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El Gran Wyoming: "Trabajaría para Intereconomía"
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El Gran Wyoming: "Trabajaría para Intereconomía"

Domina sin esfuerzos la sátira política con la misma cadencia sobrenatural con la que trabaja su improvisación, una de sus armas fuertes. Los cómicos son así:

Domina sin esfuerzos la sátira política con la misma cadencia sobrenatural con la que trabaja su improvisación, una de sus armas fuertes. Los cómicos son así: divertidos, locos e hirientes. Y el Gran Wyoming cumple a la perfección con las premisas. Cinco temporadas al frente de El Intermedio demuestran que la fidelización por parte de la audiencia sigue siendo algo de lo que pueden presumir en laSexta, donde permanece desde su fundación. Pero, con los cómicos también sucede algo a tener en cuenta: nunca se sabe cuando hablan en serio. Por eso, que termine trabajando para Intereconomía suena a broma de mal gusto.

Pregunta: ¿Cómo afronta la nueva temporada de El Intermedio?

Respuesta: Bien. Pensé que íbamos a durar media temporada y vamos a por la quinta. Yo estoy encantado en la cadena y con el programa. El Intermedio tiene una clara ventaja de cara a la rutina: es directo y no te puedes relajar. Y eso que es complicado incluir un programa con nuestros contenidos en prime time, porque el humor blanco siempre es mucho más asequible.

P: Su nuevo reportero Gonzo ha conseguido que Carlos Dávila publique finalmente la programación de la Sexta en su periódico La Gaceta, algo que no venían haciendo, ¿qué opinión le merece?

R: Para que veáis que la televisión tiene también su impronta en la sociedad. Así los lectores de La Gaceta podrán ver los programas que no tienen que ver.

P: ¿Usted trabajaría para ellos?

R: Si ellos estuvieran a bien cederme un espacio, yo estaría encantado. Me gustaría dedicarme a ese público.

P: ¿Ha tenido que pagar un precio muy caro por sus comentarios relacionados con la política?

R: Sí. Te hacen pagar un precio demasiado elevado. A mí me han acusado de apalear periodistas y yo aquel día estaba en mi casa lo juro. No estaba en aquel afterhour a las 6 de la mañana.

P: ¿Cómo ha quedado el caso Herman Tertsch?

R: Tengo un juicio pendiente. Tendré que demostrar donde estaba el día que mataron a Kennedy.

P: ¿Se trató del episodio más complicado de su carrera profesional?

R: No. Fue el más extraterrestre. Me sentí mal, porque, cuando dieron la noticia en Telemadrid, lo hicieron con mi foto, entonces mucha gente pensó que era yo el que le había agredido personalmente. Y luego se dijo que se le había agredido pero por instigación mía.

P: ¿De qué le acusan?

R: No lo sé. Sólo tengo una citación judicial. ¿Instigador moral, tal vez? No me han leído los cargos todavía.

P: La gente más radical, ¿se enfrenta a usted por la calle?

R: Es un coñazo y puede llegar a ser peligroso. A mí me han pintado la puerta de mi casa, y te asustas, tienes niños… Pero, por el contrario, tengo la suerte de que, cada vez que surge la idea de hacer un programa parecido, siempre me lo ofrecen a mí. Así siempre tengo trabajo.

P: Usted fue uno de los rostros más conocidos de CQC, ¿por qué cree que después de cuatro lavados de cara ya no funciona?

R: Cambiaron el equipo y no ha tenido éxito. Será porque segundas partes nunca fueron buenas.

P: ¿Qué personaje daba mucho juego entonces?

R: Aznar, porque es un hombre que estaba decidido a salvar a España de la morisca. En la época de más debacle económico, él ha ido por todo el mundo diciendo que no inviertan en España porque no es un país de fiar.

P: ¿Dónde reside el éxito de El Intermedio?

R: Yo no escribo el guión. Entro a las 19:30 con todo hecho y los vídeos montados. Yo sólo aporto el éxito físico.  Me gustaría desnudarme, pero no son partidarios en la cadena. Subiríamos en audiencia.

P: Y sus chicas, ¿en qué parte contribuye?

R: En mucha. Las estrellas femeninas son más complejas de manejar que las masculinas. Y en este caso no se ha dado. Hay un equilibrio perfecto.

P: ¿Qué opina sobre su oficio?

R: Es el mejor que he tenido. Sólo lo cambiaría por no hacer nada por el mismo precio.

Domina sin esfuerzos la sátira política con la misma cadencia sobrenatural con la que trabaja su improvisación, una de sus armas fuertes. Los cómicos son así: divertidos, locos e hirientes. Y el Gran Wyoming cumple a la perfección con las premisas. Cinco temporadas al frente de El Intermedio demuestran que la fidelización por parte de la audiencia sigue siendo algo de lo que pueden presumir en laSexta, donde permanece desde su fundación. Pero, con los cómicos también sucede algo a tener en cuenta: nunca se sabe cuando hablan en serio. Por eso, que termine trabajando para Intereconomía suena a broma de mal gusto.