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Detectan estrellas en rumbo hacia nosotros a más de 1.000 kilómetros por segundo
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Preludio de la colisión con la Vía Láctea

Detectan estrellas en rumbo hacia nosotros a más de 1.000 kilómetros por segundo

Estas estrellas pueden provocar el caos en un sistema solar como el nuestro, alterando el delicado equilibrio orbital de los planetas y los asteroides

Foto: La estrella AG Carinae. (NASA/ESA/Hubble)
La estrella AG Carinae. (NASA/ESA/Hubble)

Un equipo científico ha descubierto que las fuerzas cósmicas que impulsan el choque entre la Vía Láctea y Andrómeda están disparado estrellas de esta última hacia nosotros a hipervelocidad. Estos soles viajan lo suficientemente rápido como para escapar la atracción gravitacional de Andrómeda y, si pasasen los suficientemente cerca de nuestro sistema solar, pueden provocar el caos en la Tierra. Son el aperitivo de la colisión que creará una megagalaxia dentro de unos 4.500 millones de años.

"Las estrellas de hipervelocidad son algunos de los objetos más rápidos de la Galaxia... Algunos de ellos exceden la velocidad de escape y no están vinculados a la gravedad de la Vía Láctea", afirma un nuevo estudio liderado por Lukas Gülzow, astrofísico de partículas del Instituto de Tecnología de Karlsruhe, Alemania, y coescrito con el profesor de física y cosmología de la Universidad de Sussex Malcolm Fairbairn y el profesor de física teórica, Universidad de Bielefeld Dominik J. Schwarz.

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Las estrellas que pueden provocar el caos

Las estrellas errantes de este tipo pueden provocar el caos total al pasar cerca de otros sistemas estelares como el nuestro. No hace falta que haya una colisión directa, algo casi improbable, pero su gravedad puede agitar el delicado equilibrio orbital de los planetas de nuestro entorno cósmico, moviendo planetas de órbita o lanzando grandes asteroides de la nube de Oort en dirección al sistema solar interior.

Las estrellas de hipervelocidad son objetos estelares con velocidades tan altas que pueden liberarse de los grilletes gravitacionales de sus galaxias originales. Estas estrellas pueden viajar a velocidades superiores a los 1.000 kilómetros por segundo, llegando incluso a los 2.300 kilómetros por segundo. Como referencia, nuestro Sol se mueve a ‘solo’ 200 kilómetros por segundo alrededor del centro de la Vía Láctea.

placeholder Lanzamiento del observatorio Gaia en un Soyuz. (Reuters)
Lanzamiento del observatorio Gaia en un Soyuz. (Reuters)

El concepto de las estrellas de hipervelocidad (HVS en sus siglas inglesas) fue teorizado por primera vez por el físico Jack Gilbert Hills en 1988, lo que llevó al descubrimiento de la primera estrella de este tipo en 2005. Desde entonces, la acumulación de datos, particularmente del observatorio espacial Gaia, ha ampliado nuestro catálogo de estos sprinters cósmicos. Ahora sabemos que, según apunta esta nueva investigación,"basándose en las recientes observaciones de Gaia, varios de ellos podrían tener orígenes extragalácticos".

La conexión entre Andrómeda y la Vía Láctea

Los astrónomos saben que la Vía Láctea y Andrómeda son dos galaxias unidas por la gravedad que terminarán su danza cósmica fundiéndose dentro de unos 4.500 millones de años formando una nueva galaxia elíptica llamada humorísticamente ‘Milkdromeda’ por algunos astrónomos anglosajones. Este estudio indica que la colisión ya ha comenzado técnicamente hablando, calificando las HVS como la vanguardia de este cóctel intergaláctico. "Las observaciones recientes de Gaia sugieren que algunas estrellas de hipervelocidad (HVS) podrían originarse desde fuera de la Galaxia”, afirman los autores del estudio, subrayando que su investigación sobre la procedencia de estos rápidos viajeros celestiales apunta a Andrómeda.

Las estrellas son básicamente propulsadas por tirachinas gravitacionales que pueden venir de agujeros negros supermasivos o la desaparición explosiva de sus compañeras cuando éstas son partes de sistemas estelares binarios. Es en esos eventos cuando alcanzan velocidades lo suficientemente altas como para lanzarlas en estos viajes intergalácticos.

El estudio, en definitiva, pinta una visión de la compleja dinámica que se está poniendo en marcha a medida que la Vía Láctea y Andrómeda gravitan cada vez más cerca la una de la otra, sugiriendo una relación aún más íntima de lo que imaginábamos anteriormente.

Un equipo científico ha descubierto que las fuerzas cósmicas que impulsan el choque entre la Vía Láctea y Andrómeda están disparado estrellas de esta última hacia nosotros a hipervelocidad. Estos soles viajan lo suficientemente rápido como para escapar la atracción gravitacional de Andrómeda y, si pasasen los suficientemente cerca de nuestro sistema solar, pueden provocar el caos en la Tierra. Son el aperitivo de la colisión que creará una megagalaxia dentro de unos 4.500 millones de años.

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