ese arco de transformación que vive el personaje. Necesitaba una actriz que le diera una dimensión humana. Al principio hubo tanteos, pero una vez que trabajé con Verónica en el corto Tetequiquiero, ya fue todo encaminado a que ella fuera Emma. Aceptó el papel casi sin leer el guión. 

¿Y en el caso de Álex García?

También había hecho un corto con él y me parecía un actor que tenía mucho más que dar que lo que le estábamos viendo en televisión. Sabía que él lo cogeria con ganas y fuerzas. No me costó realmente convencer a la productora para que lo eligieran. Confié en él y la apuesta me ha salido muy bien.

Contando con unos actores así, es posible que otros hubieran utilizado la relación entre ambos para promocionar la película. Sin embargo, vosotros no os aprovecháis nunca de este hecho.

No es algo que se haya pretendido hacer de ninguna manera o se haya premeditado. Ocurrió con naturalidad y con naturalidad lo estamos tratando. Más que nada porque no hay más allá del hecho que están juntos y no hay nada que rascar. Es una historia que se produjo ahí, que se conocieron en la película, pero la noticia no va más allá. No sé ni como podríamos aprovecharnos de eso.

Esa es la palabra: naturalidad. Así es como habéis tratado las discapacidades. 

Esa era mi intención. Pretendía que el espectador se olvidara de la ceguera física de Emma y que se centrara en las demás cegueras. Es la forma más interesante de tratar la discapacidad en el cine, de una forma integradora, quitándole hierro, tratándolo sin condescendencia. Se presenta a los personajes con una discapacidad, pero no se habla más de ello sino que se cuentan otras historias u otras preocupaciones que están por encima muchos días de esa discapacidad. Odio que me digan que he intentado hacer una historia de superación. No, es una historia de una tía ciega con sus problemas y con sus desorientaciones vitales que tiene que afrontar por encima de la ceguera.

Podría decirse que trasladas tu naturalidad a la gran pantalla..

Sí, sobre todo eso. Intenté hablar de ello con la misma naturalidad con la que yo lo vivo en el día a día Soy un tio que va en silla, pero me pasan muchas más cosas. Y lo que me pasa es mucho más interesante que el simple hecho de ir en silla, que no tiene más.

¿De dónde surge el guión? ¿Desde el primer momento Emma iba a ser ciega?

El tema que más me atrae como guionista es la ceguera sentimental, los palos de ciegos que damos hasta encontrar lo que queremos en el plano efectivo. Esa fue la semilla y a partir de ahí llevar eso a la literalidad. Después encontramos la historia, los personajes y me di cuenta que todos queríamos gestionar sus sentimientos. Todos son ciegos.

Y el que más Germán (Álex García)...

Desde luego. Precisamente era un tipo que yo pretendía que fuera genéticamente lo más perfecto posible. No quería que tuviera ninguna tara porque Emma busca al espermatozoide perfecto.

¿Cómo hacéis para promocionaros con poco presupuesto?

La película se pre-estrenó a finales del año pasado en Canarias y allí estuvo en cartelera casi dos meses en los que funcionó muy bien. Estamos muy contentos porque ya se generó un boca a boca muy cálido y cariños hacia la película. Ojalá que a nivel nacional se produzca.

¿Son las redes sociales el mejor boca a boca que existe?

Yo creo que sí porque todo está ahí. Nos levantamos y lo primero que vemos es el Twitter, el Facebook. Muchas veces nos enteramos de lo que ocurre a través de lo que la gente comenta. Quizá sea un reflejo minoritario de lo que ocurre en la sociedad, que es más diversa, pero es un buen referente a la hora de saber lo que interesa o no. Para nosotros han sido esenciales para dar conocer a la película.

¿Hay miedo a enfrentarse a la taquilla?

La película tiene que salir ya a las salas, que se enfrente al público, es lo que necesita. Hay un vértido lógico pero hay ganas de que el mundo conozca al bebé.

¿Con cuántas copias salís?

Con 26.

¿Qué es más importante: la crítica o el público?

Está bien que la crítica te apoye, que haya premios, pero para mi lo importante es que vayan a ver la película. Es lo primero por lo que trabajamos los que hacemos cine. Al menos yo lo concibo así: si no llegas al público hay una brecha grande. 

¿Se puede rodar con dos piedras?

Sí, pero prefiero rodar con dos actores. Ahora mismo yo no tengo miedo a los recortes porque toda mi trayectoria la he desarrollado con prespuesto cero, esta película se ha puesto en pie con poco presupuesto. Con dos actores inspiradores, con una cámara y una localización sin mucho ruido puedo contar algo.

¿Cuánto menos dinero, más se desarrolla la creatividad y el talento?

Yo creo que sí. Cuando escribo tengo un chic de viabilidad, escribo cosas que sé que puedo hacer.

¿El dinero corrompe?

No lo sé porque nunca lo he tenido. Te lo diré cuando tenga 5 millones de euros de presupuesto. De momento, lo que quiero contar se cuenta con poco dinero y se basa más en el trabajo actoral. Me interesa que la cámara esté al servicio de los actores.

¿Ya piensas en una segunda película?

Sí, claro. Hay una segunda película muy clara y muy definida.

Roberto Pérez Toledo (Lanzarote, 1978) se describe a sí mismo como un tipo cualquiera que se quedó prendado del cine y de las películas de forma patólogica, como un niño que creció más pendiente del cine que de su atrofia espinal, como un inquieto muchacho que dedicó su adolescencia a realizar diversos experimentos con la cámara con la única pretensión de convertirse en cineasta.